Una sonrisa (C) (1957)

Segundo trabajo de Polanski. Más que corto, es un cortísimo, porque no dura ni dos minutos. Se trata de un pequeño gag acerca del voyeurismo, tema al que el director polaco volverá a recurrir más adelante desde distintas perspectivas en películas como "El baile de los vampiros" (como recurso cómico) o "El quimérico inquilino" (como recurso terrorífico).

Me voy a dar el lujo de comentar algunos de los cortometrajes que dirigió Roman Polanski en los comienzos de su carrera como director de cine, cortometrajes a los que el cinéfilo español puede acceder con relativa facilidad, al haber sido editados en dvd. Y voy a empezar por "Una sonrisa" (Usmiech zebiczny, 1957), de muy corta duración, unos dos minutos.

Es una historia mínima, pero interesante, en la que sus responsables demuestran que, en muy pocos minutos, saben contar una historia, que parece sacada de un punto intermedio entre la imaginación, la ensoñación, y la más prosaica y aburrida vida cotidiana. El voyeurismo es visto desde una perspectiva irónica, humorística: el mirón es mirado. El voyeurismo, en cine, es un tema que, en el fondo, siempre remite a la propia naturaleza del espectáculo cinematográfico, y a la propia condición del espectador.