El asesino del nudo (2018)

Quien busque suspenso o terror en ella, no lo encontrará, ya que la línea narrativa del filme no es eso, no es un thriller.
Acá la conocida historia de un asesino en serie tiene un enfoque distinto, que le da profundidad e intensidad al relato:
Acá juega con la moral del espectador, el ¿Qué harías tú en el lugar del protagonista?... quien es integrante de una rigurosa familia religiosa, pero que un día descubre que su correcto padre podría ser un asesino serial.
Como solucionar semejante entuerto?, si tan solo eres un adolescente que no quiere provocar dolor alguno a su familia.

Y con esa base, la historia avanza, integrando personajes interesantes, todos interpretados por actores debutantes, que llevan muy bien su labor.

Es una película lenta, de carácter contemplativo y sin las típicas parafernalias del cine de asesinos. Quien busque ver un ¨Halloween¨ o un ¨Silencio de los corderos¨ acá no lo encontrará.

Con todo la película mantiene su interés, y es de apaludir un recurso ocupado en una parte de la trama, en donde se hace un ¨rewind¨ paralelo, para narrar lo que no vieron nuestros ojos.

Interesante película, con un muy buen final.
La recomiendo…

Las investigaciones más complejas, las que conllevan grandes y trascendentes descubrimientos, en ocasiones no son resueltas mediante concienzudos ejercicios de intelecto, ni por meticulosas y pacientes indagaciones. Hay veces en las que estas no obtienen el resultado esperado, y posteriormente la fortuna, el azar o la providencia, muestran un camino a seguir que no se había revelado antes siguiendo los caminos de la ortodoxia.

Y sucede en los más variados ámbitos de la actividad humana. En medicina, la revolución del viagra aconteció al observar a pacientes tratados en casos de angina de pecho. No era la impotencia el fin del programa. No digamos en las ciencias, dónde teoremas matemáticos formulados en un contexto muy concreto, son usados después en otras disciplinas para abordar problemas que habían sido durante largo tiempo la tortura de implicados científicos. También ocurre en el crimen. Un descuido, una anécdota pasada antaño por alto, o un burdo accidente, ponen tras la pista del culpable tras infructuosos intentos previos.

Esta parece la premisa de la película. Un asesino en serie, que traumatizó a una pequeña comunidad con sus espantosas atrocidades, nunca fue llevado ante la justicia. El encuentro fortuito de un joven, mientras se enrollaba con su chica en la furgoneta de su padre, de una foto con pornografía bondage, es la chispa, el detonante que permite abrir una vía para dilucidar quién está detrás de semejantes perversiones.

La trama que viene a continuación no me entusiasma en demasía, pero tampoco me hace mirar el reloj como en otros thillers, soporíferos e insufribles con los que nos suele deleitar la factoría americana. Charlie Plummer echa sobre sus hombros la función y realiza un trabajo más que digno, logrando que conforme se van esclareciendo los enigmas, pasemos por alto ciertas inconsistencias del guion.

Se abordan temáticas como la fuerte religiosidad de la américa rural o los bulos que corren como la pólvora y estigmatizan a quién los padece, una pena que el director no sea capaz de exprimir unas potencialidades, que en gran medida quedan inéditas.