arrow

Trail Street (1947)

Sinopsis
La ciudad de Kansas está sin sheriff y la sequía del verano está haciendo la vida imposible a los granjeros. Bat Masterson llegará al pueblo y ocupará el cargo al tiempo que impondrá la ley y el orden. Además encuentra una buena cepa de trigo que resiste las duras condiciones. Lo malo es que los habitantes están abandonando el pueblo y ya es difícil retenerlos. (FILMAFFINITY)
Género
Western Musical Romance
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Trail Street
Duración
84 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
7
Bat Masterson, llamado para hacer justicia
Liberal, es el nombre de un pueblo de Kansas donde todavía no ha llegado la ley, y donde nunca se ha colgado a un vaquero… porque el mandamás del pueblo, el ganadero Logan Maury, es quien tiene la sartén por el mango. Carmody, el administrador del bar Oriental, es su más fuerte cómplice y entre los dos están en planes de acabar con los agricultores para expandir las tierras ganaderas. Para legalizar sus tierras, los agricultores cuentan con la asesoría de la oficina Liberal Land, que dirige Allan Harper, un hombre honesto y competente, cuya novia, Susan Pritchett, despierta también el interés de Maury, seducido por su notable belleza y juventud.

Atendiendo al llamado que le hace Billy Jones, un simpático viejo desdentado que fuera su gran amigo y quien ahora está muy preocupado por la situación de los agricultores, a Liberal llega, Bat Masterson (Bartholomew William Barclay Masterson), el hombre que limpió de malhechores a Dodge City, y a quien se respeta como un íntegro hombre de ley.

Así comienza este predecible, pero muy entretenido western, dirigido por Ray Enright, quien, una vez más, demuestra su amplio oficio para crear un ambiente atractivo e interesante, con personajes que, aunque, físicamente, se parecen muy poco a los del viejo oeste, consiguen cautivarnos con sus altos valores… y otros tantos, con sus habituales bajezas... pero, ¿Quién podría hacer el bien sino surgiera el mal para poder ejercerlo?

En su 4° de siete encuentros junto a Ray Enright, el actor Randolph Scott, vuelve a ser ese insobornable hombre de ley como los quisiéramos en la vida real… ¿será esta una de las razones por las que nos gusta tanto el cine?... y lo mejor de todo, es que representa a ese admirado personaje real que, luego de hacer historia como hombre de ley y como miembro de la memorable Comisión de Paz de Dodge City (junto a Luke Short, Wyatt Earp y otros), se convertiría, por fin, en columnista de un periódico (el New York Morning Telegraph), donde escribiría sobre deportes desde 1903, hasta su muerte en 1921.

Junto a Scott, Robert Ryan es esa suerte de registrador tan apreciado por la gente del pueblo como por las mujeres; Steve Brodie, es el ambicioso ganadero que quiere pan y pedazo; y Anne Jeffreys, es Ruby Stone, la atractiva cantante que levanta la energía de los clientes del bar. Mención especial para la encantadora, Madge Meredith (Susan), una joven actriz que hacía aquí su tercer rol importante, pero, habían pasado apenas cuatro meses desde el estreno de la película cuando, el 30 de junio de 1947, fue condenada a 5 años de cárcel con riesgo de cadena perpetua, acusada de complicidad en un asalto en el que hubo robo y secuestro de un empresario y su guardaespaldas. Cuatro años después, se llegaría a la conclusión de que hubo ligerezas e inconsistencias en la corte que la condenó, pues, se descubrió que, el empresario que la acusaba, pretendía hacerse con la propiedad que ella poseía y habitaba, lo cual finalmente había logrado. La actriz fue, entonces, exculpada de todo los cargos y le regresaron la vivienda… pero a partir de entonces, solo sería llamada para aparecer en series televisivas y para unos pocos cameos, ¡sin crédito!, en filmes como, “To Hell and Back”, “Tea and Sympathy”, “The Ten Commandments” y alguno más.

Título para Latinoamérica: SIN DIOS NI LEY
[Leer más +]
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Tierras o vacas
Randolph Scott y Robert Ryan, se ponen bajo la batuta de Ray Enright, otro de esos desconocidos directores de la segunda fila de la fábrica de sueños, con un porrón de títulos bajo sus espaldas, para traernos este entretenido western de 84 minutos repleto de conflicto.
Adaptada de una novela, la película nos introduce de lleno en dos de los temas más característicos del Oeste. Uno, la sempiterna lucha entre agricultores y ganaderos y la imposibilidad de conseguir una convivencia pacífica entre ellos, en su eterna guerra por las tierras que unos quieren cultivar y vallar y, otros, las necesitan libres de cercas, para pasto y paso de sus ganados.
Dos, la llegada de la ley y el orden, personificada en la figura del señor Scott, que vendrá a poner orden en una ciudad carente de sheriff porque la autoridad allí, no dura dos asaltos.
La película se demora mucho en la presentación de los personajes porque, todos y cada uno de ellos, tiene su pequeña historia particular. De hecho, al señor Scott no le vemos hasta transcurrido un tercio de la película. Enright ha hecho una labor de compresión enorme porque es increíble la cantidad de cosas que nos cuenta esta película, aunque no quieren plantear ninguna duda y los espectadores sabemos de qué lado debemos estar. Los agricultores son honrados y tienen a la ley de su parte mientras que los vaqueros son camorristas, pendencieros y bravucones, que emplean métodos ilegales para conseguir echar a los agricultores de allí.
Todo esto está escenificado en el antagonismo entre Robert Ryan,( honrado registrador de los títulos de propiedad de los granjeros y dueño de tierras que aspira a convertir en campos de trigo), y Steve Brodie, ( el odioso cacique del lugar, transportista de ganado), rivales también por el amor de la dama ( Anne Jefreys), que tiene sus propios sueños. No falta tampoco el personaje simpático del film ( George " Gabby" Hayes) para aportar la nota de humor. Madge Meredith, por su parte, encarnará a la amante despreciada, así como los demás personajes también contribuirán con su papel a la mejor comprensión de la historia.
¿Qué le queda a Scott entonces?. La limpieza general. Desde que se presenta en la diligencia empieza a poner orden y dirigirá el cotarro con tino encabezando las pocas secuencias de acción de la cinta. Aún así, la película tiene ciertas escenas interesantes que la salvan del excesivo tono discursivo deudor de la novela, y que la hacen gratificante en el aspecto visual y le aportan cierto dinamismo. Desde luego, entretenida, es.
[Leer más +]
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre Trail Street
Fichas más visitadas