El bonaerense (2002)

El Zapa es un pobre cerrajero que se ve implicado en un robo. En el pueblo todos le conocen y saben que no es mal chico, por lo que todo se arregla para que viaje a Buenos Aires con una recomendación para incorporarse al cuerpo de la Bonaerense.
El Zapa se va dando cuenta, poco a poco, de que la policía se mueve corruptamente por los bajos fondos. Sus habilidades como cerrajero pronto le hacen destacar por encima de los incompetentes compañeros y se gana la confianza del inminente comisario. Pero da igual, se ha introducido en una selva donde rige la ley del más fuerte.

Como se puede observar, el argumento se aleja mucho de las americanadas habituales (compañeros policías que se llevan mal, policías rudos y eficientes, etc.) Trapero ofrece una nueva visión del cine policíaco, esta vez desde una perspectiva crítica. Ha conseguido una película muy rica, con muchos matices, y especialmente preocupante por lo real del tema.

Pablo Trapero nos muestra una realidad cruda, sin edición y sin ornamentos, de una institución tan cuestionada en la Argentina como lo es la Policía Bonaerense, enmarcando las historias personales en un país en plena crisis económica. Lejos están en esta película, los irreales sueños primermundistas de la Argentina de los 90´.
El director juega en el angosto límite de la exageración en cuanto a lo patético de las vidas de los personajes, pero eso sí, sin llegar nunca a ser chocante.
La cotidianidad de la vida popular es una herramienta que Trapero utiliza casi inexorablemente. Acostumbrémonos a que todas sus películas sean así, sin que esto sea una cualidad negativa.