Después de una guerra (TV) (1997)

Texas 1865, Paul Cable (Tom Selleck) un desengañado con la guerra, herido en combate (luchaba en el ejercito confederado) y dado por muerto, aparece ante la sorpresa de su mujer y 2 hijos (Suzy Amis, un Haley Joel Osment a dos años de “El sexto sentido” y Rachel Duncan), encontrándose con que un tercer vástago (una niña) había muerto 3 años atrás a consecuencia de una gripe y que su mujer se buscaba la vida como maestra y experta armera (lleva una artesanal armeria junto a su padre y suegro de Paul)
Recién instalado le hace saber a su mujer que ha aceptado el encargo que le ha propuesto Real (Héctor Mercado) de reunir las reses que hay desperdigadas por el sur de Texas y llevarlas a Abilene, ante la imposibilidad de esta de convencerle para que se asiente en el pueblo y el deseo de el de establecerse en Arizona, se embarca toda la familia en un carromato donde lleven sus pertenencias y una reata de caballos y dejan atrás el pueblo (y al suegro).
Durante una noche tormentosa cuando estaban acampados, una estampida de caballos los arroya y vuelca su carromato, para a continuación aparecer los hermanos Kidston, Duane y Vern (David y Keith Carradine) y la hija del primero, Lorraine (Tracey Needham), simpatizantes del Norte pese a haber sido expulsados de su ejército y competencia en la recogida de caballos, que reconocen a Paul y tras mostrarse amenazantes con este y su familia, son encañonados por la pistola de Paul y obligados a largarse y dejarles proseguir viaje.
A partir de aquí, con la guerra civil como fondo y ambientado en los últimos días de esta, tenemos un buen western por su camino, nada de tiroteos imposibles ni rollos metafísicos y/o psicológicos, en el que se nos cuenta la historia de unos hombres marcados por su pasado como combatientes, poniendo a la familia por delante de demás consideraciones y haciendo lo que las circunstancias piden, adaptación de una novela de titulo homónimo escrita por D. Elmore Leonard (este dato me basto y me sobro para hacerme con ella), con un guion que decir que es bueno estando quien está detrás del mismo seria una redundancia, dirigida con oficio por el televisivo Dick Lowry, con una más que digna banda sonora, unos bellamente fotografiados parajes de Nuevo México y un buen trabajo por parte de un casting de probada eficacia en el género.
Por último, señalar que forma parte de los tres western que firmo Tom Selleck con “Turner Pictures” para televisión (los otros son, “Crossfire Trail 2001” y “Monte Walsh 2003”) y que a pesar de su evidente factura televisiva estamos hablando de un buen western.