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La mujer milagro (1931)

La mujer milagro
90 min.
6,7
377
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Escena (Español)
Sinopsis
Tras la expulsión de su padre de la iglesia donde predicó muchos años, Florence Fallon se vuelve una amargada y pierde la fe. Consciente de su facilidad de palabra, se alía con un estafador y se dedica a realizar milagros falsos pero muy lucrativos. Pero quizá el amor y la confianza de un ciego la ayuden a recuperar su fe en Dios y en el prójimo. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Discapacidad Discapacidad visual
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Miracle Woman
Duración
90 min.
Guion
Fotografía
Compañías
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9
MILAGROS VESTIDOS DE COTIDIANIDAD
No se puede negar que Frank Capra ya enseñaba sus cartas desde el primer momento. La mujer milagro es una de sus primeras películas y en ella aparecen dos elementos absolutamente imprescindibles en un film de Capra que se precie de tal: La religión y la gente. La gente, en pequeñas dosis ó a grandes tragos. Pero gente...Buena gente...Viva la gente...

A pesar de que el tema central es la fe como negocio lucrativo y los predicadores que hacían su agosto allá por los años de la gran depresión, resulta muy fácil de entender incluso para las generaciones actuales, muy distantes de aquellos hechos y situaciones, porque en definitiva de lo que se trata es de principios, de coherencia, de verdad, de integridad personal y bueno también de amor, que nunca viene mal y al público le gusta. Es una declaración de intenciones de Frank Capra, como si estuviese anunciando su disposición a ser el cuenta cuentos maravilloso de los años 30 y 40.

Y como princesa, una veintiañera Barbara Stanwyck con momentos interpretativos estelares, como la secuencia inicial en que, llevada por todas las furias vestidas de falsedad e hipocresía, expulsa del templo a la gente-reptil, a la gente-gusano. La lástima es que la víbora mayor del reino ocupa el lugar que las fieras dejaron vacío...y colorín colorado este cuento ha empezado...

Pero la verdad resplandece, los milagros llegan vestidos de cotidianidad, de aparatos de radio, de muñecos de ventrílocuos ó de fuego purificador. Tal vez los doctores consigan devolver la vista a John Carson (David Manners) pero ese no será el milagro. El milagro ya está hecho. Está en la verdad que resplandece y en la justicia que impera. Capra lo hizo. Y lo volvió a hacer una y otra vez más... Por eso, hoy, casi un siglo después, sigue estando ahí. Ya saben. En lo más alto.
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23 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Los fraudes religiosos seguirán haciendo historia
Aimee Elizabeth Kennedy (1890-1944), también conocida con los apellidos de sus dos maridos como Aimee Semple McPherson, fue una canadiense que logró gran reconocimiento como predicadora y, radicada en Los Ángeles, California, fundó la Iglesia del Evangelio Cuadrangular conocida como Angelus Temple. Éste tenía una capacidad para más de cinco mil personas y ella logró congregarlas todos los días de la semana en tres sesiones diarias. Lo frecuentaban artistas, literatos, grandes personalidades de la política, miembros del Ku Klux Klan que luego abandonaban sus tétricas capuchas… y sus ingresos eran tan exorbitantes que aparecían en la revista Variety en franca lid con los cantantes y actores mejor pagados del mundo.

Este singular personaje, que terminaría suicidándose con una sobredosis de barbitúricos, y de quien se dice que fue enterrada con un teléfono para que llamase en caso de que resucitara corporalmente, es el que ha motivado la película de Frank Capra “LA MUJER MILAGRO”, basada en la obra “Bendice a tu Hermana” de John Meehan y Robert Riskin.

Sin ser una película biográfica, pues el guión sólo soslaya algunos detalles de la vida de la hermana Aimee, el propósito de su historia, como se indica al comienzo, es cuestionar a aquellos que comercian con la fe en Dios sin más objetivo que llenarse de dinero. Sucedía desde los años cercanos a Jesús y en las tierras donde él mismo se movía; ocurrió en los EEUU en los años 20-30 del siglo veinte; y sigue ocurriendo con la proliferación de cientos de falsas iglesias que están aprovechando el merecido ocaso que viene teniendo la iglesia católica.

La película de Capra tiene, pues, plena vigencia, y está contada con vigor, con osadía y con objetividad. Pone el dedo en la llaga y dice verdades que, por sabidas, siempre se han callado. El sermón que lanza el personaje protagónico Florence Fallon tras la expulsión de su padre como predicador, no sólo tiene el vigor de una gran estrella que hace fuego con su arte, sino que impacta elocuentemente contra la hipocresía y la falsa religiosidad que tantos aparentan.

Después se transparentan los ardides, patrañas, y absoluta falta de escrúpulos, con que se sostiene una figura “milagrosa” que luego recaudará grandes sumas de dinero proveniente de sus ingenuos seguidores. Capra se centra en una mujer, más víctima de manipuladores, que convencida de traicionar su fe, pues, en el fondo ansía la transparencia de sus actos.

Entre todo este embrollo, sucederá una encantadora relación con un compositor invidente llamado John Carson, cuyo único amigo, si se exceptúa a la encantadora señora Higgins que lo asiste en su apartamento, es Al, un muñeco con el que hace ventriloquía y con el que logra fluir lo que conserva muy adentro.

Todo esto da para una película inolvidable.

Título para Latinoamérica: “LA MUJER MILAGROSA”
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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
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