El ángel envenenador (2016)

Hèléne Jégado fue una joven campesina bretona que vivió en el siglo XIX.
Su especialidad era la cocina y sus ingredientes favoritos el arsénico y la belladona, que usaba con habilidad letal.
Esta campesina analfabeta fue cocinera de profesión y asesina por devoción y vocación.
No se conoce con exactitud el número de víctimas pero podría ascender a las 60.
Lo que si se sabe con certeza es que su cabeza fue guillotinada en Rennes en 1852'.
Le gustaba hacerse llamar 'flor de trueno'.
La película está basada en la novela "fleur de tonnerre" de Jean Teulé, publicada en 2013'.
La interpretación de Déborah François en el papel de este ángelito mortífero es de lo más destacado, así como la ambientación de época.
No así, el ritmo de la historia que tiene continuas aritmias narrativas.
Pon un ángel en mi cocina, sería un título adecuado también.

Cinco estrellas Michelin tendrían que haberle otorgado a esta cocinera,
que al igual que otra que posteriormente hubo en España, se dedicaba
a condimentar sus guisos con matarratas.

Vemos en la película como desde pequeña, siente predilección por
las plantas venenosas y por un ídolo malévolo de Bretaña llamado
Ankou, y que ella afirma le impulsa a dar pasaporte a los mortales.

Hélène Jégado era una mujer hombruna con un fisíco que no hubiera
atraído al cantante Benjamin Biolay, su partenaire en la película, al
cual la diligente sirvienta deja viudo al cargarse a su mujer por deporte.

Completamente alejada de los hechos verídicos, la película está cuidada
en sus detalles y realización, no faltando los trapos en la cabeza de las
mujeres para dar el ambiente requerido de las campesinas del siglo XIX.

Da la impresión de pretender ser un completo pliego de descargo de la
famosa asesina francesa, al querer presentarla como mujer desequilibrada
e inconsciente de sus actos. No les funcionó pues al igual que sucedió en
la realidad, Hélène Jégado fue condenada y ejecutada.