arrow

Mt. Head (C) (2002)

Mt. Head (C)
10 min.
6,2
346
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Corto Completo (JAPONES SUBTITULADO INGLÉS)
Ver 2 más
Sinopsis
Un hombre conocido por su avaricia se come unas cuantas semillas de cereza, un hecho que en un principio puede parecer totalmente inofensivo. El inconveniente surge cuando contempla asombrado como crece un cerezo en su propia cabeza... (FILMAFFINITY)
Género
Animación Comedia Surrealismo Cortometraje (animación)
Dirección
Reparto
Animación
Año / País:
/ Japón Japón
Título original:
Atama-yama (Mt. Head) (Mount Head) (Mountain Head)
Duración
10 min.
Guion
Música
Fotografía
Animación
Compañías
Links
Premios
2002: Oscar: Nominado al Mejor cortometraje de animación
2003: Annecy: Gran Premio (Mejor cortometraje de animación)
2003: Hiroshima International Animation Festival: Gran Premio
7
El vicio es una perdición
Atama Yama (2002) es un cortometraje de diez minutos que nos cuenta la historia de un hombre que se distingue por su tacañería, aprovechando todo lo que se encuentra. Un día, tras ingerir un plato de cerezas, nota que en su cabeza ocurre algo extraño: ha brotado una planta. Aunque intenta cortarla en más de una ocasión, el brote siempre regresa. El hombre decide dejarlo pasar, pero para su desgracia la planta no cesa en su crecimiento y el asunto progresa en gravedad. Su pasividad va a costarle más que sus acciones previas.

De la misma forma que otras obras del autor, nos encontramos ante una fábula oscura que en esta ocasión nos advierte de las posibles consecuencias de la avaricia. Una avaricia que, sin embargo, es más miserable, relacionada con la necesidad obsesiva de un hombre por aprovechar y sacar partido a todo aquello que le rodea. Sin duda, el señor es un tacaño de cuidado. El corto no escatima en situaciones que ejemplifican su actitud: aprovechar las pocas gotas del grifo para lavarse las manos, exprimir al máximo la pasta dental o comerse hasta las pepitas de las cerezas. Le va que ni pintada esa frase suya (“¡Qué desperdicio!”) porque le define a la perfección. Una perfección que no se aplica al ámbito moral porque hizo de una virtud como la austeridad —en particular, no desaprovechar lo que tenemos—un defecto. Según la ética aristotélica, se fue al extremo del exceso en vez de alcanzar la virtud que se halla en el medio.

Por esa razón, la extraordinaria aparición del brote le prepara una penitencia que no cesa del mismo modo que no lo hace su obstinado aprovechamiento, causa primaria de su situación actual. (Spoiler 1)

Muchos probablemente se pregunten si esta vieja historia, adaptada a la sensibilidad contemporánea, es valiosa únicamente por lo que he descrito. Si la obra multiplica el valor de la historia, sin duda, lo es por la narración. Hablamos de que está contada e interpretada como si fuera una historia de rakugo. De hecho, se trata de una adaptación de una historia tradicional contada por rakugotas. Para el que no lo conozca, el rakugo es una expresión artística vinculada al teatro japonés que consiste en que una persona interpreta y narra a la vez una historia. Sin más que un abanico y su habilidad el rakugota hace frente a la audiencia en solitario.

A pesar de que nuestro protagonista habla y grita de vez en cuando, el peso de la narración la soporta el narrador. Al igual que estas historias tradicionales, el artista hace de narrador principal e intérprete de los diversos secundarios. Aunque para el espectador occidental puede pasar inadvertido, la voz fingida de los personajes o el acompañamiento musical del shamisen son demasiado singulares para no sospechar nada acerca de su naturaleza. De la misma manera, el tono jocoso y mordaz llama la atención ante la desgracia del hombre. Diría que es casi insensible, en especial por el final ingenioso (ochi), sello característico del rakugo, en el que el hombre cae en el hueco de su propia cabeza tras una surrealista sucesión de imágenes que recuerda a las Matrioshkas.

Por último, la narración también se beneficia del trabajo de animación que expone la inmundicia y la repugnancia manifestadas en el comportamiento del hombre. Desde la ilustración minuciosa y el diseño caricaturesco, que detallan con exactitud sus rasgos corporales (vello corporal, nariz enrojecida, arrugas, etc.); hasta el uso de técnicas como el plano subjetivo, los encuadres cortos o el cristal sucio inicial.

Si te interesa puedes leer esta y otras reseñas en mi web personal (debajo de mi nick encontrarás el enlace).
[Leer más +]
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre Mt. Head (C)
Fichas más visitadas