Deseo de venganza (Straightheads) (2007)

Tiene toda la pinta de ser de esas películas pensadas para ir directamente al videoclub o a la TV. La primera media hora parece escrita y dirigida por el mismísmo David Lynch, con un esquema parecido a éste:

XXX: - Frase simple e intrascendente.
(silencio de 5 segundos)
YYY: - Frase simple e intrascendente no necesariamente relacionada con la anterior.
(silencio de 5 segundos)
XXX: - Frase simple e intrascendente.
(Repetir 2 minutos y pasar a una escena con una relación bastante forzada con la anterior)

Total, que se llega al minuto 20 sin que haya ocurrido nada relevante. A partir de ahí, la película llega a la escena que le da algo de sentido y, sin dejar de ser leeeeenta-leeeenta, pasa a contar algo aunque de una manera muy simple. El final, si se consigue aguantar hasta él, es sencillamente delirante.

A los 10 minutos he pensado que qué se le había perdido a Gillian Anderson en esta cutrez y he intentado encontrar razones para salvarla del calificativo de truño. No he sido capaz: esto va más allá de lo que es una película simplemente mala. Nivel de truño: truño maligno.

Película mal hilada para las grandes posibilidades que le daban una buena historia bien planteada al centrarse en la evolución de dos personajes en una situación extrema y la excelente -como siempre- actuación de Gillian Anderson o del actor que hace el personaje de Heffer.