arrow

Días impacientes (1944)

Sinopsis
Andy (Lee Bowman) y Janie (Jean Arthur) Anderson están sentados en lados opuestos de la Corte solicitando el divorcio. Cuando el juez está a punto de dar su veredicto, el padre de Janie, (Charles Coburn), con la intención de salvar el matrimonio, sugiere que la pareja regrese a San Francisco (dónde se conocieron año y medio antes) por cuatro días y revivan todos sus pasos, incluyendo su matrimonio. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Romance Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Impatient Years
Duración
91 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
7
CONFUSIONES HILARANTES
Ese fenómeno llamado Charles Coburn, que empezó en el cine a los 60 años y que trabajó nada menos que en 69 películas, protagoniza otro maravilloso enredo, de esos que origina él, camelando a los que le rodean con su cara tierna y bondadosa. Tendrá la feliz ocurrencia de paralizar un divorcio solicitando que la pareja demandante rememore in situ y con exactitud los cuatro días en los que se enamoraron y se casaron.
Aunque el comienzo de la historia es frío y vagamente comprensible, todo cambia con el déjà vu de los cuatro días. Y no es por las leves pinceladas de afectado romanticismo sino por el humor alocado y casi surrealista que Cummings despliega con soltura. Las hilarantes confusiones del botones (que ronda la sesentena) y del encargado del hotel suponen una abrupta ruptura en el ritmo monótono que iba marcando el desarrollo de la cinta. Indudablemente, también contribuye a la mejora, la aparición del entrañable Harry Davenport, que llena de humanidad y carisma (como siempre) cualquier secuencia en la que aparezca.
[Leer más +]
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
“No es un divorcio sino un millón”
En el haber de Irving Cummings, uno de tantos artesanos de la época dorada de Hollywood, no parece haber obras destacadas, más allá de productos de ocasión, aliñados con suficiente oficio, y en el que abundan indigestos musicales para lucimiento de la microscópica estrella Shirley Temple, en una dilatada carrera iniciada a finales del cine mudo. Haciendo memoria podría recordar con agrado un biopic sobre Alexander Graham Bell, “The Story of Alexander Graham Bell” (El gran milagro, 1939), que fue un exitazo de taquilla y contaba con la inestimable presencia de Don Ameche y Loretta Young como pareja principal. No disfruta de igual suerte esta comedieta sin gracia sobre una pareja de jóvenes que se conocen durante sólo cuatro días en los días de la segunda guerra mundial, antes de que él vaya movilizado y ella se quede embarazada, asunto del que él no sabrá nada hasta que dos años después se reencuentren en un permiso.

El punto de partida era bueno pero la dramatización, los diálogos y los golpes de humor son de segunda y surgen más de los equívocos, malentendidos o de las dificultades que tienen los protagonistas para conocerse de nuevo que de un argumento trabajado. Por ello, el prometedor inicio queda diluido en un alud de lugares comunes, a través de un guion sosete que no consigue despegar en ningún momento. Aunque el trabajo de los actores salva algo la función -pese a la inaudita desgana de Jean Arthur, la singular sosería de un actor como Lee Bowman, que apuntaba maneras, o la incolora prestación del habitualmente excelente Charles Coburn- la película, plagada de escenas sin brío, estúpidas y sin gracia, excesivamente alargadas y sin pulso, convierten a esta producción en una deficiente comedia.
[Leer más +]
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre Días impacientes
Fichas más visitadas