Stake Land (2010)

Como dijo el director en la presentación en Sitges esta no es tanto una película de vampiros como una película con vampiros.

Protagonizado por Connor Paolo y Nick Damici - también coguionista - el film narra el éxodo de un joven huérfano y un misterioso cazavampiros hacia un lugar llamado "Nuevo Edén", en la actual Canadá, donde según se cuenta la menor densidad de población ha contribuído a combatir la plaga vampírica, huyendo de las grandes urbes y las siempre peligrosas carreteras principales con el mérito de, mostrando solamente escenarios poco o nada urbanos y bastante marginales, lograr transmitir una sensación de desolación global bastante creíble.

Lejos de la moda de intentar racionalizar y explicar científicamente el origen de un fenómeno paranormal en ésta película no hay pretensión alguna de justificar la llegada de unos seres a medio camino entre el vampiro y el zombie, manteniendo su origen, así como el del cazavampiros, en el más absoluto misterio.

Aunque los personajes pecan de cierta planitud, expentuando tal vez el de la monja, el ritmo está muy conseguido, la elaborada fotografía resalta una historia bien tramada que logra despertar el interés del espectador, y mantenerlo hasta el final, sabiendo plantear situaciones inquietantes y resolviéndolas con eficacia. También contiene un amplio abanico de guiños que harán las delicias del espectador recurrente.
La música, por contra, resulta tópica e irrelevante.

En resumen un buen cóctel de carreteras, sangre, bosques, estacas, muerte, seres demoníacos y, tan o más terribles que estos, seres humanos, con sus virtudes y sus defectos, y con su capacidad tanto para crear como para construir.

Iba a comenzar diciendo que quizá la nota la había engordado debido a gran cantidad de mierda sobre vampiros, zombies y demás criaturas de la noche que últimamente saturan mi tiempo de ocio, y cuando encuentras algo medianamente bueno tiendes a encumbrarlo un poco injustamente.

Pero no. Creo que la película está muy bien, manteniendo un ritmo adecuado a la situación (quizá para algunos algo lento, pero a mi me gustó, me ayudó a meterme en la historia y empatizar un poco con los personajes) y unos actores que cumplen su cometido. Además, hubo un par de detalles que terminaron de ganarme:

1. La música. Perfectamente encuadrada en la peli y muy bonita, acompañando la narración en todo momento. Gran detalle.
2. Los vampiros. Esto es quizá más personal, pero siempre los he imaginado feos, asquerosos y aterradores, no guapos ni atractivos (y no sólo me refiero a las chustas de Crepúsculo que ni siquiera merecen llamarse vampiros, jeje).

Por supuesto también tiene cosas que no me convencieron, incluso un detalle que no me gustó para nada (al spoiler va para quien le interese), pero se lo perdono con creces porque Stake Land me hizo pasar un muy buen rato. Saludos!