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El francotirador (1952)

El francotirador
88 min.
6,7
415
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Eddie Miller, un modesto empleado, sufre mentalmente ante sus deseos de matar. Intenta, quemándose una mano, que lo detengan de alguna forma para no causar daño a nadie, pero su odio alimentado desde siempre por sus continuas frustraciones, le empuja sin cesar a liquidar mujeres a quienes acecha con su carabina. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Intriga Cine negro Crimen Asesinos en serie
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Sniper
Duración
88 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1952: Nominada al Oscar: Mejor historia
8
EL HOMBRE QUE NO AMABA A LAS MUJERES
Desconocidísima en España, "The Sniper" me parece, indudablemente, una de las mejores películas de Dmytryk, superior a otros títulos suyos muy conocidos, especialmente de su segunda etapa (tras su célebre "colaboración" con el HUAC), mucho menos interesantes que realizaciones más modestas, como la presente, que caracterizaron su labor durante los años cuarenta.

Esta historia de un psicópata que ha desarrollado un odio exacerbado hacia las mujeres -a las que asesina empleando las tácticas propias de un francotirador- hoy no nos sorprende, pero en su época, y a pesar del ninguneo de espectadores y críticos, constituía un acercamiento verdaderamente original a una problemática de difícil solución, como es la que plantean los asesinos en serie, víctimas a su vez de trastornos mentales. Así, el protagonista de la película es el asesino, y no tanto sus perseguidores, pues lo que interesa es mostrar la incapacidad de Eddie Miller para frenar su odio, lo que le empuja a autolesionarse y a delatarse a sí mismo.

Las mejores películas de Dmytryk suelen revelar los aspectos oscuros y desagradables de la sociedad estadounidense; ya en "Crossfire" se apuntaba algo parecido al hilo del antisemitismo, y en el presente caso se abunda en el retrato de una sociedad que sometida al miedo, al terror que generan los hechos descontrolados o incomprensibles, reacciona violentamente, buscando venganza en un chivo expiatorio. La tesis del filme es la contraria: el mal, o al menos este tipo de mal, puede prevenirse y tratarse, y los indivíduos que lo perpetran pueden ser salvados de sí mismos, para bien de toda la comunidad.

Más que por el argumento abordado, la película destaca enormemente en el aspecto formal, en el que Dmytryk alcanza aquí su plenitud como director. Para cerciorarse de ello basta con observar todas y cada una de las secuencias de los asesinatos, absolutamente brillantes; por destacar una, yo señalaría la de la mujer que tras haber intentado un infructuoso acercamiento al asesino en un bar, vuelve borracha a su casa (negociando con dificultad las cuestas típicas de San Francisco), a la que sube, y donde la vemos prepararse para acostarse a través de la ventana. Es entonces cuando el francotirador -a quien no hemos visto pero cuya presencia sí hemos intuido- quiebra dramáticamente la aparente rutina de la escena. También son especialmente reseñables el plano en contrapicado que nos muestra a Miller autolesionándose con los fuegos de la cocina, todo el fragmento ambientado en el parque de atracciones (de un peculiar y acertado sadismo), y la secuencia en que el francotirador mata a un deshollinador que le había descubierto desde las alturas de una chimenea. Son momentos de gran cine por parte de la realización, cuya calidad se mantiene hasta el plano final, del que no diremos nada.
Continúa en spoiler, sin revelar detalles.
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24 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Un hombre en el tejado
Muy a propósito la ciudad de Los Ángeles para rodar este film psicológico por sus calles de empinadas cuestas que, se podría ver, cómo la cuesta arriba de la vida de un hombre torturado al máximo por sus traumas, y hay que añadir que las imágenes, eso sí, al servicio de la acción, nos muestran siempre unos planos interesantes de esa conocida ciudad tan peliculera. Son calles quebradas que rompen la simetría horizontal de las hileras de sus ventanales, metafóricamente podrían acompañar la confusión mental del protagonista.

La misoginia de este personaje, Eddie Miller, está explicada por el psicólogo de la policía, y razonada e incluso disculpada, y ya cada cual se hace sus composiciones, lo importante es que sirve perfectamente para exponer la conducta de un hombre, de apariencia incluso agradable, que actúa en el secreto dando cuenta de sus frustraciones con el crimen. Para que luego digamos de los americanos, las americanadas no existen, la buena conciencia acompaña en todo momento el drama y el espectador no termina nunca de condenar tajantemente la conducta expuesta; para ello además no olvida las víctimas y se nos ofrecen cuidadosos detalles: una mujer toca el piano, es guapa y la gente la quiere. Otra por ejemplo, nos la muestra aséptica y fríamente desde fuera de la ventana en el calor de su habitación, pero esa amenaza sobre su persona nos toca la fibra sensible cuando vemos que coloca su muñeca en la cama con sumo cuidado, ya no nos es indiferente esa mujer tierna que ama sus recuerdos y quiere tener un futuro esperanzador a pesar de la soledad en la que vive, pues así nos la han presentado.

La película es extraordinaria y para los que somos especialmente adeptos al género policial, diremos que es realista al máximo lo relacionado con la función policial, el viejo teniente, la maquinaria administrativa, la eficacia dirigiendo a la gente que se arremolina y corre ante la expectación, y excepcionales detalles con los agentes como esos subidos en los tejados, y ése en especial sorprendido tras la sábana que tiende la mujer al calor del sol. Tal vez uno no entre nunca en la mente del psicópata pero aquí nos lo acercan de manera muy cuidada y delicada.
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9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
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