Evasión en Atenea (1979)

Es increíble como la época dorada de Hollywood de los años cincuenta y sesenta creó una gran cantidad de estrellas que al hacerse mayores en los años setenta hubo que alimentar a base de películas de baja calidad ya fueran de catástrofes o bélicas como es el caso de esta “Evasión en Atenea”. Que es una mezcla cutre de “La gran evasión”, “Los violentos de Kelly” o películas de James Bond (si es que tenemos hasta a Roger Moore).

George P. Cosmatos, italiano de origen griego, sí el de “Rambo” o “Cobra” entre otras joyas, y que sólo salvaría “Tombstone” de su filmografía ya que al menos es un western que se puede apreciar de buena gana sin llevarse las manos a la cabeza, dirige sin pena ni gloria esta película que se hizo esencialmente para promocionar turísticamente Grecia (también sale Telly Savalas de origen heleno que acaba bailando a lo Zorba) aunque sinceramente no hace falta ver esto para visitar Hellas, maravilla absoluta del planeta.

La película como siempre en estos casos, los alemanes entre malos y/o tontos y los buenos como David Niven, hablando del robo de obras de arte de lo nazis (cuando el expolio sistemático y organizado le inventaron los británicos en época del Imperio.)

Lo peor sin duda ver a Elliot Gould vistiendo gorra y camiseta de béisbol americana y haciéndose el gracioso en el que es uno de sus peores papeles de toda su carrera.

Sin lugar a dudas lo mejor las localizaciones y Claudia Cardinale que seguí igual de guapa que siempre a pesar de tener ya unos años.

Cine totalmente prescindible, casi que parece una parodia de películas exitosas, una trama con mucho más pena que gloria, un guión flojo que no va para ningún lado, que nos muestra a un Roger Moore en un papel de comandante a cargo de un campo de concentración nazi mucho más parecido a un director de un campamento de verano de colegiales que otra cosa, la película no llega ni a comedia, ni a drama, es decir se queda en nada, ni siquiera en el aspecto de vestuario se tuvo cuidado, ejemplo Elliott Gould con una gorra de los Yanquis de Nueva York modelo de los setentas, para colmo el filme termina con una especie de fiesta que nadie sabe de que se trata, tal vez para que el público que aún se mantenía en la sala empezara a alegrarse que al fin su suplicio se estaba terminando. La única reflexión que le queda al espectador es saber cual fue la motivación para que artistas de la talla de Moore, Telly Savalas, David Niven, Claudia Cardinale, William Holden y hasta la misma Stefanie Powers, los hizo participar en este disparate.