Ciudad invisible (Serie de TV) (2021)

Capitaneada por Carlos Saldanha ("La Era del Hielo"), en su primera serie de acción real, y protagonizada por Marco Pigossi y Alessandra Negrini, Ciudad Invisible trae una versión interesante (y adulta) de los mitos de Brasil. No cabe duda que el folclore brasileño es fascinante y es este el mensaje que precisamente nos deja Ciudad Invisible, un rescate del folclore con respeto e inventiva. La serie sabe exactamente qué pistas y elementos dejarnos para que podamos unir el rompecabezas de su trama.

Con sus personajes ambiguos y un sorprendente reparto, la serie construye una historia cautivadora, adictiva y maratoniana, que consigue mantener el interés por sus misterios incluso en los momentos en los que da unos giros innecesarios.

La ciudad de Río de Janeiro cuyo escenario nutre la serie también es fascinante. Huye de Leblon y Copacabana (y de los típicos postales) para llevar la historia a Lapa, paseando por sus callejones e incluso por una ocupación.

Podría ser una producción difícil para el público fuera de Brasil, aunque sea un pequeño regalo para los brasileños que crecieron escuchando cada leyenda. Cuando un niño con una gorra roja se acerca con un pequeño salto, un brasileño sabe inmediatamente quién es. De la misma forma sucede cuando con un delfín rosa encontrado en la playa.

En esta perspectiva, el espectáculo es hábil para insertar personajes externos, ajenos al folclore y que habitan las calles de Río. De esta manera, el guión bebe de la fuente de varias otras series que mezclan ficción / terror con realismo. En historias como Fringe y The X-Files, los personajes necesitan cambiar percepciones y acciones después de entrar en contacto con un universo completamente nuevo. Y Ciudad Invisible lo hace muy bien, creando una narrativa orgánica que se mueve bien, sin prisas y sin grandes tropiezos.

*El casting es uno de sus puntos fuertes:*

Con eso, Marco Pigossi es el avatar del público dentro de la historia. Sus ojos y sus interpretaciones son las nuestras, y aceptamos acompañarle sin miedo. La confianza proviene no solo del guión, sino de la capacidad del actor para guiarnos a través de una trama todavía llena de misterios. Pigossi, por tanto, sorprende con carisma y seguridad, llevando con tranquilidad el inicio de la serie.

Vale la pena señalar, de hecho, que todo el elenco de Ciudad Invisible funciona. A diferencia de otras series brasileñas de Netflix, donde el producto final se vio muy obstaculizado por el elenco. El guión fluye con naturalidad y mucho de esto se debe, por supuesto, a la creación y supervisión de Carlos Saldanha, responsable de éxitos de animación como La Era del Hielo y Río.

*Ciudad Invisible es ideal para que el público extranjero conozca el folclore brasileño:*

Comenzando con buen pie y prometiendo buenos giros, Ciudad Invisible es una gran serie para que el público extranjero conozca un poco más sobre Brasil, su cultura, creaciones y mitos.

Con elementos exóticos, pero sin abandonar el contenido divertido, la nueva producción de Netflix tiene la capacidad de volvernos adictos y repensar un folclore que no se merece quedar solo en los libros infantiles y en las aulas. Que gane el mundo, y sea a través de un producto genial como esta serie.

Ciudad invisible se la juega. Era hora de ver alguna producción que no caminara sobre seguro, que arriesgara un poco más. Al ser Brasil su locataria la hace aún más llamativa y nos permite internarnos en ese curioso mundo del folckore regional.

Al comenzar a verla, salta de entrada su manufactura técnica: está jodidamente bien dirigida. La fotografía es precisa y la cámara sabe tapar algunas limitaciones escénicas valiéndose de planos cerrados, desviando la atención. Por delante se nos presenta una trama que oscila entre el policial y el cuento de hadas para adultos. Se contextualiza un Río de Janeiro bajo trasfondo ambientalista. La depredación urbana de las zonas más rurales en pleno conflicto con las fuerzas naturales es la columna vertebral, digamos ideológica, de la serie.

El género inicia haciendo uso de cierto realismo mágico para ir adentrándose de lleno en la fantasía. El protagonista debe resolver cuestiones tanto criminalísticas como personales y para ello debe indagar en su propio "barrio" como nunca antes lo había hecho.

El guión es cuidadoso en la explotación del policial, otorgándose licencias de avance narrativo bajo el amparo de esas fuerzas sobrenaturales disfrazadas de personas.

La serie, por suerte, ya tiene segunda temporada. Al parecer lo habían calculado bien, porque la trama no es autoconclusiva y deja tramas abiertas por donde seguir avanzando.

En resumen, estamos ante una serie de calidad mucho más integral y completa que el resto de los productos actuales. Desde luego pasa por el filtro "agendístico" de Netflix, pero dados los resultados no importa demasiado.