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Satanás, perfil de un asesino (2007)

Satanás, perfil de un asesino
95 min.
6,6
2.099
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Trailer (ESPAÑOL)
Sinopsis
Tres historias entrelazadas que ilustran los efectos que las acciones de una persona pueden tener sobre la vida de los demás. Tres personajes: una hermosa buscona que estafa a hombres ricos para vivir mejor, un sacerdote enamorado de su ama de llaves que vive atormentado por el peso de un secreto que le ha confesado una feligresa, y un profesor, veterano de guerra, que desea huir de su tediosa vida. (FILMAFFINITY)
Género
Thriller Drama Basado en hechos reales Historias cruzadas
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Colombia Colombia
Título original:
Satanás
Duración
95 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Colombia-México;
Links
Premios
2007: Premios Ariel: Nominada a Mejor película iberoamericana
"Relato coral de ritmo no siempre constante (...) el desarrollo del triángulo de historias nunca es errático (...) En cambio, es en el cruce de las historias donde la película se hace más forzada"
[Diario El País]
"Película oscurísima, hecha con ritmo y con agallas, y que no se va de la cabeza a la primera sudada. (...) Puntuación: ★★★ (sobre 5)."
[Diario ABC]
3
2
Positiva
0
Neutra
1
Negativa
7
"Mi nombre es Legión: pues somos muchos"
En el año 1986, uno de los sucesos criminales más trágicos de la historia colombiana, la masacre del restaurante Pozzetto, manchaba de rojo sangre las páginas de crónicas del país y convertía en celebridad terrible al ex-soldado del Vietnam Campo Elías Delgado, autor de la matanza. Basándose en estos hechos, Mario Mendoza escribió la novela "Satanás" en la que, con una estructura de vidas cruzadas, se tomaba como base el crimen de Pozzetto para presentar una galería de vidas a punto de despeñarse por el abismo que conduce al mal inherente en todo ser humano.

La adaptación de la novela corre a cargo de un principiante del que Paul Haggis, por ejemplo, podría aprender varias cosas. Baiz inicia la narración con un prólogo absolutamente espeluznante que ya avisa del carácter perturbador de lo que vamos a contemplar desde el principio. Las historias enlazadas de tres personajes -una chica que ayuda a estafar a hombres ricos, un cura atormentado por su sexualidad y el trasunto ficticio de Campo Elías Delgado, aquí llamado Elíseo- están contadas con una transparencia absoluta y una decidida apuesta por evitar maniqueísmos, tan difíciles de soslayar en una historia de esta índole. Aunque presentimos desde el inicio el ominoso latido de la desgracia, no hay una progresión descendente obvia (salvo quizás, en el caso del asesino): los personajes son gente corriente que se ven abocados a ciertas acciones que podríamos considerar malvadas sino fuera porque son tan vulnerables a ellas como lo podríamos ser nosotros en determinados momentos de nuestras vidas.

Es muy de agradecer la sutileza del cauce narrativo, carente de estridencias, golpes de efecto o concesiones a la lacrimogenia. También admirable la inteligencia que reside en multitud de detalles, como las conversaciones entre Eliseo y su madre, las partidas de ajedrez, las visitas del cura a la cárcel o la soledad punteada con pegatinas de Paola.

El director acierta al dar la palabra a unos personajes marcados por el azar, la culpa y la miseria, de modo que se tiene la impresión de que los hechos fluyen naturalmente, sin forzar su sucesión, a pesar de la crudeza de lo que se está contando. Perfecta banda sonora -un piano minimalista que nunca ocupa el primer plano de la acción-, una fotografía correcta y un guión realmente bien adaptado hacen el resto. A destacar el descomunal talento de Damián Alcázar, que logra la proeza de hacer comprensible a su personaje sin pretender justificarlo.

Muy recomendable para gente con inquietudes cinéfilas, pero no para pasar un rato entretenido: provoca una notable incomodidad moral y conduce a reflexiones post-película poco o nada agradables.
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40 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
DE BOGOTÁ AL WALHALLA
1) Dos pinceladas anuncian un mundo áspero, condenado: una fila de vidrios rotos sobre una tapia y un doliente rostro femenino, visto a través de la rejilla de un confesonario. Enseguida, sangre de tragedia.

La película desarrolla tres historias, saltando de una a otra, pero no entrelazadas. Dos convergen casi al final, significativamente; las tres, sólo en los últimos instantes.

2) Eliseo, exmilitar, vive con su madre y la odia. Para ella es un soldadito fracasado, lo desprecia. Maniático, siempre tenso y envarado, en la mesa limpia los cubiertos con la servilleta, se da colonia en las manos si toca algo por la calle.
En la biblioteca lee el Jekyll-Hyde de Stevenson. Novela reveladora, dice a su joven alumna de inglés. Ella lo capta: No somos una sola persona sino varias, pero no lo aceptamos.
También Darwin: “La ley natural es que los más débiles sucumban”.
Y tatuado, un símbolo del Walhala, destino del guerrero muerto en combate.
El constante tragar sapos y guardar la compostura le va borrando la media sonrisa. Con las mujeres, todo son chascos. Se convierte en polvorín al ir acumulando frustraciones, hasta que con una chispa explota.

El cura es hombre vigoroso bajo la sotana. Los impulsos sexuales interfieren sus tareas pastorales. Le obsesiona la hermosa mujer que cuida la casa parroquial. Alguna feligresa le llena de dudas.

La atractiva Paola entra en una banda de ladrones para salir de pobre. Aprovechando su físico desvalija a incautos. A una agresión brutal responde con una implacable venganza.

3) El título no engaña: el peso argumental de lo teológico, la insinuación de una justicia satánica, es muy superior al aparente. El modo en que el cura resuelve su problema sexual le impide ayudar a Eliseo cuando éste empieza a perder los estribos.
Algo se está fraguando y el cura lo ve en sueños, pero el sexo lo nubla. La alarmada mujer realiza un peculiar exorcismo con las páginas en que Jesús ahuyenta a una legión de demonios.
Un silencio telefónico (la emulación de Nicholson en “El cartero…” impide descolgar) da paso al ‘fin del mundo’.

4) En el tormento de Eliseo lo teológico y lo psicoanalítico se funden. Su perfil está trazado con rasgos precisos y el actor lo aprovecha bordando la progresión hacia el colapso mental.

En su estrategia parca, la película aprovecha con eficacia detalles caracterizadores. Con el contrincante de ajedrez Eliseo juega muy picado, más volcado en ese pique que en prevenir la derrota. Ve que las letras de un libro se ponen a hormiguear. Ante un espejo múltiple aparece como una legión.

Hay parquedad en los diálogos, muy concisos pero repletos de información esencial, y en el estilo general, muy recio. Música, fotografía, ritmo e interpretaciones tienden a lo escueto.
Por eso choca en el conjunto la historia de Paola, secundaria salvo para reforzar el imperio del desastre.
Choca también el ralentizado final, casi coreografiando.

Tremenda y demoledora, fuera tan sólo nihilista.
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35 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
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