La que se va a armar (1955)

Durante la tristemente recordada, Caza de Brujas, y en una de las muchas audiencias que, el abominable Comité de Actividades Antiestadounidenses (HUAC), llevó a cabo contra algunos de los más connotados escritores, directores y productores de Hollywood, quien estuvo puesto ante el banquillo fue el director, Edward Dmytryk, y quizás por defender sus intereses económicos, su carrera como realizador y quién sabe por qué otra razón, éste terminó dando muchos nombres de gente comprometida, y entre ellos mencionó al director, John Berry, quien ya era conocido por títulos como, “Casbah”, “Tension”… y sobre todo por, “He Ran all the Way”. Antes de que fuera llamado, Berry hizo un valioso documental titulado, “The Hollywood Ten”, con el cual aspiró a que se escucharan los sólidos argumentos que tenían estas personalidades en su defensa… y de inmediato se fue a Francia, donde fue afablemente acogido como tantos otros ilustres exiliados. Así, mientras la cacareada libertad de los Estados Unidos de Norteamérica se empantanaba cada día, Francia, sin alardes y en la práctica, se convertía en símbolo del arte y de la libertad de pensamiento.

Cuando se encontraba ya debidamente establecido y asentado en París, para, John Berry, llegó también la oportunidad de proseguir su carrera cuando el productor, David Armand Medioni, decidió financiarle la adaptación de una historia que, el propio Berry, había escrito en compañía de Henri-François Rey. Otros escritores le colaboraron luego a Berry, en la elaboración del guion definitivo… y la película comenzó a rodarse a mediados del año 1954, habiendo podido contar con, Eddie Constantine -un actor americano también asentado en Francia-, quien, por estos años venía gozando de notoria fama representando al agente del FBI, Lemmy Caution, en una serie de películas de cierto éxito comercial.

La historia, como tantas otras de este tipo, parte de un embrollo bien descomplicado: A un traficante de armas, propietario de una flota de buques de carga y de pasajeros, alguien le acaba de saquear la mercancía antes de que un barco llegase a puerto. Como no quiere que el hecho se repita y no puede contar con las autoridades, Moreno decide contratar como investigador a Johnny Jordan, un hombre recursivo al que recién conoció dándoselas de avivato.

Poco después, la historia nada en aguas un tanto superficiales y nos importa muy poco lo que pueda pasar con éste o con aquel personaje, pero, los toques de comedia resultan muy afortunados (el segundo encuentro con Moreno, la secuencia del bar o el momento en que Minou pretende tomar la pistola de Jordan...); también la puesta en escena ha sido bastante cuidada… y, cómo no decirlo, las preciosas muchachas que se pasean por los escenarios, hacen que, <<¡LA QUE SE VA A ARMAR!>>, se vea sin resistencia alguna.

En la actuación, además de Constantine, quien no luce como galán, pero tiene cierto carisma, también están muy bien, Roger Saget como Moreno; Jean Carmet en su rol de Álvarez; Lila Rocco, la coqueta ‘Minou’… y hasta podremos ver al director, John Berry, haciendo de López, el saqueador con el que Jordan se peleará en una playa de Puerto Negro, y a, Pierre Brice, nuestro admirado Winnetou, haciendo un modesto debut como el joven que le franquea la puerta a Jordan, cuando éste llega por primera vez a casa de Moreno.

Si se animan a verla, esperen ¡la que se va a armar en el Bar Paradise!