El tigre de San Francisco (1974)

El conocido director chino Lo wei, realizador de varios films con Bruce Lee y Jackie Chan entre otros, dirigió esta cinta, producida por Raymond Chow y su mítica Golden Harvest, de echo fue su primera producción rodada en Estados Unidos.

El film es muy poquita cosa, tiene ese look y estilo propio de los setenta, que le da un aire nostálgico y encantador, pero su argumento, protagonista, personajes, y lo mas importante, las pelas, son muy discretas y poco interesantes.

Además, Norris ni siquiera es el protagonista, sino el villano, y sale contadas veces, con una pela final que te deja mas bien frío, ni es del todo mala mala ni tampoco muy buena, para que nos entendamos.

No obstante puede resultar un film interesante para observar como eran las primeras producciones de artes marciales que se hicieron en occidente, pero por lo demás, es completamente olvidable y mediocre.

Gracias.

Una cinta de artes marciales de los 70s en el que usan la forma de trabajar de Hong Kong en una de las primeras incursiones en Estados Unidos.

Cuenta con el realizador Lo Wei, que trabajó con Bruce Lee entre otros, y que tiene una larga trayectoria en el cine de este género, y en esencia cuenta la historia de un policía (Don Wong) al que suspenden y entra en el radar del mafioso local, y de cómo tras perder a su compañero buscará venganza él solo contra todos.

De villano esta Chuck Norris, que ya había hecho ese papel en “El furor del dragón” con Bruce Lee, pero en este caso en lugar de ser el experto final al que recurre el jefe, es al mismo tiempo las dos cosas, actuando de jefe final, por lo que su aparición es más bien escasa.

La película en sí está hecha con un presupuesto realmente bajo, posiblemente no se repitiese una sola toma, siendo una producción bastante pobre a nivel técnico, de historia, dirección y actuaciones, aportando poco, y la parte de los combates en sí, tampoco están particularmente bien coreografiadas ni resultan demasiado vistosas, bastante flojita en casi todo aunque puede entretener en un día poco exigente.