The Hundred Monsters (1968)

La peli es muy irregular. Mezcla momentos bastante buenos donde juegan muy bien con la iluminación mostrando unos efectos especiales muy chulos, con otros momentos de una cutrez extrema que roza casi lo indecente. Además, hay que contar con la música de theremín en las escenas de terror que hace que lo cutre se eleve al cuadrado. El resultado final es como coger al azar una peli de samuráis de los sesenta, añadir la banda sonora de 'ultimátum a la tierra' y meter a Poti Poti por medio para que vaya dando algún susto que otro.

La historia es muy simplona y los personajes tampoco es que vayan derrochando carisma.

A pesar de todo es cortita, una hora y veinte, y no se hace pesada. Además cuenta con una mezcla de estilos que la hacen una película bastante peculiar. Quizá si estás muy acostumbrado a ver cine japonés hayas visto algo parecido. Yo personalmente es la primera vez que veo una peli de samuráis con influencias del cine de serie b occidental.

Como curiosidad se deja ver, ya repetir son palabras mayores.

Merece la pena solo por ver la espectacular longitud del pelo de las cejas de uno de sus personajes.

Cabe preguntarse si para ese año 1968 podría esperarse algo mejor a nivel técnico, pese a que supuestamente se trata de una película de bajo presupuesto y de entrada sabemos que no llegó a la cima del género. Por cierto, ¿qué género?; es una historia de samuráis, no se puede poner en duda la acción entre humanos, con unos abusadores del poder y unos aldeanos sufridores. Aparece por ahí además un enigmático ronin. Hasta ahí todo sencillo, nada del otro mundo, muchas veces visto. En todo caso también hay terror, hay fantasmas, seres pertenecientes a otro mundo que interaccionan con los mortales. Para ese año, el cine japonés fantástico seguía dando buenos empujones, el que llegue aquí (¿llegará alguien más?) juzgará si esos efectos son aceptables. Para mí rotundamente sí.

Cierto es que a una película tan breve no se le puede exigir más, la historia es sencilla y ciertamente es una excusa para que el espectador conozca a esos extraños yokais, que para regocijo nuestro tardan en aparecer de forma desatada en un final portentoso, en un baile de extrañas criaturas que es lo que hemos venido a ver. No decepciona pues, no al menos si no es muy exigente, pero además ¿cómo no ser flexible con una película de poco mas de setenta minutos titulada "The Hundred Monsters"?; de acuerdo, no aparecen cien, pero no hace falta, con lo que nos enseñan creo que es más que suficiente...