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A la deriva (2018)

A la deriva
96 min.
5,7
3.021
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Sinopsis
Basada en una historia real, narra cómo la pareja formada por los jóvenes Tami Oldham (Shailene Woodley) y su novio Richard (Sam Claflin) se hace a la mar en su velero, pero en medio del océano se ven sorprendidos por una de las mayores tormentas jamás registradas. Tras el paso del huracán, Richard sale herido, y Tami tendrá que ponerse al mando para intentar sobrevivir a la deriva con el velero roto, sin comida y sin agua. (FILMAFFINITY)
Género
Aventuras Drama Thriller Supervivencia Aventuras marinas Basado en hechos reales Años 80
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Adrift
Duración
96 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Estados Unidos-Islandia-Hong Kong;
Links
4
Secreto a voces
Me escapé a verla, aun con serias dudas, porque he tenido la ocasión de ver bastante cine marítimo y estaba interesado en conocer el camino que había escogido su director, Baltasar Kormákur, que además es hispano-islandés, para lleva a la pantalla una historia que, por si algo faltara, se basa en una tragedia real y ha contado con la ayuda de quien la sufrió a bordo del velero, Tami Oldham Ashcraft.

El resultado no puede haber sido más desolador, en mi opinión.

Empezando por la ausencia de un guión digno de tal nombre. Lamentablemente yo no he leído el libro -'Red Sky in Mourning: A True Story of Love, Loss, and Survival at Sea' [2002]- que co-escribió la protagonista del drama, pero no me puedo creer, de ninguna manera, que los 41 días de un drama de tal magnitud no den para un guión simplemente razonable.

Continuando por tratar de salvar una película, que dura sólo 96 minutos, a base de rellenar que la mitad de ese tiempo con continuos y agotadores flash-backs [analepsis] sobre la insulsa relación de la pareja que emprende la navegación, digna de una cursi telenovela, valga la redundancia, con pinceladas fotográficas tipo el gran Nestor Almendros en el 'El lago azul' [1980; Randal Kleiser]. Dicho de otro modo: lo que pretende ser una tabla de salvación, hunde lo poco que en el film puede flotar, porque se carga gran parte de la poca tensión que desprende el rodaje marítimo.

Reconociendo, desde luego, que la fotografía de Robert Richardson [habitual colaborador de Quentin Tarantino] es brillante en algunos planos aéreos, pero, al no haber nada consistente que la sostenga parece más una publicidad turística que otra cosa [léase, por ejemplo, la secuencia del acantilado]. El manejo de la cámara al hombro, subjetiva, a bordo del balandro, ayuda a aguantar el tedio.

De la interpretación, tampoco hay mucho que decir: realmente sólo interpreta Shailene Woodley y al carecer de guión sólo le salva su solvencia profesional y esa imagen tan suya tan fresca y alejada de lo que se considera hoy una estrella. No hay más.

La ambientación es correcta siempre que el espectador no se percate de las incoherencias propias de quien se mete a hacer cine marítimo sin conocer suficientemente el medio y las singularidades de un velero. Los efectos especiales cumplen, aunque no siempre. La banda sonora simplemente acompaña.

Aunque respira influencias, verbigracia, de 'All it lost' [2013; J.C. Chandor] o de 'La vida de Pi' [2012; Ang Lee] y de otras muchas, cualquier parecido con un cine simplemente correcto es pura coincidencia.

Y ahora viene lo peor, porque lo he dejado para el final:

Cuando se lleva al cine una historia real, introducir en ella un alucine que dura la mitad de la película es una estafa al espectador que no ha leído un simple resumen del hecho acaecido o las tapas del libro donde también se cuenta, es decir, esa inmensa mayoría que no tien porqué conocer en qué consistió la realidad. Y una tomadura de pelo para quien se ha tomado la molestia de enterarse previamente.

Dicho de otro modo: el director convierte una realidad al alcance de todos en puro 'spoiler'. Y no digo más.

El cine marítimo es complejo y más tratando de entremezclarlo con una telenovela y el más puro engaño [4 sobre 10]

El quicio de la mancebía [EQM]
https://elquiciodelamancebia.wordpress.com/2018/07/14/a-la-deriva-eeuu-2018-de-baltasar-kormakur
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30 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Crítica de A la Deriva por Cinemagavia
Baltasar Kormákur vuelve a centrarse en una contienda del hombre contra la naturaleza en A la Deriva (Adrift), después de su último film “Everest”, estrenado en 2015 y que fue la película de apertura del Festival de Venecia de este mismo año. El nuevo trabajo del director islandés cuenta con un reparto encabezado por dos actores jóvenes pero experimentados: Shailene Woodley (“Los Descendientes”, “Snowden”) y Sam Caflin (“Antes de ti”, “The Riot Club”). Este desequilibrado largometraje nos relata los hechos reales de Tami Oldham (Woodley) y Richard Sharp (Caflin) después de quedar, tras un huracán, a la deriva en alta mar fuera de cualquier ruta marítima y casi sin medios para sobrevivir.

La estructura narrativa que plantea Kormákur es interesante. El intercalar tiempos –pasado y presente- se resuelve con inteligencia ante el riesgo que esto conlleva y que ha provocado que tantas películas merezcan el suspenso. El aspecto temporal es, aun así, quizás lo más arriesgado del film. Es estéticamente convencional y tanto los encuadres como los movimientos de cámara, en cambio, no están destinados a sorprender a nadie.

Dentro del reparto, nadie destaca por su gran trabajo, y si estamos hablando de un film dramático y desgarrador, este puede ser un problema. Shailene Woodley podría haber hecho el papel de su vida si hubiera sabido encarnar el dramatismo que suponen las condiciones en las que se encuentra su personaje. Por otro lado, Sam Caffin, aunque su papel no lo exija tanto, tampoco transmite nada en especial, convirtiéndose así en un personaje muy superficial pese a los intentos del guion de profundizar en él.

Por este motivo, la cinta no consigue cautivar por su fuerza emocional ante la adversidad que supone estar a la deriva sin apenas rumbo, sino que, con el apoyo de la música, forma un relato romántico que parece desacreditar los hechos reales para formar un producto cinematográfico paralelo.

Uno de los grandes méritos de la cinta es que gran parte esté rodada encima de un barco con la dificultad que esto conlleva. También los efectos especiales que se realizan durante la tormenta son notables.

A la Deriva es una película que consigue entretener pero que no transmite la suficiente fuerza para considerarse un film desgarrador, más bien contiene un dramatismo envuelto con un romanticismo light y medio encubierto. Lo que le falta a la cinta para llegar a lo que pretende son unos intérpretes con más carácter y un guion más potente, aunque nos deje algunos detalles muy interesantes como la combinación entre el pasado y el presente.

Escrito por Ferran Calvet González
https://cinemagavia.es/a-la-deriva-pelicula-critica/
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26 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
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