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La carrera de Suzanne (1963)

La carrera de Suzanne
55 min.
6,7
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Sinopsis
Bertrand y Guillaume, dos universitarios que mantienen una ambigua amistad, entablan relación con Suzanne, una joven empleada que representa para Bertrand el prototipo de la chica fácil y superficial. Cuando Guillaume consigue seducirla, en Bertrand, enamorado platónicamente de Sophie, surge un sentimiento contradictorio que oscila entre la atracción y el rechazo hacia Suzanne. Ese sentimiento oculta el temor a no ser aceptado en el caso de que intentase abordarla, ya que su orgullo no podría tolerar ese rechazo. Segundo cuento "moral" de Rohmer. (FILMAFFINITY)
Género
Romance Drama Nouvelle vague Mediometraje
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
La Carrière de Suzanne
Duración
55 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Grupos
Cuentos morales de Eric Rohmer
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7
QUIEN RÍE EL ÚLTIMO...
1. Esquema de los ‘Cuentos Morales’ de Rohmer: un hombre y dos mujeres; mientras el hombre busca a la primera, conoce a la segunda, relación que llena el argumento. Al final, vuelve a la primera, y tal es la moral o enseñanza.

A Bertrand, amigo de Guillaume, le gusta Sophie, que no le hace caso. Le altera la vida la aparición de Suzanne, una conquista de Guillaume.

Este segundo cuento moral es un mediometraje largo, bastante más extenso que el primero, mediometraje breve. Permite más desarrollo y matices.


2. Parisino boulevard Saint-Michel. Mientras fuman Gitanes y hojean apuntes, en las terrazas de los cafés los universitarios estudian, charlan y ligan.

Huele más a denso perfume existencialista, en B&N, que a revueltas de mayo y psicodelia, aún por venir.

*Bertrand, el narrador en primera, estudia Farmacia y sus padres le pagan residencia en un hotel. Sentimentalmente torpe, por tímido, apenas tiene iniciativa y se ve involucrado en las escaramuzas de alrededor, como un subalterno… pero es capaz de posturas comprensivas y caballerosas.
*Guillaume, de Políticas, es conquistador incansable, acostumbrado a aprovechar sus dotes donjuanescas y rodearse de corte en la mansión familiar de las afueras… pero consumada la seducción su trato se vuelve tiránico, utilización burda y desleal. Para casi todas sus conquistas es un hijo de papá que se finge golfo, por esnobismo. El toque canalla tiene éxito.
*Suzanne, que estudia italiano en el nocturno, parece conforme con ser valorada en poco, sumisa e incapaz de enfadarse… pero alberga sobrada resolución para dirigirse a sus objetivos.
*Sophie, atractiva irlandesa, parece limitada a dejarse cortejar y a recibir admiración, vanidosamente… pero puede reaccionar ante muestras de calidad humana.

-Jugando a espiritismo, una entidad mueve la mesa y se identifica como Don Juan, entre carcajadas estrepitosas de Guillaume.
-Reposados guateques: clásica, bandejas de canapés, lectura en butacas, baile agarrado, álbumes de fotos, ajedrez de bolsillo, vino de solera subido de la bodega…
-Si la invitada pide con qué coserse la falda, se crea intimidad, sea o no deliberado.
-Si Guillaume sabe que una amiga trabaja, procura vaciar su cartera haciéndose invitar durante semanas: chuleándola. Bertrand se apunta.
-Cena en Maître Paul, copas en el Tilbury, estreno de Lawrence de Arabia. Cavas, jazz, velas.
-Un libro con las hojas sin cortar es buen escondite para los billetes de banco. En teoría.


3. Al caber matices, la psicología sentimental cobra complejidad. La forma, en cambio, es depurada y austera. El argumento se ciñe al texto base, esqueleto revestido con la fibrosa musculatura de las imágenes, concisas y funcionales.


4. Que la vida de una persona mejore de tal forma que nadie pueda ya compadecerla, constituye por sí solo un genuino desquite.
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41 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Los cuentos morales continúan su cauce natural
Curioso mediometraje dirigido por Éric Rohmer y protagonizado por Philippe Beuzen, Catherine Sée y Christian Charrière.

El filme narra, en primera persona, el encuentro entre dos jóvenes estudiantes y amigos con una señorita de nombre Suzanne, a quien conocen en un café-bar, y el posterior desarrollo de la particular relación de ambos con la susodicha.

Si bien este, el segundo cuento moral de Rohmer, resulta el menos interesante de los seis, no deja de ser una muestra bienintencionada del talento del cineasta francés. Entretiene y atrapa en sus 54 minutos de duración. El maestro continúa dándonos lecciones de cine y eso se agradece (lo hará por cuarenta y tantos años más).
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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