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Thomas vive (2014)

Thomas vive
105 min.
Disponible en:
Suscripción
Alquiler
Tráiler HD (ESPAÑOL)
Sinopsis
Una compañía teatral ensaya en el Monasterio de San Isidoro del Campo, Sevilla, una obra sobre Tomás Moro, inspirada en textos de varios autores, incluyendo a Shakespeare y otros autores. Mario, el director de la compañía, se encuentra incómodo porque su ex mujer forma parte del reparto; y Antonio, que interpreta a Tomás Moro, sufre una crisis que puede llevarle a abandonar el montaje. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Teatro
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Thomas vive
Duración
105 min.
Guion
Música
Fotografía
6
La conciencia de los indignados
Tal y como está el patio nacional en cuanto a corrupción y falta de ética en los asuntos de Estado se refiere, hablar de Tomás Moro no es solo algo oportuno sino necesario. Con los casos que están apareciendo en la esfera política y empresarial, se alzan voces para urgir a tomar medidas de control sobre quienes tienen responsabilidades... y sin duda son necesarias. Pero más decisivo y urgente, pienso, es ir a la raíz y al núcleo del problema, y fomentar a través de la educación una conciencia recta y honesta, capaz de hacer frente a las ambiciones de algunos y a las debilidades de otros... si es necesario a costa de la hacienda y de la misma vida. Habrá quien piense que éstas son cosas del siglo XV y XVI, cuando el honor y la lealtad estaban de moda... y ese será el primer error, el de pensar que esa manera de actuar es algo superado con la modernidad.

Por eso, volver la vista al Gran Canciller de Inglaterra puede ayudar a valorar la importancia de actuar en conciencia en la vida pública, abstrayendo sus circunstancias concretas frente a las pretensiones de Enrique VIII y su divorcio. En "Thomas Vive", película de Antonio Cuadri que se estrenará en los cines en 21 de noviembre, se nos recuerdan aquellos momentos tan decisivos para Europa y se hace la oportuna traslación a nuestros días. Para ello, el director sube a la escena a una compañía de teatro para ensayar la representación de los últimos días de Tomás Moro, partiendo de textos de
Shakespeare: las presiones y conjuras se suceden a la par que la codicia y la mentira, y a la lealtad y amor de unos se contrapone el engaño y la traición de otros. Todos tienen sus motivos y sus problemas personales, como los tienen los actores de la obra de teatro que aquí les van a dar vida. También estos individuos del tercer milenio atraviesan sus bajones y padecen su incertidumbre laboral (no se hace sangre con una cultura a la que se corta la cabeza, como al protagonista), y tienen una hija enferma o una herida amorosa que sigue sangrando por ejemplo, y de la misma forma ellos se ven obligados a firmar su particular Acta de Supremacía... si quieren seguir trabajando.

Si interesante y acertado es traer a colación la vida postrera de Tomás Moro, hay que decir que Cuadri no consigue despegarse de la fuente teatral y que no termina de imprimir su sello cinematográfico, moviéndose en una línea humanista próxima al cine-teatro de Rafael Gordon ("La Reina Isabel en persona"). La película se presenta como una especie de cajas chinas, con una obra de teatro que se ensaya -lógicamente con puesta en escena e interpretaciones teatrales- y con otra vida real de los actores fuera de los focos... que también tiene mucho de teatral. Difieren el lenguaje, el desenfado con que se expresan y los temas de conversación, pero en ambos casos se mantienen muy dependientes del texto, como si los personajes se diesen la palabra, con una dicción más propia del escenario, con una gestualización innecesaria cuando la cámara puede recoger primeros planos... y con una planificación que en ocasiones adopta formas más bien televisivas. Con todo, la historia actual resulta más atractiva que la pretérita y va cogiendo cuerpo conforme avanza, aunque no llegan a desarrollarse las subtramas personales... como hubiera sido deseable (al parecer, esa vertiente será desarrollada en una serie de televisión). Y los episodios del jurista honrado... carecen de la intensidad y convicción que se le presume, del aplomo de un hombre que vivía de su fe y de su trato con Dios (aspectos solo apuntados de soslayo).

