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Mañana cuando amanezca (1955)

Sinopsis
Los supervivientes de un accidente aéreo son internados en una campo de prisioneros. Uno de ellos es Luis, quien se enamora de Victoria, la institutriz de su hija. Después de tiempo, Victoria y la niña consiguen salir del campo. Al volver a casa descubren que la mujer de Luis no murió en el accidente como ellos creían. Lo cual induce a Victoria a regresar al campo de concentración para ver a Luis por última vez. (FILMAFFINITY)
Género
Aventuras Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Mañana cuando amanezca
Duración
87 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Coproducción España-México;
6
Una llamada a reconciliar "las dos españas"
Las relaciones entre España y México durante el franquismo siempre fueron peculiares. Que el entonces floreciente régimen del PRI hubiese acogido en el exilio a tantos republicanos españoles no impìdió que ambas cinematografías colaboraran en muchísimas coproducciones e incluso alguna, como ésta, de clara propaganda anticomunista que no parece haber visto hoy en día casi nadie, aunque circule por ahí alguna copia en la red. Y es una rareza curiosa.

Dirigida por el ilerdense Javier Setó, responsable de películas muy interesantes, la cosa va de un avión que tras salir de Madrid camino de El Cairo se estrella en un país de detrás del entonces llamado "telón de acero" (que por las pistas que se dan y por mera geografía no podría ser otro que la antigua Yugoslavia), y como los comunistas son tan malos no se les ocurre nada mejor que internar a los supervivientes en un campo de trabajo.

Pero no nos encontraremos solo ante un filme de aventuras centrado en el intento de huir del campo de concentración dirigido por un siniestro gerifalte comunista (Antonio Prieto) de tres de ellos, sino ante un melodrama bastante folletinesco en el que, durante el cautiverio y huida, creyendo que su esposa, a la que no amaba (Beatriz Aguirre), ha muerto en el accidente, un diplomático (Abel salazar) se enamorará de la institutriz (Silvia Morgan) de su hija pequeña. (Pilar Sanclemente).

Digno de mención desde el punto e vista de la sociología, la política y la historia del franquismo es asimismo que en el guión en que participó, junto a otros, el diplomático y prestigioso escritor Enrque Llovet, el trío de fugitivos recibirá la ayuda de un excombatiente republicano español (Tito Junco) y de un judío sefardí (José Casín), españoles, a fin de cuentas,alejados de la madre patria pero que la siguen amando.

Eran los tiempos en que tras el acuerdo con Estados Unidos para la instalación e bases militares, y la entrada en la ONU, Franco obtuvo cierta legitimación exterior y abundaron las películas en las que que aunque los 'rojos' seguían siendo muy malos,también había quienes volvían a la patria tras purgar sus pecados.

Y en las que no se puede negar que algunas veces, como en la que nos ocupa, existe un manifiesto y sincero deseo de reconciliación entre "las dos Españas" (Llovet había sido falangista pero después se distanció del régimen), aunque solo llegara a expresarse hasta donde permitía la censura.

En ese sentido, el diálogo que mantienen los personajes interpretados por Salazar y Junco recordando como era Madrid y los tranvías en la calle de Alcalá antes de la guerra es enternecedor (y no es ironía) e incluso emocionante, además de constituir un testimonio de primera magnitud de la frustración por la existencia de "dos españas", y la grisura de aquella España de posguerra, tras la devastación del enfrentamiento fraticida. Y de que de ello no dejaban de ser conscientes también muchos de los que (como Llovet) habían formado parte del bando vencedor.

Solo por eso, y al margen del folletín, vale la pena ver la película.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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