Heidi (2015)

Cuando la vi me gustó muchísimo, me refiero a la primera Heidi de dibujos animados japoneses. Fue un espectáculo grandioso en su sencillez, con buenas historias cotidianas que te invadían con su cálida inocencia.

La nueva Heidi del 2.015, es tan buena como aquella, incluso podría en algún momento superarla. Rescata emociones que llegan a profundizar en sentimientos que nos descubren algo que todavía no hemos manchado, cuando es tocado por una historia bien construida y sentimental.

Muy bien interpretada, con todos los elementos para conservarla en la memoria.

No dejes de verla con tus hijos o nietos, porque no les defraudará.

Valorable recurso al priorizar escenas naturales por encima del abuso del croma. Todo es memoria de lindos recuerdos de los 80s en nuestros inicios rurales: La convivencia familiar con los animalitos, el petricor, la leche recién ordeñada, los vecinos siempre conocidos, etc. Una película con olor a fierro caliente de tren, con sabor a pan recién cocido en horno de barro, con caricia de fino rocío de invierno en nuestra cabeza y con asfixia de polvo al andar. Excelente reparto capaz de hacer verosímil la historia de un guión clásico para polarizar nuestras emociones de indignación, pena y contrariedad a asombro, satisfacción y felicidad. En lo particular, entra en mi corta lista de actores admirables, Bruno Ganz (Hitler, en La Caída; o el Monje Abad Agustino en Lutero) por su versatilidad en papeles muy complejos. "HEIDI", muy recomendable. Una de las pocas película que, en su género, será difícil de olvidar, y superar, en caso de remake.