Pero quizá haya sido bueno que Cuadri haya optado por un carácter teatral para su película, pues al fin y al cabo estamos en el gran teatro del mundo donde cada político/empresario desempeña un papel en el que la imagen prima sobre la verdad, en el que se mira más hacia afuera que hacia adentro. A la vigencia del mensaje se contrapone el esquema señalado de la dramaturgia, para romper las fronteras de la realidad y la ficción, para decirnos que todos somos un poco actores en nuestro entorno, y para sugerirnos que sería deseable que todos aspirásemos a ser un poco más Tomás que vive a través de nuestra conciencia. Por eso, a pesar de las posibles carencias que pueda presentar y del escasísimo presupuesto con que ha contado, "Thomas Vive" es una buena propuesta para nuestros días y para el enriquecimiento del espectador del siglo XXI.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Interesante y atrevido proyecto
Comentamos hoy una película para gafapastas que combina dos elementos nada de moda como son el teatro y la religión. El film, además, tiene como telón de fondo el punto central de la moral de Santo Tomás Moro: la fidelidad a la conciencia interior aunque la coherencia con la misma te cueste literalmente la cabeza.

La película está dirigida por Antonio Cuadri, inicialmente dedicado a las producciones televisivas pero que en los últimos años ha girado su carrera hacia producciones cinematográficas de corte humanista y cristiano. La producción corre a cargo de la Universidad a Distancia de la Rioja (UNIR), con todas las limitaciones que ello supone, pero a la que hay que agradecer el esfuerzo por invertir en cultura y arte, algo que en una Universidad se presupone pero que desgraciadamente no está a la orden del día.

El elenco de actores está formado por personas semidesconocidas en el mundo del cine, más vinculados al ámbito teatral, si bien si cierto que casi todos ellos han hecho sus pinitos en la gran pantalla. Rodada en el Monasterio de San Isidoro del Campo de Sevilla, su eslogan promocional (Tras la máscara se esconde el verdadero rostro) nos indica otra de las intenciones del proyecto, mostrar las dificultades existenciales en los actores de teatro, que en todo momento deben conjugar su profesionalidad con los altibajos emocionales propios de cada ser humano, ya sea en sus aspectos afectivos, familiares, existenciales e incluso económicos.

El argumento quiere representar el ensayo de una obra teatral sobre Tomás Moro en un momento de zozobra en el Teatro (¿cuando no la ha habido?...) propia de una crisis económica. Mientras conocemos detalles de los últimos días de Tomás Moro, vamos descubriendo también las problemáticas internas de los componentes de la obra. En los descansos entre escenas, descubrimos que el director de la compañía, Mario, acaba de romper una relación estable con una de las actrices del reparto, Carmen; o que el protagonista principal, Antonio, sufre frecuentes crisis existenciales que lo angustian durante el rodaje. Una madre soltera obsesionada con su hijo o un actor veterano en pleno declive de su carrera son también personajes cuyas problemáticas salen a relucir.

A nivel visual, los paisajes, decorados y vestuarios son bastante discretos, aunque el marco del rodaje sea incomparable. Algo que también se le puede reprochar al elenco de actores es una excesiva teatralización por parte de todos los intérpretes. Incluso las escenas que no forman parte del ensayo de la obra presentan a unos personajes que más que interpretar vidas cotidianas con naturalidad siguen enganchados a los guiones teatrales. Que ello sea intencionado por parte del director o una carencia de otros registros interpretativos es algo que solo Antonio Cuadri podría responder, aunque la impresión final que uno saca se inclina más por la segunda teoría.

Los ensayos de las escenas sobre la vida de Tomás Moro se van sucediendo, casi todos ellos dando vida a recuerdos del santo en la prisión en la que pasa sus últimos meses. Allí piensa y recrea momentos de su vida con su primera esposa y madre de sus cuatro hijos, Jane; con su padre John, con su segunda esposa Alice o con su hija Margaret y su esposo William. En sus momentos de delirio-soledad tendrá incluso oportunidad de charlar con utopianos sacados de su obra más famosa. El cardenal Wosley, Cromwell e incluso Enrique VIII también ocupan escenas interesantes que sirven para que Moro se reafirme en sus posturas.

Espiritualmente el film aporta poco más a lo ya comentado en este Blog sobre la biografía clásica de Tomás Moro Un hombre para la eternidad (1966), si bien puede ser entendida como una profundización en los aspectos psicológicos de los personajes. De ninguna manera puede ser vista como un primer acercamiento a la vida del santo, pues los saltos entre escenas son continuos sin seguir un orden cronológico estricto. Pero el mensaje sí es destacable. La coherencia, integridad y amor a la verdad quedan bien manifiestos en un santo que siendo un jurista muere por cuestiones eclesiásticas. El sufrimiento de sus seres queridos queda también muy bien reflejado, visibilizando la impotencia de quienes quieren a Tomas Moro y les gustaría que salvara su vida aún a costa de su integridad. Si el egoísta es Tomás (anteponer sus convicciones a su familia) o su familia (anteponer la vida a la honestidad) es un debate del que se podría sacar mucho jugo en un cineforum posterior.
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