Los muertos van deprisa (2009)

Después de sus dos anteriores películas de animación, Ángel de la Cruz ha hecho también un gran trabajo con actores de carne y hueso. Y todo a pesar de los numerosos problemas de financiación que ha tenido esta gran película, mucho mejor que otras que recaudan millones en taquilla y que flojean por todos lados.

Cierto es que no se trata de un guión y de un argumento redondo, pero hay muchos toques de realismo mágico, de surrealismo y de giros inesperados que hay que entender como parte del intento del director de trasladar las creencias del mundo rural gallego.

Se trata de una película para reírse, en la que destaca sobre todo no los actores principales, sino los secundarios. Por encima de todo salientaría a Antonio Durán "Morris", como el cura hacker con flequillo inquieto. Pero no menos gracia me han hecho otros como la hermana del protagonista, Berta Ojea, o uno de sus amigos, Xosé Manuel Oliveira.

Los únicos puntos débiles que le he visto son algunos bajones y secuencias un tanto largas que no aportan nada al argumento. También me ha chocado el corte que produce tener dos finales, uno al estilo de las aventuras de Astérix y Obélix y otro un poco más simpático, pero que producen una sensación un tanto abrupta.

Para acabar, simplemente decir que, independientemente de algunos cambios de ritmo poco adecuados, se trata de una gran película, en la que el espectador no para de reírse, de disfrutar del humor gallego, de grandes paisajes y en la que triunfa la solidaridad de un gran elenco de actores.

Una camionera, Neus Asensi, llega a la pequeña villa de Fariño do Mar. En su trayecto, el camión bloquea un puente e impide el paso hasta el cementerio justo el día en que los habitantes van a enterrar a un querido vecino.

Film de presupuesto modesto (menos de 2 Millones de euros), eminentemente local, rodado íntegramente en Galicia, con un reparto casi en su totalidad gallego, con la excepción del difunto y de la camionera.

Comedia costumbrista que busca la risa fácil, que a duras penas consigue, está en las antípodas de Torrente. El argumento en sí es bastante simple y la transposición del mismo a la pantalla no mejora el resultado. Uno de los pocos momentos divertidos lo protagoniza un párroco hacker.

En conjunto es muy, muy flojita. Tiene poco que destacar.

Si algo sobresale es la presencia de Neus Asensi. Posiblemente, sin su aparición el film no hubiera alcanzado una proyección fuera de los ámbitos de Galicia.

Quizá el único interés, aparte de ver lo bien que se conserva Neus Asensi, radica en los paisajes y ambientes gallegos. Precisamente, al principio, durante unos instantes, en tono semi-documental y a modo de introducción nos muestran a dos mujeres cogiendo percebes. Cuenta con unas bellas localizaciones: Ringo (Fariño), la playa Dos Castros y los acantilados de Ribadeo.

Para sacar el proyecto adelante, su director, productor y guionista tuvo que superar muchas dificultades. En principio se iba a empezar a rodar en 2001 pero a causa del hundimiento del “Prestige”, fue imposible. En 2006 empezaron el rodaje y a los 5 días quebró la productora. Estuvieron parados muchos meses hasta que se consiguió la financiación. Entre medias, Fernando Fernán Gómez, que iba a interpretar a Cándido, falleció. Como pequeño homenaje, hizo el papel del difunto Jean Claude Guimard, su doble.