arrow

The Hexecutioners (2015)

The Hexecutioners
95 min.
3,3
218
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Disponible en:
Suscripción
Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Dos mujeres jóvenes de carácter muy dispar trabajan para una empresa que lleva a cabo el suicidio asistido. Ambas son enviadas a una finca remota para realizar un ritual personalizado de muerte asistida pero, involuntariamente convocan a los fantasmas de un Culto a la Muerte que una vez habitó en la propiedad. (FILMAFFINITY)
Género
Terror Casas encantadas Sobrenatural
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Canadá Canadá
Título original:
The Hexecutioners
Duración
95 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
3
Te lo agradezco, pero no (Alejandro Sanz).
Mira que la idea es buenísima, está bien rodada, los personajes están bien y la historia se va desarrollando medianamente bien. Todo ello hasta la última media hora, a partir de ese momento, es todo un despropósito que más que dar terror lo que proporciona es un rato bien aburrido.

Dos chicas cuyo último encargo las lleva hasta una casa apartada en medio de la nada y que tienen que asistir un suicidio, o ejecutar una eutanasia, descubrirán los secretos de una casa habitada por dos personajes masculinos de lo más siniestro.

Es del tipo; «Starry Eyes» y «February» y aunque las dos anteriores me encantaron le sigo viendo parecidos por lo de que van poco a poco, pero en este caso va tan poco a poco que ya aburre al final. Si pudiera comparar la película con la música diría que es como el álbum de Bruce Springsteen «Nebraska», solo tolerable una vez y de fondo mientras haces otras cosas aunque no deja de picarte la piel mientras deseas que termine.
[Leer más +]
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Corman, Poe y la gran promesa de la serie B
Es impresionante la forma de fluir por el cine de serie B que posee Jesse T. Cook, siempre guiado en el camino por la actriz y guionista Liv Collins, los cuales, combinados, sacan lo mejor del terror de bajo presupuesto actual recordando a los ineludibles maestros clásicos como Roger Corman, aspecto que agradezco enormemente. Producciones muy pequeñas, con gran ingenio y pasión por el cine que explotan sus defectos hasta el punto de hacerlos virtudes. Locaciones casi únicas, un par de actores contratados y una excelente puesta en escena hace de las películas de T. Cook un monstruo de Frankenstein, revivido a partir de las piezas que cineastas como Romero o Wilbur donaron al género junto las posibilidades que ofrece la evolución cinematográfica desde aquellos lejanos y gloriosos entonces. The Hexecutioners no es una excepción, heredera directa del ideario de Edgar Allan Poe que multitud de renombrados realizadores adaptaron, con dos duros, a la gran pantalla, y al que agrega un simple tema de actualidad para funcionar como causalidad a la narrativa más gótica del terror. Un gran espectáculo que ya quisieran otros, como Jan de Bont y su bochornosa The Haunting (La guarida) (1999), si quiera acercarse a las maneras que tiene el canadiense de hacer algo original a base de tributar a los grandes maestros.

Con un gran espectro de miras hacia los movimientos históricos dentro del género, en especial el free cinema de la década de los cincuenta y sesenta utilizando personajes inadaptados, como el de Liv Collins, Malison McCourt, T. Cook reinventa la elegancia del terror británico expirada con la marcha de cineastas como Roman Polański del panorama. Y, aunque el tema que une The Hexecutioners con el free cinema bretón se disipa en el segundo acto, utilizado como mera causalidad, el cineasta se ocupa de dejar, nada más iniciar la película, un mensaje dirigido hacia la sociedad desde la acidez y el inconformismo como es la eutanasia y todo lo que incumbe a un tema tan actual como polémico; legalidad y moral. Y, lo que me gusta, es que no da su punto de vista. Simplemente es un elemento que está ahí, que hace funcionar la película y que nos da la libertad de reflexionar sin lecciones baratas de por medio.

El canadiense tiene mucho pulso para estructurar sus guiones, en esta ocasión, el de Tony Burgees, planteado como una invitación cadavérica hacia la locura progresiva que el ya mencionado Polański dominó en su etapa británica con películas como La semilla del diablo (1968) y que une a la perfección con el relato detectivesco de Edgar Allan Poe, la estética romántica que tiene The Hexecutioners y sus continuas referencias a la mitología grecolatina (también utilizada por Poe) como el castigo de Prometeo se compenetran para la culminación de lo pagano sobre el delirio psíquico de sus personajes.

Una común en los cuentos de T. Cook es hacer un personaje a base de dos. Malison McCourt es una mujer sin personalidad embarcada en una suerte de búsqueda personal a través de su trabajo, y encontrándose gracias a la coprotagonista, radicalmente opuesta, Olivia Bletcher (Sarah Power), tal y como repetiría en su homenaje al gran George A. Romero con Deadsight (2018). Este contraste es donde el director deposita el sentido del ritmo, que imprime en las sensaciones que comparten las dos mujeres sobre la sinuosa sobrenaturalidad que las acecha a través de la escenografía y los personajes complementarios del mismo Burgees y Timothy Burd: Milos Somborac y Edgar Birde respectivamente.

El personaje de Edgar, arquetípico mayordomo siniestro, personifica el misterio lúgubre de Edgar Allan Poe dotando de gran fuerza a la escenografía, esa intimidante mansión diseñada específicamente como entidad sobrenatural que vuelve a remitir a ya clásicos como Terror en Amityville (Stuart Rosenberg, 1979) o su remake, La morada del miedo (Andrew Douglas, 2005), que aprovecha para intimidar a la desubicada Malison y a nosotros a través de grandes panorámicas casi a ras de suelo que potencian esa sensación amenazante. Conforme va avanzando el relato, y un punto en contra para T. Cook, es la disolución total de los planteamientos que utiliza, dejándose llevar en un delirio casi como el dúo protagonista. En primer lugar, el tema de la eutanasia se desvirtúa hasta unos límites que prácticamente desaparece en el terror psicológico que trata de infundir a través de la mansión y su huésped Somborac. También, pasado el gran conflicto del segundo arco, el director termina perdiendo absolutamente todas las nociones en beneficio de un clímax muy aburrido que se alarga hasta el desenlace y está muy lejos de recompensar los tramos anteriores con el único objetivo de ofrecer la sorpresa, un giro argumental demasiado forzoso para retribuir de forma adecuada la evolución psicológica que experimenta Malison en su paso por la mansión.

Aunque estas irregularidades repentinas del guionista Burgees hagan sombra al resto de la historia, The Hexecutioners posee todo lo necesario para darme un gran desfile de fantasmas cuyas raíces con el clasicismo no la desvían hacia lo ordinario, al contrario, son empleadas para ofrecer algo nuevo fuera del circuito comercial que aprecio y hace que disfrute al máximo de ella pese a sus obvias limitaciones. Jesse T. Cook se gana completamente mi confianza y esperanza para ser un nombre importante dentro del terror serie B contemporáneo. (6.5).
[Leer más +]
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre The Hexecutioners
Fichas más visitadas