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Los asesinos de la luna de miel (1970)

Los asesinos de la luna de miel
108 min.
6,9
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Basada en un hecho real acaecido a finales de los años cuarenta, la película relata la sangrienta trayectoria criminal de una pareja, Martha y Ray. Ambos se conocieron a través de una agencia matrimonial de contactos para "corazones solitarios". Él resultó ser un estafador, y ella se enamoró tan locamente de él que se convirtió en su cómplice. Su objetivo eran mujeres solteras o viudas solventes, a las que Ray cortejaba para deshacerse de ellas posteriormente. Obtuvo muy buenas críticas. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Thriller Romance Crimen Celos Asesinos en serie Basado en hechos reales Película de culto Cine independiente USA
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Honeymoon Killers
Duración
108 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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8
El extraño amor de Martha Beck
Aunque pueda parecer lo contrario, ésta es una película de amor. Lo que ocurre es que no se trata de un amor convencional, sino más bien extraño y oscuro, del que no suele verse en una pantalla de cine. Porque el amor, aunque el cine se haya empeñado desde hace décadas en hacernos creer lo contrario, no siempre acaba en un altar, en pañales e hipoteca, en el jardín con perro y barbacoa de una bonita casa adosada. No digo yo que no exista ese amor, pero seguro que no es el único y puede que no sea el mejor, aunque los haya peores e infinitamente más dañinos. El de Martha Beck, sin ir más lejos.

Lo siento por los insomnes guardianes de lo políticamente correcto, pero las cosas son así: Martha Beck es gorda, fea, malcarada e intransigente. Tal vez por eso nadie la soporta. Las enfermeras que están a sus órdenes la aborrecen, por estricta y tiránica. Martha vive con su madre, a la que trata sin miramientos. Como Homer Simpson, dedica el tiempo libre a investigar cuántas comidas caben entre el almuerzo y la merienda. Apenas tiene amigas, y ya no digamos amigos. Y sin embargo, Martha quiere, desea, necesita, como todo el mundo, dar y recibir amor. Por eso, cuando descubre que Ray Fernández, el hombre con quien contactó a través de una agencia matrimonial, se dedica en realidad a seducir y desplumar a viudas y solteronas, no sólo no corre a denunciarle a la policía, sino que, para no perderle, asume gustosa el papel de cómplice. Sus ansias posesivas y sus desmedidos celos desencadenarán, además, el crimen que falta para completar el círculo: el asesinato, cada vez más cruel y sanguinario, de las víctimas de sus engaños.

Beck y Fernández asesinaron, a finales de los años 40, a más de veinte mujeres y a una niña de veinte meses. Esta seca y desapasionada película resigue su trayectoria criminal y picotea con escalofriante frialdad en unos pocos de sus brutales asesinatos, pero a pesar de su crudeza expositiva y aunque algunas críticas se quejen de su sordidez, si echáis un vistazo a los caretos de los auténticos Beck y Fernández y repasáis sus correrías reales, veréis que éstas incluso han sido dulcificadas. Creedme, la fidelidad a los hechos la habría hecho insoportable.

Pensada en un principio para Martin Scorsese, fue finalmente su guionista, Leonard Kastle, quien acabó dirigiendo la que sería su única obra, que ha acabado adquiriendo, tal vez por ello, la categoría de peli de culto, y aunque los ditirambos de Truffaut o Antonioni que decoran su carátula se antojen desmedidos, lo cierto es que no le faltan méritos para ser considerada una muy buena película: su blanco y negro áspero y desasosegante, su sobria y elusiva puesta en escena, su sabio y bien dosificado uso de la música de Mahler, la extraordinaria interpretación de Shirley Stoler como una mujer poseída por una pasión que devora y destruye. Uno de los muchos monstruos que el amor es capaz de crear y alimentar, aunque sigamos empeñados en querer creer lo contrario.
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41 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Perturbadora historia de muerte, amor y celos
Film independiente, escrito y dirigido por Leonard Kastle, es su único largometraje. Se basa en noticias periodísticas y datos judiciales referidos a hechos protagonizados por una pareja de asesinos en serie. Se rodó con un bajo presupuesto em 1969. Producido por Warren Steibel, se estrenó el 4-II-1970.

La acción tiene lugar en Mobile (Alabama), NYC y diversas localidades de EEUU, a lo largo de 1949. Narra la historia de Martha Beck (Shirley Stoler), jefe de enfermeras del Hospital de Mobile, obesa, de 110 kg, soltera, de 30 y pocos años, que a través de una agencia matrimonial entra en contacto con Raymond "Ray" Fernandez (Tony Lo Bianco), inmigrante español, de 34 años, residente en NY, estafador especializado en ganarse la confianza de mujeres solitarias para apoderarse de sus ahorros y asesinarlas para no dejar rastros. Martha se enamora de Ray y se convierte en su cómplice.

La película expone los hechos delictivos de la pareja en un collage de episodios violentos, perturbadores y espeluznantes, realizados con increíble frialdad e indiferencia. La narración, adusta y seca, es de carácter documentalista. Se refiere a los hechos sin complementos románticos, ideológicos o explicativos. No se incluye una reflexión sobre la violenica, sus causas, sus secuelas, etc. Se ofrece una imagen grotesca del mundo feliz de los 70, mediante unos crímenes en serie, que denuncian o evocan la presencia en el mundo de violencia injustificable, autoritarismos descarados, responsables de mando de personas que actúan al albur de caprichos inasumibles, corrientes de trato descortés y presumidamente maleducado y otros hechos que evidencian la vigencia del ideario fascista en ámbitos de las sociedades avanzadas del XXI. El film recuerda "Henry, retrato de un asesino" (1986), si bien entre ambas obras no hay relaciones de conocimiento e inspiración. Fue objeto de un "remake" tardío, de Arturo Ripstein, titulado "Profundo carmesí" (1997). Es una historia de amor singular, desoladora y feroz.

La música incluye fragmentos de Mahler, con un tema central que envuelve los asesinatos. Se añade una canción de James Michener, tomada de su álbum "South Sea Islands". La fotografía, de Oliver Wood (jefe de iluminación de la serie "Bourne"), sitúa la acción en ambientes oscuros, tétricos y claustrofóbicos, de aires expresionistas, que realzan los aspectos grotescos y macabros del relato. La estética se ajusta al desaliño y descuido formal de los films de serie B. Hace uso de tomas largas, sobreentendidos, elipsis y escalofriantes escenas fuera de campo. El guión juxtapone episodios tomados de las secciones de sucesos, de aire cutre i "kitsch", que recuerdan la emotiva plástica de Robert Rauschenberg. La interpretación de S. Stoler ("Klute", 1971) y la de Tony Lo Bianco ("The French Connection", 1971) son excelentes. La dirección, a cargo de un director de orquesta y compositor, crea una obra de crudeza extrema.

Película singular, de culto entre cinéfilos.
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41 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
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