Song of Russia (1944)

Enamorado de la música de los grandes compositores rusos, y especialmente fascinado con las magistrales obras de Piotr Ilich Tchaikovsky, el famoso director de orquesta estadounidense, John Meredith, muestra un profundo interés por conocer la tierra en la que nacieron aquellos inmortales compositores… y así llega el día en que pisa tierra de Moscú para dar allí un primer concierto. Desde su llegada al aeropuerto, una joven y encantadora chica muestra un profundo afán por conseguir hablarle, pero cuando parece que no va a ser posible, ella se cuela súbitamente en la sala de ensayos, y sentada al piano, toca con tanta destreza el primer movimiento del concierto para piano N°1 de Tchaikovsky… que, la orquesta en pleno, no resiste sumarse a su interpretación y el compositor queda prendado de tan adorable y talentosa muchacha rusa.

Comienza de esta manera, una muy grata historia de amor que estará enmarcada por la invasión a Rusia del ejército alemán en junio de 1941... y un pueblo unido y políticamente comprometido, demostrará su espíritu de integración, de sacrificio y de lucha a muerte para asegurar su libertad.

<<SONG OF RUSSIA>>, es la última película de la singularísima tríada que se me ha ocurrido llamar, 'Hollywood Pro-Rusia', pues con, “Mission to Moscow” de Michael Curtiz, y “The North Star” de Lewis Milestone, fueron filmes promovidos por el presidente, Franklin D. Roosevelt, y realizados por dos de los más grandes Estudios (Warner Bros. y MGM). El objetivo, era mostrar la imagen -por tanto tiempo denegada al pueblo americano-, de una Rusia bella, culta y progresista, y un pueblo alegre y comunitario que ama fervientemente a su patria y a su prójimo, y a ambos los defiende con furor. La intención, era lograr que el pueblo norteamericano acogiera con beneplácito a los rusos en su lucha mancomunada con los aliados en contra del fascismo... y si aquí se buscaba decir la verdad, ¿Qué fue entonces todo lo que se dijo luego, con la llegada de la malintencionada Guerra Fría?

El director, Gregory Ratoff, ha hecho un filme cálido y emotivo, con un guion escrito por, Paul Jarrico y Richard Collins, que contiene eficaces diálogos e interesantes matices, y al que no le faltan sus divertidos toques de comedia. Una magnífica música clásica y de algunos autores modernos complementa la atractiva historia; y un romance entre seres de dos culturas que se han confrontado por casi un siglo, va a servir al Amor para demostrar, por enésima vez, que para él no existen barreras.

Curiosamente, comenzada la oprobiosa y vergonzosa “Caza de Brujas”, los tres filmes pro-Rusia y sus respectivos equipos, fueron de los primeros en ser puestos en tela de juicio por el Comité de Actividades Antiestadounidenses y llamado el actor, Robert Taylor, a declarar, su cobarde e infantil delación (“El gobierno me presionó para que apareciera en la película”), dejaría muy a gusto al entonces congresista y futuro deplorable presidente, Richard Nixon, al punto que le dio su personal congratulación.

Con Taylor, aparece una actriz encantadora, Susan Peters, sin duda lo mejor de esta historia, y su rol de Nadya Stepanova, permanece entre lo más calificado que hizo en su corta carrera, ya que, pocos meses después de terminada esta película, se fue de cacería con su esposo (el director, Richard Quine) y unos amigos, y tras disparársele un rifle accidentalmente, quedó parapléjica hasta su lamentado deceso, el 23 de octubre de 1952, cuando apenas cumplía 31 años... y creo que pudo haber hecho una gran carrera, porque tenía tanto ángel como el que tuvo, Natalie Wood.

Título para Latinoamérica: SOMBRAS EN LA NIEVE