Premios
"Con eficacia y sin aspavientos, una nítida descripción del infierno. La conmovedora y sabia interpretación protagonista ayuda"
Luis Martínez
[Diario El País]
EL RETORNO DEL PASADO
9 de septiembre de 2010
Son incontables las ocasiones en las que, en el marco de la ficción, obras literarias y cinematográficas abordan el peso que el pasado (por lo general trágico y traumático) ejerce sobre las personas. Y es que uno puede intentar huir de si mismo, enterrar sus recuerdos en lo más profundo de la memoria, pero el pasado tiene la mala costumbre de regresar, confundiéndose peligrosamente con el presente.
Este es el planteamiento general de esta película de Camus, que nos presenta la vida rutinaria y voluntariamente solitaria de una veterinaria rural (Carmen Maura); su mundo se reduce a unas pocas personas, como su hija y su compañero de trabajo (Fernando valverde), un amante de los pájaros por el que se siente atraída, sin que tal sentimiento (que es además mutuo) llegue nunca a concretarse. Pero el pasado, caprichoso y cruel, va a retornar con toda su crudeza a la vida de la protagonista, con motivo de la relación que casualmente entabla con un portugués (Joaquim de Almeida). Este hombre arrastra también sus propios demonios, y para desgracia de la veterinaria, son los mismos que los suyos, y una vez se hacen presentes, sólo cabe reemprender la huída o combatirlos.
La principal virtud del filme, aparte de las correctas interpretaciones, es el modo en que Camus materializa en imágenes el retorno de ese pasado trágico y ominoso; la aparición de un coche misterioso, el amenazador interrogatorio de una pareja de hombres, el reencuentro súbito con un viejo amigo (y algo más) que fue después temido, etc. El pasado retorna como si de una pesadilla se tratara, y obliga a la protagonista a volver a ser aquella persona a la que creía haber renunciado; una pequeña excavación en el jardín aledaño a su casa simboliza a la perfección esta verdad.
En conjunto la película es más que correcta, estando bien realizada, si bien uno no puede dejar de pensar que la historia hubiese podido dar más de sí, tener más nervio, a lo que hubiera ayudado, sin duda, un mejor guión. Lo cierto es que esa misma sensación es la que, con la única excepción de "Los Santos inocentes", me producen las películas que he visto de Camus, un director que aborda muchos temas interesantes, pero que rara vez logra sacarles el máximo partido.
Este es el planteamiento general de esta película de Camus, que nos presenta la vida rutinaria y voluntariamente solitaria de una veterinaria rural (Carmen Maura); su mundo se reduce a unas pocas personas, como su hija y su compañero de trabajo (Fernando valverde), un amante de los pájaros por el que se siente atraída, sin que tal sentimiento (que es además mutuo) llegue nunca a concretarse. Pero el pasado, caprichoso y cruel, va a retornar con toda su crudeza a la vida de la protagonista, con motivo de la relación que casualmente entabla con un portugués (Joaquim de Almeida). Este hombre arrastra también sus propios demonios, y para desgracia de la veterinaria, son los mismos que los suyos, y una vez se hacen presentes, sólo cabe reemprender la huída o combatirlos.
La principal virtud del filme, aparte de las correctas interpretaciones, es el modo en que Camus materializa en imágenes el retorno de ese pasado trágico y ominoso; la aparición de un coche misterioso, el amenazador interrogatorio de una pareja de hombres, el reencuentro súbito con un viejo amigo (y algo más) que fue después temido, etc. El pasado retorna como si de una pesadilla se tratara, y obliga a la protagonista a volver a ser aquella persona a la que creía haber renunciado; una pequeña excavación en el jardín aledaño a su casa simboliza a la perfección esta verdad.
En conjunto la película es más que correcta, estando bien realizada, si bien uno no puede dejar de pensar que la historia hubiese podido dar más de sí, tener más nervio, a lo que hubiera ayudado, sin duda, un mejor guión. Lo cierto es que esa misma sensación es la que, con la única excepción de "Los Santos inocentes", me producen las películas que he visto de Camus, un director que aborda muchos temas interesantes, pero que rara vez logra sacarles el máximo partido.
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18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soledades
15 de septiembre de 2009
Camus vuelve por su mejor territorio en esta historia intimista que aborda el difícil ámbito de los sentimientos, las relaciones humanas, los discursos del silencio y las sugerencias veladas. Personajes aislados, inmersos en los fantasmas de su interior, que a ratos se tocan, acarician y turban para volver seguidamente a su caparazón.
Retrato vivo de una España aldeana, en contacto con la naturaleza, donde se refugia una militante arrepentida, escapada del infierno. Un film así se basa en el dominio de los actores, cuyas representaciones rayan aquí a alturas muy superiores a las habituales. Los errores de guion, que convierten el final en una aventura rocambolesca, disminuyen la calidad final de la obra.
Retrato vivo de una España aldeana, en contacto con la naturaleza, donde se refugia una militante arrepentida, escapada del infierno. Un film así se basa en el dominio de los actores, cuyas representaciones rayan aquí a alturas muy superiores a las habituales. Los errores de guion, que convierten el final en una aventura rocambolesca, disminuyen la calidad final de la obra.
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16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
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