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Vitoria, 3 de marzo (2018)

Vitoria, 3 de marzo
90 min.
6,0
983
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Tráiler HD (ESPAÑOL)
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Sinopsis
Película sobre la masacre del 3 de Marzo de 1976 en Vitoria-Gasteiz. Cinco trabajadores murieron a manos de la policía durante el desalojo de una asamblea en la iglesia del barrio de Zaramaga, en el contexto de una larga huelga. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Años 70 Histórico Basado en hechos reales
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Vitoria, 3 de marzo
Duración
90 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
7
El relato de un estado represor que salpicó de sangre la Transición
"Campanades a morts fan un crit per la guerra dels tres fills que han perdut, les tres campanes negres". Esta canción de Lluis Llach homenajea los obreros asesinados por las balas, las porras y los golpes del Estado represor que cometió una masacre en 1976 en Vitoria. En una España donde las mejillas de los franquistas aún estaban llenas de lágrimas por la muerte del dictador, el País Vasco hervía para preparar una huelga general obrera. Bajo estas premisas arranca "Vitoria, 3 de marzo", la primera película de Victor Cabaco y co-protagonizada por Amaia Aberasturi y Mikel Iglesias, el único actor catalán.

La película se presenta como un thriller y no como un documental. Sin embargo, la cinta nos regala una diversidad de imágenes reales de la época y uno de los puntos clave que visten la trama: las grabaciones policiales de las cargas en Vitoria aquel 3 de marzo. Cabaco presenta un conjunto de personajes corales que visten una ficción que va cogiendo un ritmo vertiginoso hasta emular lo más real y verídico: 4.000 trabajadores celebran una asamblea en la iglesia de San Francisco de Asís en el País Vasco y son asaltados por la policía española.

El mensaje es dual y muy claro: conciencia política y recuperación de la memoria histórica. La cámara baja hasta los ojos de los dos jóvenes coprotagonistas para dar una nueva y fresca visión a las películas de la Transición. Ya no es un relato hecho por y para los viejos señores de gafas de pasta y cigarro pegado a los dedos. Cabaco y sus actores buscan vertebrar un relato a partir de todos los personajes y no sólo con los dos jóvenes. Esta coralidad enriquece la historia, que al presentar una ficción y no un documental, la dramatización es mucho más necesaria. Sin embargo, al principio falta un ritmo algo más elevado. Como una piedra bajando por una pendiente, la trama rueda hasta coger un ritmo vertiginoso. Y desemboca en un final sensacional.

El clímax de "Vitoria, 3 de marzo" está tan bien logrado que el espectador permanecerá con un mal cuerpo durante un buen rato. La película es un grito de denuncia y un puñetazo sobre la mesa. Se reclama que se vuelva a poner la masacre de Vitoria sobre esta mesa, exigiendo un perdón que nunca pidió a nadie por las cinco muertes y más de 150 heridos. Este espíritu traspasa por todos los rincones de la película, que tiene una clara intención de respetar los hechos y no dramatizar en exceso las escenas de las cargas.

Los jóvenes que vean la película podrán empatizar con los papeles de Aberasturi y Iglesias, los dos polos opuestos de una conciencia política. Ella, joven, políticamente virgen, va adquiriendo una conciencia obrera, social y política a través del metraje. Él, desarrollado en mil batallas sociales y políticas a pesar de su juventud, verá cómo llegar hasta el final puede tener consecuencias. Los dos actores firman una interpretación sólida y muy creíble, aunque en ciertos momentos la juventud se hace patente en ciertas escenas que no terminan de convencer.

"Vitoria, 3 de marzo" es necesaria. Es obligada. Es frustrante porque han hecho falta 43 años para hacer una película como ésta. La sangre que salpicó las calles de la capital vasca no la limpió nadie. Los golpes de porra, la violencia policial y una represión aberrante no pidió perdón nadie. La justicia argentina hace años que pide la extradición de los ministros franquistas Martín Villa y Osorio para rendir cuentas. La ciudad exige, pide responsabilidades. Y esta película, por fin, podrá llevar a todo el Estado y en diversas partes del mundo, la historia de un histórico 3 de marzo.
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37 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Una película necesaria para conocer nuestra historia reciente
El 3 de marzo de 1976, tras varios meses de huelga en demanda de aumentos salariales, miles de trabajadores reunidos en asamblea abarrotan la iglesia de San Francisco del barrio obrero de Zaramaga, en Vitoria. Al gobierno español le preocupa que este movimiento asambleario se extienda al conjunto del país, por lo que envían a un centenar de agentes de la Policía armada para disolver la reunión, que provoca la muerte de 5 personas. Begoña, una joven de clase media, vive los hechos en primera persona. Ni ella, ni la ciudad, ni el país volverán a ser los mismos.

Basada en los hechos acontecidos en Vitoria, la película nos cuenta la vida de Begoña (Amaia Aberasturi), de su familia y amigos, durante el primer trimestre de 1976. Mikel (Mikel Iglesias), su novio, es uno de los cabecillas del movimiento asambleario, al que la policía pone en busca y captura. José Luis (Alberto Berzal), su padre, es un periodista que debe tragarse sus principios para ayudar a su familia. Ana (Ruth Díaz), su madre, ignorando la gravedad de la situación, tiene sus propios problemas familiares y personales.

Rodeados de unos buenos secundarios, los 4 protagonistas son la clave de la película, gracias a las geniales actuaciones de los actores veteranos y también de la joven Aberasturi, que clava el papel.

La cinta es el debut como director de Víctor Cabaco, que realiza un trabajo inmejorable. Mezclando la ficción con imágenes y audios reales de aquellos convulsos meses, logra que nos introduzcamos en la historia y empaticemos con los obreros, gracias también a la fotografía de Gaizka Bourgeaud. La banda sonora compuesta por José Luis Canal, y la canción A Galopar de Paco Ibáñez basada en un poema de Rafael Alberti, hacen más redonda si cabe la película.

La sensación final es completamente agridulce. La película es muy buena, tanto que te hará salir del cine con un mal sabor de boca, pensando en cómo pudo suceder aquella barbarie digna de tiempos de la Inquisición. Un largometraje necesario para conocer mejor unos de los puntos negros de nuestra historia reciente.

https://concdecultura.com/2019/04/24/bcn-film-fest-vitoria-3-de-marzo/
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26 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
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