La Carmen (1976)

El mito pintoresco y amargo de Carmen en manos de Julio Diamante, un cineasta que tiene en "Tiempo de amor" y "El arte de vivir" sus mejores logros. Al irregular film "La Carmen" le falta el interés ambiental y el nivel artístico de los dos films mentados al desenvolverse la renovada idea surgida a partir de la famosa novela dentro de un tono impreciso que sólo potencia la parte más tópica que se desprende del argumento y de los personajes. Además los momentos más decisivos de la película aparecen subrayados de una manera más bien burda. Se podia esperar más de un director como Diamante en esta su última película atendiendo al interés que tuvieron la mayor parte de sus empeños anteriores pero al menos dirige con acierto a los intérpretes entre ellos Yelena Samarina en una intervención corta pero brillante y consigue algunos planos de cierto encanto visual que contrastan con una estética menos cuidada en otros aspectos de la película y con algunos fallos de guión. Sara Lezana que sabe bailar muy bien junta aqui esa facultad con un magnífico temperamento artístico que hace que su presencia sea lo más atractivo de la película. Ya brilló anteriormente en "El filo del miedo". También hay que destacar a un Julián Mateos popularizado por sus estupendas creaciones en "Juventud a la intemperie", "Young Sánchez" y "Oscuros sueños de agosto" y nuevamente acertado en este papel desempeñado para un film discreto.

Acabo de ver "La Carmen", y me ha parecido una gran obra, por desgracia poco conocida. Se trata de la última película en la filmografía de Julián Mateos -después haría televisión, hasta su completo retiro como actor tras la serie de TVE "Cervantes" (1981)-, y del último largometraje de ficción dirigido (hasta la fecha) por Diamante, un cineasta andaluz con una carrera cinematográfica corta, pero interesante.

La película es una versión de la novela de Prosper Mérimée que obviamente trata de actualizar la historia a la España de los años 70, con un estilo conciso, áspero a veces, otras lírico (por ejemplo en los recuerdos que José, el personaje de Mateos, tiene de Carmen, la bailaora interpretada por Lezana) que narra y describe con mucho oficio la obsesión amorosa que el ex-seminarista, ex-soldado y prófugo de la justicia encarnado por Mateos siente por la flamenca. Se pasa de un mundo rural, provinciano, a un mundo urbano (Madrid) más sofisticado, en el que las señas de identidad de lo español (el flamenco, los toros) corren el peligro de desnaturalizarse, de extraviarse, de prostituirse. De algún modo, no es sólo el personaje de Julián Mateos el que pierde el norte.

En cualquier caso, es una película de gran valor, tanto cinematográfico como musical, en cuanto al flamenco. Julián Mateos y Sara Lezana están muy bien en sus respectivos papeles. Mateos daba a cualquier papel una rara intensidad.