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El fantasma de la momia (1944)

El fantasma de la momia
61 min.
5,0
121
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Sinopsis
La Momia busca por todas partes la última reencarnación de su amada, la princesa Ananka. Mientras tanto, el Sumo Sacerdote de la Secta instruye a uno de sus acólitos sobre la manera de resucitar a la Momia hirviendo unas hierbas milenarias. (FILMAFFINITY)
Género
Terror Secuela Serie B
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Mummy's Ghost
Duración
61 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
La Momia (Universal)
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4
DEMASIADO ESQUEMÁTICA
Estamos ante una modesta muestra de terror y de investigación --tiene cintas antecesoras y posee, al menos, una continuación-- que basa todo su peso en las sucesivas apariciones y escaramuzas de una momia egipcia, que deambula por bosques, pantanos y recintos en busca del humo de unas plantas, que al hervir le inundan del hálito de la vida, para así poder encontrar el espíritu de su amada, reencarnado en el cuerpo de una joven, también de origen egipcio.

Los otros soportes cinematográficos de esta película (guión, argumento, ritmo narrativo, puesta en escena, psicología de personajes...) brillan por su parquedad, otorgándola, en mi opinión, los calificativos de esquemática y demasiado simplona, muy lejos de la calidad --y algo apartada de su universo fílmico, aunque sí se aprecian coincidencias en la trama-- de la gran obra de Karl Freund, "La momia", de 1932, e incluso de su muy atractivo remake "La momia", de Terence Fisher, de 1959.

Con todo, la aparición del magnífico actor John Carradine, la pavorosa fisonomía de la momia y la factura algo expresionista de la estética del film, hacen que el espectador pase un rato medianamente entretenido contemplando el trágico deambular del monstruo y las investigaciones de sus atónitos perseguidores.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
La momia está hasta las narices de los sacerdotes
Es difícil distinguir este filme del anterior. Prácticamente tienen el mismo guión. De nuevo el sacerdote libidinoso, los listillos de la Universidad castigados por su osadía, el joven pretendiente intentando rescatar a su amada y los inacabables y largos paseos arriba y abajo, campo a través o por caminos de tierra, de la pobre momia coja, arrastrando una de sus piernas ¡Y para más fastidio el sacerdote fija su guarida en lo alto de una larga e inclinada rampa de varios metros de desnivel! ¡Pobre momia, debe estar hasta las narices de los inútiles sacerdotes, a cual más estúpido y viciosillo!

Esta vez hay turba de pueblerinos aunque sin antorchas. Tampoco llevan sogas para colgar a la momia, ya que es inmortal, sino algunos palos y muy malas intenciones. Y otro homenaje a la saga de Frankenstein: a la chica le aparecen mechones blancos, como a la novia del monstruo de los tornillos.

Película entretenidilla y entrañable, por ser de aquellos años. Pero poco más.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
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