Bayoneta (2018)

El boxeo es el deporte más cinematográfico sin duda alguna, este deporte ha dado grandes obras maestras, y el cine mexicano, a pesar de su larga tradición de buenos peleadores, no se ha acercado lo suficiente a narrar la vida de los boxeadores, ya sea en relatos de ficción o bien en biografías, afortunadamente el realizador Kyzza Terrazas lo intenta en su más reciente película.

Miguel Galíndez (Luis Gerardo Méndez), conocido también como Bayoneta, un boxeador que tras un fuerte combate sufre una crisis que lo lleva a decidir su retiro, además de autoexiliarse al irse a vivir a Finlandia, donde trabaja entrenando a otros boxeadores.

Han pasado cuatro años y los sentimientos de culpa no han aminorado en Miguel, por lo que suele aislarse y le cuesta vincularse con el resto de las personas, apenas tiene relación con su compañero Denis (Brontis Jodorowsky), pero cuando su equipo pierde una pelea y el dueño del gimnasio decide hipotecar el lugar y postergarle su pago, Bayoneta toma la decisión de regresar a pelear, buscando también la posibilidad de regresar con los suyos a su país.

‘Bayoneta’ es una película de boxeo pero que no se aferra del todo a los tópicos de las películas que narran la vida de boxeadores, en la pantalla hay poco boxeo, es más bien un filme intimista, de atmósferas, navegando en temáticas que van de la culpa, la redención y la inmigración.

Terrazas realiza una dolorosa introspección en su personaje, abatido por sus sentimientos los cuales se ven reflejados en la geografía finlandesa, la cual juega un papel importante en la construcción de una atmósfera desoladora y, obviamente, fría.

El relato del director de ’El lenguaje de los machetes’ y ‘Somos lengua’ prefiere las sutilezas, con poderosas imágenes y algunas metáforas, como el alce al que Bayoneta suele ver, para narrar una historia reflexiva, que suma virtudes al poder sacar de su zona de confort a su protagonista.

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Extraña e imperfecta película de un boxeador mejicano que, en la cima de su carrera, tras un combate, sufre un punto de inflexión en su vida y debe comenzar desde cero.

El ambiente frío de Finlandia está presente en toda la película, casi como un personaje más. Lo malo es que está climatología parece engullir no solo a los personajes, sino también a la realización del propio film, que es frío como el hielo de sus calles.
Por tanto, la primera parte es bastante pausada, abúlica, lenta como el caminar de un elefante, carente de emoción, yéndose muy lejos del espectador, de manera que no conecta.

El montaje, que pretende ser moderno, parece haber sido hecho con un cortaúñas. Quitando el motivo por el que Bayoneta cambió de país, el argumento es previsible, como el supuesto romance, sin garra y metido con calzador en el guión.

El actor, Luis Gerardo Méndez, está sobreactuadísimo en su sobriedad, su quietud, su inmovilismo exasperante. Sabemos que está encerrado en una encrucijada y que sufre, pero es demasiado.

Solo mejora un poco cuando están presente las tomas del cuadrilátero, cuando Bayoneta está en su hábitat, aunque nada que no hayamos visto ya en multitud de películas.
El ambiente derrotista solo incita a parar de ver esta fallida película.

Poco que destacar. Otra oportunidad perdida de haber filmado una película de boxeo atractiva.