arrow

La podadora (El gran cuchillo) (1955)

La podadora (El gran cuchillo)
103 min.
6,5
505
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Disponible en:
Suscripción
Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Charles Castle, un actor de Hollywood muy exigente consigo mismo, no está satisfecho de sus últimas interpretaciones. Por eso, cuando un productor le hace una tentadora oferta que él considera que dañaría su reputación, la rechaza. Pero el productor lo chantajea, amenazándolo con revelar hechos de su pasado que empañarían más su prestigio que el papel que le ha ofrecido. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Cine negro Cine dentro del cine
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Big Knife
Duración
103 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1955: Festival de Venecia: León de Plata
7
De ángel de la muerte a payaso sin alma
Quienes vimos de pequeños “Raíces profundas” difícilmente podremos separar nunca el nombre y el rostro de Jack Palance de los del infame pistolero Wilson, uno de los villanos definitivos de la historia del cine. Tanto en nuestra memoria como en nuestras pesadillas, Palance será siempre truenos y barro, un guante negro, una sonrisa helada y unos pómulos tallados a navaja que más que a un profesional del revólver parecen pertenecer a un auténtico e implacable ángel de la muerte. La de Jack Palance, lo dijo una vez Elia Kazan, era una cara que solo una madre sería capaz de amar.

Palance, sin embargo, y pese a sus limitaciones, fue un estimable actor, condenado por su aspecto físico, tan imponente como castigado por su paso por el boxeo y la Segunda Guerra Mundial, a papeles de malvado o de tipo duro, que no le permitieron, más que en contadas ocasiones, demostrar lo que él consideraba su auténtico talento interpretativo. Y uno sospecha, viendo la vehemencia con que interpreta a Charles Castle, un actor “que ha traicionado sus sueños pero no puede olvidarlos”, antaño idealista y reconvertido en estrella cínica y hastiada y encasillada en papeles de boxeador tan exitosos como banales, que algo hay en su trabajo en esta peli de reivindicación de su pasado como actor teatral en Broadway.

Aunque se trate de una agria exploración de la trastienda hollywoodiense, “El gran cuchillo” es, de hecho, la adaptación de una obra de Clifford Odets, cuyo origen teatral viene a explicar sus no pocos méritos y alguno de sus defectos. Incisiva, tensa, bien trenzada y ocasionalmente brillante, la peli de Aldrich plantea con crudeza el conflicto interior de un hombre atado por un secreto inconfesable a una vida de payaso sin alma tan confortable como autodestructiva. Sus buenas interpretaciones y afiladísimos diálogos, sin embargo, resultan a menudo demasiado envarados y faltos de naturalidad, revelando sus mal cerradas costuras teatrales y dándole a la peli cierto aire, más bien engorroso, de representación filmada. El amor de Aldrich por el exceso, que tan bien funcionaba en otras obras suyas, acaba siendo aquí un arma de doble filo: hay frases tan bien cinceladas y tanta expansión emocional que la indudable potencia trágica de su tramo final se ahueca y adelgaza hasta casi desaparecer. El exceso de artificio difumina el drama humano.

“El gran cuchillo” es, en todo caso, una peli muy disfrutable, que ofrece un descarnado y desolador retrato de la industria del cine, ese nido de víboras que no tolera el fracaso y del cual emerge, por méritos propios, el rostro de Rod Steiger como un retorcido y egocéntrico productor, abiertamente inspirado en los todopoderosos Harry Cohn y Lois B. Mayer y especializado en arrancar corazones y reducirlos a carne picada para las masas, que rebaja al pobre pistolero Wilson a la categoría de mindundi y que viene a recordarnos, por si no lo teníamos claro, quién maneja en realidad los hilos de ese sueño que llamamos cine.
[Leer más +]
24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
TODOS PRETENCIOSOS
Charles Castle, afamada estrella de cine, posee un oscuro pasado que le hace venderse al despótico productor Stanley Hott firmando un contrato con su estudio por siete años. Marion, la esposa de Charles, está dispuesta a abandonarlo tras la firma del contrato.
Película pretenciosa la cojas por donde la cojas. Lo es en su argumento, lo es en sus diálogos, lo es en la posición de la cámara y, sobre todo, lo es -y esto es lo peor de todo- en las interpretaciones de los personajes principales. Otro tipo de actuación más natural y contenida hubiera salvado la película, habría conseguido transformar nuestro estupor y sonrojo en auténtica curiosidad e interés por el desarrollo de la historia. Lamentablemente no es así y no salimos de nuestro asombro al observar los desmanes interpretativos de Jack Palance y Rod Steiger. Una pena lo de este último pues si, conocidas son las limitaciones de Palance para cierto tipo de papeles, Steiger venía de realizar un notable trabajo en "La ley del silencio" y, en este mismo año de 1955 brillaría también en "The court martial of Billy Mitchell".
La cinta no llega a aburrirnos, es cierto, pero da la sensación de que la vemos un poco de soslayo, sin creer nunca en ella, sin fiarnos un pelo. No nos basta sólo con la correcta actuación de Ida Lupino y los espléndidos cinco minutos que nos regala Shelley Winters.
[Leer más +]
15 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre La podadora (El gran cuchillo)
Fichas más visitadas