Cita en Las Vegas (Viva Las Vegas) (1964)

De verdad… que película más tonta. Qué flipe ver a Ann Margret bailando. Ahora bien ¿y Elvis? ¡Ejem! Los maravillosos años sesenta. Qué color. Los coches molan. De todos los colores, descapotables…, menuda carrera.
No entendí muy bien que hubiera accidentes. Uno de los coches salió de la carretera, dio un montón de vueltas de campana y terminó en llamas, que nadie dude que el piloto muriera. Eso no me gustó pero claro la dirección estimó que la película requería el coste de vidas humanas para que el público viera que Elvis a la hora de cantar, de puta madre, pero a la hora de correr, pues que va en serio, absolutamente.
Cómo mola Elvis ¡Viva Las Vegas!
Nadie iguala a aquel Elvis. Y con Ann Margret..., vamos que no me extraña nada que los americanos ganaran la Guerra Fría, llevaban ventaja.

Simpático estandarte abanderado por el Rey Elvis, una de sus incursiones más famosas como estrella cinematográfica, una colorista, alegre y desenfadada pirueta coreografiada por George Sidney, un hombre habituado al musical, de estirpe clásica y gustos caramelizados.

Un director meritorio, muy de estudio, que fue el artífice de títulos emblemáticos (Pal Joey, Magnolia, Escuela de sirenas, Levando anclas) y que incluso bordó dos clásicos de la aventura (Scaramouche, Los tres mosqueteros) con un amplio sentido de la musicalidad, una personalidad que demostró siempre su predilección por los retratos plásticos y hermosos de sus composiciones, con gusto exquisito por el color y luminosidad de cada plano, muy hermanado con el cartoon ( ayudó a la creación de la mítica Hanna-Barbera productions) y que juntó en escena al mismísimo ratón Jerry con Gene Kelly en una famosa secuencia de la anteriormente citada Levando Anclas.

Viva las Vegas es una ligera comedia musical, declaradamente kitsch y festiva, con la única intención de hilvanar una sucesión de temas y canciones interpretadas por la estrella del rock, un Elvis que interpreta a un alocado piloto de carreras con la ansiada intención de conseguir el gran premio automovilístico de Las Vegas, en su trayecto se enamorará de la guapísima Ann Margret la cual le hechizará sin esfuerzo.

La deslumbrante presencia de la Margret es uno de los alicientes más aplaudidos de toda la cinta, algo que no por evidente deja de ser llamativo, su electrizante sensualidad llena cada rincón de la pantalla y sus curvas son un festín sin par de infinito embobamiento, una actriz endiabladamente hermosa que se reserva su momento estelar con el numero Appreciaton, y que sin dar respiro desfila como mariposa alada tapando con su destello a la icónica presencia de su cantante partenaire.

Una película llevadera que lima sus defectos con la ligereza y falta de pretensiones que denotan el sello made in Sidney, una festivalera comparsa intrascendente que combina hábilmente música con radiantes luces de neón.

LO MEJOR: Ann Margret, sin titubeos ella es el alma que alimenta toda la fiesta. El tema principal que da nombre a la película, una exitosa y pegadiza Viva las Vegas, el dueto de ambas estrellas en The Lady Loves Me y la magnífica Appreciaton, sin olvidar ese tono general que la emparenta casi con la animación más descontrolada o su asombrosamente bien rodada carrera final.

LO PEOR: De todas es sabido que no es una gran película pero es un pasatiempo mejor empaquetado que la mayoría de las comedias románticas de nuestra temida actualidad.