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Stop Making Sense (1984)

Stop Making Sense
88 min.
8,0
1.460
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Trailer oficial reestreno (ESPAÑOL)
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Sinopsis
Aclamadísimo documental musical sobre los Talking Heads en concierto, rodado en 3 noches y con 7 cámaras por Jonathan Demme. (FILMAFFINITY)
Género
Documental Conciertos Documental sobre música
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Stop Making Sense
Duración
88 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1984: National Society of Film Critics (NSFC): Mejor documental. 2 nominaciones
8
Obra Maestra
Comienzo: David Byrne, acompañado en un vacío escenario por un radio cassette interpreta Psycho Killer.
El papel le queda como un guante, porque el amigo Byrne tiene una cara de raro y esquizofrénico que no se la salta un gitano.

Desarrollo: Se van uniendo, uno a uno, Tina Weymouth, Chris Frantz, Jerry Harrison y el resto de la banda. Tocan varios temas: "Heaven" (para los que no conozcan a los Talking, de esta canción hizo una versión Presuntos Implicados llamada "Cielo" ), "Thank you for sending me an angel", "Burning down the house" (que versionó Tom Jones hace no muchos años), "Swamp" (aquella canción que se escuchaba en la fiesta que Herbert Viola montaba con Tomasito en "Risky Business")...

Giro: se retira Talking Heads y el matrimonio Tina-Chris se queda en el escenario tocando temas de su grupo Tom Tom Club, con ritmos cálidos y melodías suaves, para descansar un poco del psicopatismo frenético del amigo Byrne.

Giro: tras el descanso, la impaciencia por volver a ver al grupo en acción se quiebra en sorpresa cuando aparece Byrne envuelto en un traje enorme para tocar "Girlfriend is better". Es una idea sencilla, simple... pero devastadora.

Fin: se acaba el primer concierto grabado por completo en digital tras tocar unos cuantos temas más. 8 cámaras han ido mostrándonos al numeroso elenco de músicos, en el momento adecuado y de la forma adecuada, mientras la gafapastoesquizofrénica música de los Cabezas Parlantes nos taladra el subconsciente y nos instala el chip del tic nervioso en el esqueleto.

Conclusión: este es el hasta ahora único concierto - película grabado en la historia. Y encima, obra maestra. ¿Se puede pedir más?.
La mejor película de Jonattan Demme, de largo.
Lo mejor: "Psycho Killer", la construcción del escenario, la lámpara de "This must be the place", el traje, la banda, los bailes del coro, los variados instrumentos, la música, la iluminación, "Once in a life time".... TODO.

Lo peor: todavía era muy jovencito para saber quiénes eran estos chiflados con lo que no los pude en ver en pantalla grande.



Alguien, no recuerdo quién, dijo una vez: "la música de los Talking Heads es la única música hecha por blancos que puede hacer bailar a los negros".
Óle.
Hay que tener en cuenta que en el 84 no habían visto aún la luz los discos más famosos del grupo: "True Stories" (que también tuvo película, extraña, y de la que aún estamos esperando que se publique el disco de la banda sonora original, cantada por los actores del filme, como prometió la banda en su día), "Little Creatures" (con canciones como "Road to nowhere"/Ponte de moda, moda Lois o "And she was", que alcanzó años después mucha fama gracias a la película "Mira quién habla") y "Naked", el genial vinilo del mono en la portada.
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36 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Abróchense los cinturones, esta noche va a haber tormenta
Hace 25 años se filmó uno de los mejores conciertos que he escuchado en la vida. Fue el año de mi nacimiento. Y como muchas de las cosas buenas que he descubierto, se ha hecho esperar y por fin conozco a los Talking Heads. Grandes, muy grandes.

Uno de los inconvenientes de haber disfrutado de una adolescencia en los 90 es haberme perdido los conciertos de mis grupos favoritos (Dire Straits, OMD, Queen, Led Zeppelin...), y de otros que curiosamente he conocido gracias al cine (Joy Division o Talking Heads).

Supongo que el disfrutar del documental está supeditado a que la música de estos monstruos le gusten a uno. Pues bien, para quien no los conozca o ande dubitativo, le recomiendo enfervorecidamente estos 80 minutos de cojonuda música, que personalmente me han tenido clavado a la pantalla y golpeando sin descanso la pierna del eléctrico ritmo que Byrne y los suyos provocan durante todo el concierto.

La mezcla de sonidos electrónicos y rockeros, la voz y la gesticulación enfermiza de Byrne (si Ian Curtis parece que fibrila en sus conciertos, no se pierdan a Byrne), el buen rollo entre los integrantes del grupo, la calidad individual de cada componente, los ojazos de Tina Weymouth (¡cómo me pone esta mujer!), el juego de luces...todo ello da lugar a uno de esos conciertos mágicos que ocurren una vez cada 10 o 20 años. Y Demme no sólo es testigo de excepción sino que además lo transmite con un oficio increíble.

Y como no podía ser de otra manera, fue en una pequeña sala, donde está la buena música. Para bailar un palmo por encima del suelo. Un concierto-documental que ya entra a formar parte de mi vida. Gracias.
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25 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
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