The Innocent (2018)

A las 12:30 nos desplazamos a la sala 1 de los Cines Trueba para continuar en la Sección Oficial con la suiza El inocente/Der unschuldige. Ruth es la madre de una familia numerosa ultracatólica residente en las inmediaciones de un hermoso bosque. Ella trabaja en un laboratorio de neurociencia, ocupada en trasplantes de cabezas de mono. Cuando reaparezca su novio activista de antaño tras décadas en prisión, se replanteará seriamente sus sentimientos y su fe, en el ambiente más hostil para tener dudas sobre Dios. Una película sórdida y misteriosa, incómoda y tensa, que presenta múltiples elementos de interés: fanatismo religioso, la opresión psicológica de la presencia de Dios, posesiones demoníacas, toques de cine de género…relato de personaje femenino nuclear con el peso de la narración, ambientado en lugares iconográficamente ricos y fotografiado con algún interés. Pero todo queda a medias, en unas intenciones mal ejecutadas, obteniendo como resultado un filme pobre con apenas un puñado de momentos inquietantes en un metraje lento, confuso, frío y deslabazado, de personajes unidimensionales y conflicto tratado desde la superficie, incapaz de producir otra emoción que el agotamiento o el hastío. Un quiero y no puedo, un listado de conceptos mal desarrollados, plano y carente de enjundia y pulsión. Más que una mala película, una película escasa, insuficiente desde cualquier perspectiva. Uno de los peores filmes del festival.

Una investigadora de neurociencia que hace experimentos con los monos lleva una vida normal y estable con su familia tradicional y dentro de una comunidad religiosa y conservadora. Pero todo saltará por los aires cuando su antigua pareja reaparece 20 años después tras salir de la cárcel.

Por tercer año consecutivo caí en la tentación y no pude resistirme a acercarme a San Sebastián para disfrutar de su magnífico Festival de Cine, que celebraba su edición número 66. En este ocasión elegimos la película suiza escrita y dirigida por Simon Jaquemet, que resultó ser todo un despropósito y una muy mala elección por nuestra parte y por la de los eruditos que la eligieron para incluirla dentro de la Sección Oficial del Festival. La cinta que se proyectó en el Antiguo Berri carece de toda lógica y su poco disimulado halo de misterio y desestructuración salta por los aires por no lograr enganchar al espectador ni hacerle partícipe de lo que está ocurriendo. Lo único que me creo del film es que una persona sea capaz de tirar por la borda su acomodada vida en el momento que se abre una grieta del pasado y quiera salir de su zona de confort. A veces la felicidad no está en las cosas que tenemos sino en volver a esos buenos recuerdos del pasado arrinconados por el paso del tiempo. E ahí bajo mi punto de vista el auténtico leitmotiv de la película, lo que ocurre es que nos lo cuenta de una forma que no tiene ni pies ni cabeza. La única protagonista es una taciturna Judith Hofmann (con muchos puntos en común físicamente con Isabelle Huppert) que quiere escapar de la aburrida vida que le rodea para huir al no se sabe dónde ni con quién.

Sacapuntas de oro: Para aquellos que quieran huir de su jaula de oro creyendo que fuera hay libertad. Lo bien que describe el daño que hacen a la sociedad las sectas y las religiones fanáticas. La única media sonrisa a costa del sofá.

Sacapuntas de madera: La nula descripción de los hijos y su relación con ellos. Que se proyecte en unos de los mejores Festivales de Cine del mundo. La metáfora con los monos es para cogerla con pinzas, y esa escena final…grotesca.

Nota: 2,5 Sacapuntas.