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La teta asustada (2009)

La teta asustada
94 min.
6,0
4.694
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Disponible en:
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Tráiler
Sinopsis
Fausta (Magaly Solier) padece de "La teta asustada", una enfermedad que se transmite por la leche materna de mujeres maltratadas durante la época del terrorismo en el Perú. Los infectados nacen sin alma, porque del susto se escondió en la tierra, y cargan un terror atávico que les aísla por completo. Pero Fausta esconde algo más; guarda un secreto que no quiere revelar, hasta que la súbita muerte de su madre desencadenará hechos inesperados que transformarán su vida y la de otros. (FILMAFFINITY)
Género
Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Perú Perú
Título original:
La teta asustada
Duración
94 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Perú-España;
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Premios
2009: Oscars: nominada a la mejor película de habla no inglesa
2009: Festival de Berlín: Oso de Oro, Premio Internacional de la Crítica FIPRESCI
2009: Premios Goya: Nominada a Mejor película hispanoamericana
2009: Premios Ariel: Nominada a Mejor película iberoamericana
2009: Festival internacional de La Habana: Gran Coral a la mejor película
"Sin que lo mágico haga perder nunca de vista el realismo más duro, se engarza el trayecto terapéutico de la humilde Fausta, a la que Magaly Solier sabe llenar de silenciosa dignidad. (...) Puntuación: ★★ (sobre 5)."
[Diario ABC]
5
3
Positiva
2
Neutra
0
Negativa
7
La teta asustada por el ayer
De ritmo conciso e inteligente, en "La teta asustada" se nos narra una historia sobre raíces, sobre las raíces que ha echado una persona aun temerosa por el pasado, todavía asustada de aquello en que pueda devenir su futuro, y sobre todo, de una persona que se protege como puede de ese pasado. En ocasiones a trancas y barrancas, aguantando y sosteniéndose día a día sin saber exactamente como debe girar su particular mundo, pero siempre tras un halo de pretendida seguridad, que se ve desmoronada ante la presencia de cualquier desconocido, aunque en ese mundo no quepan ni conocidos ni desconocidos.
Para desgranar a un personaje así, una fantástica Magaly Solier demuestra que lo suyo, aquella solvencia de "Madeinusa", no era pura casualidad, y sorprende con uno de esos papeles que se desenvuelve entorno a gestos y miradas más que otra cosa, uno de esos papeles capaces de aferrarse a la superficie y rasgarla sin apenas proponérselo, y logra con creces su cometido.

Por su parte, Claudia Llosa sigue realizando un trabajo enorme, en el que no sólo nos remite a una historia curiosa y cuidada, de pequeñas apreciaciones y, aparentemente, sencillas conclusiones, sino que además se vuelve a aferrar a esa ambigüedad que desprende el hecho de tocar temas cercanos a lugares recónditos, y manejando ese hecho con absoluta tenacidad, logra que el espectador pueda entender lo que se está exponiendo sin necesidad de realizar insustanciales cuestiones que no sólo no beneficiarían esas anticipaciones introducidas en base a diálogos y situaciones de lo más bien buscadas, sino que tampoco ayudarían a comprender el ritmo sobre el que se sostiene la obra. Un ritmo impecable, un ritmo necesario. Impecable puesto que funciona maravillosamente gracias a la pulcra realización de Llosa, y necesario debido al hecho de contar una historia que se desenvuelve entorno a susceptibilidades y un contenido análisis sobre esos pequeños resquicios en la mente que algún día vivieron lo que ahora temen conscientemente.

Con calma y con lentitud, se recorren los parajes, los peldaños, las festividades y últimos adioses, con la misma lentitud que una psique asustada y retraída logra enterrar todos sus temores y enfrentarse al presente como si nada hubiese sucedido. Como si esa teta, jamás se hubiese asustado.
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56 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Mitos, parodias y grandes verdades
La segunda película de la directora Claudia Llosa tiene un esquema narrativo tripartito. Uno que se sitúa en el mundo andino cuyos representantes viven en Lima por obligación; otro mundo, también andino, que se ha adecuado a la ciudad y ha mezclado voluntariamente las costumbres andinas y costeñas. Y el tercero que representa a la herencia española y colonial que mira a los dos primeros abriendo simplemente sus puertas o portones y ventanas.
La historia central, que envuelve la película, tiene que ver con el primero de los nombrados cuya protagonista es Fausta (Magali Solier).Al respecto, Claudia Llosa, que también hace de guionista, al contrario de lo expuesto en “Madeinusa”, su primer film, mitifica el mundo andino puro por la necesidad del argumento exaltando los diálogos y canciones en quechua, que son mucho más inteligentes y profundos que los ridículos y risibles en el español de los integrados, siendo sus exponentes máximos Fausta y el jardinero filósofo.
La directora misma, por otro lado, ha dicho que la película tiene la intención de crear conciencia en la conservación de la memoria histórica por las víctimas del terrorismo guerrillero y de las fuerzas del orden de los años 80 y 90 en el Perú donde se cometieron asesinatos, matanzas, desapariciones y violaciones de derechos humanos. Algo que constatamos en la trama principal que sirve de alegoría al respecto.
La segunda trama es una parodia del mundo andino afincado en Lima que entra en permanente contradicción con sus orígenes y con algunas costumbres de la Sierra. El resultado se plasma en escenas y diálogos muy chirriantes, cargados de humor negro y frivolidad sobre la vida cotidiana, como por ejemplo, los preparativos y los desarrollos de dos bodas.
En cambio, el mundo de la herencia hispana se muestra en forma seria. Tradicional hasta en los muebles de la casa, hipócritamente racista, explotador y aprovechador de su posición dominante.
La mezcla de los tres, da un resultado solo parcial de lo complicada que es la sociedad peruana y limeña.
Por otra parte, creo que tiene sus ventajas y desventajas usar permanentemente las escenas simbólicas y demasiado explicativas. La ventaja tiene que ver con el poder de la película de generar debate y polémica, no pasando desapercibida. Pero también le quita dinamismo por la reiteración de los conceptos.
La actuación de Magali Solier es la de un personaje lleno de temores y triste hasta la hipocondría sin expresar casi ningún matiz en el rostro. Quizás en eso la directora ha debido trabajar más.
Sin embargo, en su conjunto, me parece que la puesta en escena trasluce un trabajo muy delicado y coordinado de dirección y producción, utilizando actores amateurs, casi en su totalidad, con resultados satisfactorios. Se trata, en suma, de una película notable.
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43 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
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