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La balada del café triste (1991)

La balada del café triste
100 min.
5,8
110
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Sinopsis
Miss Amelia (Vanessa Redgrave), una enérgica y autoritaria mujer sureña, que posee una tienda café, tiene bajo su dominio a todo el pueblo. La llegada de un enano y de su marido, un ex-convicto, cambiará las cosas. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Drama sureño
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Ballad of The Sad Cafe
Duración
100 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Premios
1991: Festival de Berlín: Sección oficial de largometrajes
9
la balada del cafe triste
Mi obra preferida de Carson McCullers. Leída y releída sin cansarme jamás de ella. Simon Callow logra, por momentos, ese clímax único que poseían aquellos polvorientos pueblos del profundo sur Norteamericano. Vanessa Redgrave está sublime. Es la auténtica Mrs. Amelia "marimacho" parida por el indiscutible genio de Ms. Carson. Keith Carradine, pintoresco y bonachón enamorado al principio, despechado luego, se permite, a su regreso, ese desmán que conllevan todas las venganzas soñadas. Su cinismo burlón, atractivo y cruel (como pocas veces se ha visto en la pantalla) no ha lugar para augurios felices. La autodestrucción de Ms. Amelia al enfrentarse a él en el Café Triste se pone en marcha. Todos los actos que precedieran la existencia despótica de su lesbianismo controvertido y oscuro, son sometidas a esa nueva medida que impone la masculinidad de ambos cónyuges. Cork Hubbert como el primo Lymon es todo un descubrimiento. La mascarada que acompañan los actos de este enano sombrío y lobuno inciden en una tremebunda traca final. La imagen espectral de Vanessa Redgrave desde el ventanal entreabierto del ya polvoriento Café Triste, resquebrajado sobre sus propios cimientos de odio y esperanza, es el más desgarrador silencio de la soledad propalada a los cuatro vientos de aquella América profunda que parecía muerta para todo lo humano. Así nos lo contó Carson McCullers. Y Vanessa Redgrave, antológica, al recrear ese pozo de oscuridad, hipocresía, y, finalmente, encubierta ternura, en que se sumiera Miss Amelia, nos ofrece la respuesta a ese gran interrogante de la existencia: "¿No es el hombre el mayor enemigo de sí mismo?"... El film es casi un incunable. De atmósfera algo ampulosa y titubeante, pero de especial curiosidad. En manos de John Huston podría haber sido una auténtica gloria. Atención a la música del estupendo Richard Robbins, que compuso todas las bandas sonoras de James Ivory. Os recordará a "Lo que queda del día".
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
¿Carson McCullers adaptada al cine? Increíble, pero funciona
Carson McCullers es una de mis escritoras más admiradas, entre otras cosas, por su gran talento a la hora de guiar al lector por la historia como ella quiere. La balada del café triste (The Ballad of the Sad Café) es un claro ejemplo. En esta novela corta el narrador empieza a contarnos la historia por el final, vuelve al medio, va al pasado, vuelve al medio otra vez, resume varios años en tan sólo una página, se para para hacer una reflexión (que se convierte en uno de sus pasajes más famosos)... De ahí que fuera escéptico con esta película. Si ya es difícil adaptar una novela, ésta me lo parecía en exceso. Sin embargo, desde el primer minuto hasta el último, la película está llena del espíritu de la novela corta de McCullers.

Destacar sobre todo a Vanessa Redgrave, que demuestra una y otra vez sus habilidades como actriz versátil como pocas. Aquí da un trabajo exquisito, fiel retrato del personaje del libro, lleno de matices, maravillosa en el registro vocal, excelente.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
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