No te ofendas, Beatriz (1953)

La lozanía y desenfado del texto de C. Arniches encuentra en la pantalla una réplica jovial -también sencilla y diáfana- que invita al espectador a disfrutar con un humor directo, simpático y primario pero efectivo.
La labor de dirección a cargo de J. Soler encuentra siempre el modo de mantener un alto nivel de vigor narrativo en el desarrollo de la acción.
La sonrisa está asegurada y también en algunos lances la risa franca.
El trabajo cinematográfico es correcto y la ambientación -incluyendo la banda sonora- brilla con luz propia.
Y otro tanto puede afrimarse de un elenco completamente implicado en la obra.

El planteo de esta comedia era el típico de comedias de costumbres e tono de farsa que se hacían a principios de siglo en España, tiempo del cuál es la obra de teatro, 1920, y está olvidada con justicia, el planto ya era viejo en los años 50's cuando se hizo la película, ni hablar ahora, es una pieza de museo.
La verdad que en cuento a argumento no hay nada que se pueda rescatar, se le ven los hilos, todo es demasiado acartonado, calculado, lo que le quita frescura e interés, las pocas dosis de picaresca que tiene quedan desaprovechadas.
Destacar la interpretación de Alma Rosa Aguirre, transmite mucho encanto y dulzura, y hace buena pareja con Abel Salazar, logran tener química.