La invasión de las arañas gigantes (1975)

Si en los años 50, e incluso los 60, las películas de serie B sobre monstruos, eran deliciosamente ingenuas y encantadoras, tras la caída del Código Hays y la relajación de la moral en las producciones, a partir de los años 70, empiezan a aparecer subproductos en los que junto a las mismas situaciones absurdas descritas en los años 50, se les añade gore barato y erotismo rancio de baja estofa. Este filme puede ser un claro ejemplo de esta decadencia.

En la finca de una familia de rednecks o "basura blanca", cae un misterioso meteorito. La familia tiene miga, el marido, execrable y vicioso, es infiel a su mujer noche si y noche también, con la excusa de irse a rezar; ella es una alcohólica amargada que si pudiese se beneficiaba al novio de la hermana, una adolescente que siempre va ligerita de ropa, acosada por todos y de la que pueden conseguirse sus favores a cambio de un buen diamante, como pretende su cuñado. El misterioso meteorito abre una microagujero negro que permite entrar desde otra dimensión a una araña gigante -o varias, no me queda claro- y a un montón de tarántulas que se colarán en la casa y atacarán a la adolescente cuando ¡oh que casualidad! solo lleva unas reducidas bragas puestas. Y no serán los únicos bichos que acechen a la adolescente; además del cuñado, el primo de éste le va a hacer una visita cuando ...¡oh, que casualidad! cuando la chica solo lleva una pequeña toalla puesta ... en fin.

Hay diálogos aberrantes y algunos tan machistas que si se entera el Ministerio de Igualdad retira al filme de las plataformas o de donde esté. Como botón una muestra, el diálogo que corresponde a una secuencia en el que el listo de la NASA va a ver a un tal Dr. Lang a un Observatorio y encuentra a una señora con bata blanca frente a un telescopio :
-Soy el Doctor Taylor Banks..
-Oh! celebro que haya llegado. Soy Jenny Lang
-Encantado. Tengo una cita con su padre.
-Oh! no,no ..mi padre ha fallecido.
-Oh! perdone, lo siento mucho, entonces con su marido.
-No estoy casada.
-No, entonces debe ser con su hermano.
-No, mi hermano es decorador de interiores. Verá Doctor, me temo que su cita es conmigo. Soy la Doctora Jenny Lang.

Un diálogo que parece una parodia de algún programa de humor. Espeluznante.
Aparte de una historia tonta, con arañas atacando poco, la auténtica estrella es la araña de 15 metros, construida ex-profeso, un artilugio mecánico muy básico, que no un animatrónico, peluda y de ojos ridículos, que se come, literalmente, a los rednecks que pilla por el camino o bien cuando ataca al pueblo. Quizás es lo mejor, dentro se su mediocridad, de la película. Todo lo demás es bastante lamentable, con un tufillo de obsolescencia y ranciedad que echa para atrás, junto a esa fotografía tan setentera y esa concepción tan telefílmica de la película.

Como rareza se puede ver, pero no recomendar.