arrow

Aurora (Jamais contente) (2016)

Aurora (Jamais contente)
86 min.
5,6
439
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Disponible en:
Suscripción
Alquiler
Compra
Tráiler HD (FRANCÉS con subtítulos en ESPAÑOL)
Ver 2 más
Sinopsis
Quizás Aurore no saque las mejores notas, pero definitivamente no es tonta. Tiene una forma peculiar de observar y comentar su entorno: su familia, los chicos, su profesor de francés y ella misma también. Desafiante, Aurora explora límites y descubre, en el proceso de crecer, la música como medio de evasión. Basada en la trilogía de novelas adolescentes "Le journal d'Aurore". (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Comedia dramática Adolescencia
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
Jamais contente
Duración
86 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
5
De niña a mujer
A lo largo de los años se han creado muchas películas en torno a la adolescencia desde diferentes países. El tema siempre ha sido (y será) interesante explorarlo, dando diferentes puntos de vista y, aunque los tiempos han ido cambiando, hay ciertas constantes que siempre serán las mismas.

En este caso ha sido Francia la que nos manda, con dos años de retraso, “Aurora (Jamais contente)”, dirigida por Emilie Deleuze, directora en apariencia de cine de autor que en esta ocasión aceptó el encargo de llevar a la pantalla la obra de Marie Desplechin, en cuyo guión también ha colaborado con la directora.

La película se realiza el mismo año, por ejemplo, en que se estrena la notable “The Diary of a Teenage Girl”, de Marielle Heller, superior a “Aurora (Jamais contente)” en todos los aspectos. Porque el film de Emilie Deleuze tiene agujeros negro que no logra sortear.

De entrada, la película está realizada sin tener un punto de vista inteligente detrás de la cámara. Los hechos se suceden sin más, no ya sin apasionar al espectador, sino sin interesar demasiado, teniendo un ritmo que se mantiene a trancas y a barrancas. Incluso se desaprovechan ciertas circunstancias que se nos cuentan, pudiendo haber dado pie a servir como crítica social o incluso meramente como situaciones cómicas. Pero no. Todo va por el camino de la corrección académica pero sin apostar originalidad o frescura.

Al menos en mi caso, y esto sí puede ser subjetivo, detrás de todos los personajes, veo a un adulto hablando, incluyendo el personaje de Aurora, con el que además me falta empatía. Y no es porque Aurora esté siempre encabronada, sino es que no se dan detalles de lo más importante: su visión, su mundo. Por ejemplo, recordamos un personaje que igual ha servido de inspiración al de Aurora, el maravilloso personaje de Lolita Cassard de la inteligente “Como una imagen”, de Agnès Jaoui, donde sí nos daban una serie de claves bastante claras y que nos hacían comprender ese destacable personaje. Y aunque los actores están bien, sobre todo Léna Magnien en el difícil rol de Aurora, no nos termina por enganchar ninguno, quizás por ser otro de los fallos, el no haber rematado sus personajes.

Sus temas musicales amenizan parcialmente la narración, y sobre todo el final posiblemente sea cortado, como es ya una tradición en estas películas con créditos que incluyen alguna canción cuando son emitidas en abierto. Y quizás ese “divertimento”, con esos créditos coloristas con el que se esfuerzan al final, sea lo que le ha faltado a lo largo de toda la proyección, humor y color, ya que corrosión parece ser que era una vía descartada.

Nada nuevo nos depara este film a los adultos. En cambio al público adolescente que ande perdido o sea un poco corto de mente, quizás le pueda dar alas a ser más contestones o más capullos de la cuenta. Pero bueno, no vamos a buscar tres pies al gato, y al fin y al cabo se trata de un film más con el que pasar el tiempo. Poco más.
[Leer más +]
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Mentalidad adolescente
El comienzo de la adolescencia suele ser un momento terrible para los familiares de quien protagoniza esa transición. Los cambios en el carácter y la personalidad son solo el principal reflejo de una etapa de la vida que suele marcar el devenir de esa persona. Si además, como sucede con Aurora, entre medias existen serios problemas académicos, la situación puede volverse casi imposible de resolver. “¿Qué hacer para comprender el carácter de una joven tan despreocupada por lo que le rodea, tan abrupta en sus contestaciones, tan poco proactiva?”, es lo que parecen preguntarse sus parientes, profesores, amigos y conocidos que la ven diariamente. Sin embargo, bajo esa fachada se esconde una adolescente con más corazón y cabeza de lo que muchos podían conocer.

En Aurora (Jamais contente) observamos la vida de esta protagonista después de repetir curso a los 13 años de edad. La directora francesa Emilie Deleuze adapta la novela homónima de Marie Desplechin (que también colabora en el guion) y nos esboza un film que intenta alejarse todo lo que puede del estereotipo sobre la adolescencia. Aunque es inevitable tocar las clásicas temáticas que rodean esta fase (primeros esbozos de un perfil profesional, relación con la familia, interés cultural, descubrimiento del amor…), la curiosa forma de ser de Aurora y el no menos llamativo perfil de su familia parecen invitar a presenciar un relato que puede arrojar otra perspectiva diferente sobre lo que sucede a esas edades.

Sin embargo, Aurora (Jamais contente) se va alejando de esa aparente pretensión inicial de edificar una película en base al contexto y se centra simplemente en la persona, en su protagonista. La presencia de Aurora acompaña cada escena hasta el punto de que desde el otro lado de la pantalla se pueden anticipar sus reacciones, cosa que a priori parecía difícil dado el peculiar carácter de la chica. Con ello, el film va decayendo en interés y ni siquiera las situaciones cómicas que lo tenían todo para rematar en espléndidos gags, como la del anuncio de boda, terminan por resultar del todo convincentes. Respecto a los personajes secundarios, el esfuerzo para dotar de una especial relevancia a algunos de ellos (como el profesor de lengua) consigue un verdadero rédito en el desarrollo de la trama, pero la tónica general es la de rehuir toda construcción personal que no tenga por claro objetivo avanzar en el relato de la protagonista. Así, de los familiares de Aurora se nos ofrecen solo unas breves pinceladas que, conectadas con lo que comentábamos sobre las escenas de humor, provocan que la obra de Deleuze no encuentre su círculo de comodidad.

Pero volviendo al núcleo de Aurora (Jamais contente), es necesario reconocerle a Deleuze que el cuadro completo de la protagonista sí goza del color necesario para comprender e incluso empatizar con Aurora, no llegando esta a cruzar la frontera que lleva hacia la irritabilidad. Ahí es donde verdaderamente se nota que la cineasta ha apostado por un modelo de adolescente no tradicional pero (o quizá por eso mismo) creíble. La joven protagonista deja secuencias propias que por momentos hacen odiar a aquellos que transcurren por la edad del pavo, pero su evolución a lo largo de la película encaja perfectamente con ese comportamiento. Dicho de otra manera, Aurora no se comporta así por una especie de fuerza interior que le lleva a reflejar la estupidez supina de un adolescente, sino porque su mente no encuentra motivación alguna en su entorno. Cuando encuentra este estímulo a través de la cultura, el puzle de su personalidad desvela las piezas que lo componen, aunque la tarea de encajarlas no sea tan sesuda como para conformar un gratificante conjunto.


Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para Cine Maldito
[Leer más +]
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre Aurora (Jamais contente)
Fichas más visitadas