Los siete locos (1973)

Esta película bizarra de fuertes caracteres, rinde culto al Buenos Aires oculto...el que mezcla Bakunin con la burocracia...el burdel con el tango...Borges con Cortázar y Arlt...Primera peli que veo de Torre Nilsson...buen pulso el de este director...excelente el ritmo que le impone a la trama, y la curiosa forma de combinar dos obras maestras de Roberto Arlt, "Siete Locos" y "El lanzallamas"...los siete locos son revolucionarios, fracasados, 'ciegos profesionales', chulos, abogados, inventores frustrados e impotentes...forman una sociedad secreta que intenta abolir el orden existente...el argumento es un mero pretexto de Torre Nilsson para mostrarnos un poderoso fresco del absurdo humano, sin llegar a coquetear artificiosamente con la locura, como hizo posteriormente Subiela....En fin, una película reflexiva que hace reflexionar y promueve subterráneas apetencias cinéfilas.

Ambientada a finales de los años veinte del pasado siglo, y basándose en dos novelas del escritor argentino Roberto Arlt, Torre Nilsson elabora esta peculiar película, llena de sugerencias interesantes que, sin embargo, no llega concretar plenamente.

Y es que la historia del protagonista, un hombre frustrado en su trabajo y en su matrimonio, se mezcla con un oscuro complot ideado por personajes aún más oscuros y excéntricos, que buscan combatir sus propias frustraciones vitales realizando un brutal atentado contra las instituciones básicas del país; en teoría, el objetivo es provocar así las condiciones necesarias para que estalle una revolución, que habría de transformar radicalmente la deprimente realidad. El interés de la película oscila entre el desarrollo del mencionado complot y el retrato de los personajes que lo han de llevar a cabo, centrándose especialmente en el protagonista, encarnación de una insatisfacción vital que conduce a la desesperación y el nihilismo.

El problema es que la combinación de estos dos hilos argumentales básicos (los avances y motivaciones de la conspiración, y el retrato de sus protagonistas) no siempre funciona bien, quedando la sensación de que algunos acontecimientos suceden "porque sí", o cuando menos muy precipitadamente, sin quedar bien explicados; de hecho, la incorporación del protagonista al complot resulta meramente casual, y aunque esto es aceptable, resulta más difícil entender la rapidez con la que se entrega a la causa. Igualmente, otros aspectos de su vida personal no resultan muy claros, como su segundo matrimonio.

Pese a lo dicho, hay que poner en valor una buena ambientación (especialmente en los burdeles y en la pensión), y un magnífico trabajo por parte del reparto, que cuenta con varios de los mejores intérpretes que ha dado el cine argentino (Aleandro, Alterio, Renán, etc). Mientras que el guión adaptado no siempre resulta redondo -algunos diálogos parecen excesivamente literarios, resultando forzados- la labor de dirección de Torre Nilsson es interesante por su gusto algo barroco en la composición de los planos, y la fotografía está bien trabajada, creando atmósferas bastante lúgubres, acordes con el tono del filme.

En su tramo final la historia se vuelve algo más previsible, y aunque el espectador no anticipe exactamente cómo se resolverán los hilos dramáticos antes referidos, sí puede suponer fácilmente el resultado de esta peculiar conspiración de los frustrados.