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The Aristocrats (2005)

The Aristocrats
92 min.
6,1
231
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Aclamado documental sobre la comedia y los cómicos. (FILMAFFINITY)
Género
Documental Comedia
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Aristocrats
Duración
92 min.
Guion
Música
Compañías
Links
Premios
2005: Festival de Sundance: Nominada al Gran Premio del Jurado - Documental
2005: Círculo de Críticos de Nueva York: Nominado a mejor documental
2006: Satellite Awards: Nominado a Mejor documental
6
Muñecos infernales
Esta gran variedad de arlequines del siglo XX, que vemos desfilar a lo largo de este documental, no dejan de ser unos bufones que esgrimen un “chiste” según ellos prohibido; pero que les gusta compartir en el mundo de la farándula. Sobre todo tras bambalinas. Y si este engendro de comedia tiene algo de interesante. Es precisamente eso. El mostrarnos como el mundo sajón, utiliza de bacín, esta manera de hacer reír.
La manera de mostrar a una familia degenerada en el relato. Es definitivamente un humor vulgar con el que muchos comediantes finos del mundo hispano no están de acuerdo. Tal vez en parte porque su idiosincrasia es otra.
Cómicos como: Cantinflas, “Tin Tan”, El Gordo y el Flaco, Charles Chaplin… siempre optaron por el humor ingenioso, elegante. Y si estos “magos” del humorismo blanco resucitaran, ante las cámaras seguramente defenderían su estilo. Aunque en las tablas de sus años de ante el publico, conocieran el aberrante chiste de “Los aristócratas”
Ante la pregunta obligada: ¿Qué opinan del chiste de “Los aristócratas”
Cantinflas: -Es un chiste, vulgar, prosaico, “ósea chato”… algo para títeres, espantajos, mamarrachos, que no tienen la facilidad del talento en la palabra. Ahí esta el detalle compadre.
Yo, siempre he divertido a las familias como caballero, en cualquier terreno y a las pruebas me remito. Soy plebeyo, si, pero ¡con clase señor!, ¡con clase!
Tin Tan: -Ese “disque” chiste carnal, es ruin, muy bajo. En mi calidad de noble hidalgo. No acepto bajo ningún término, esa guarrada, bato. Lo digo yo… el ¡Vizconde de Monte Cristo!
El Gordo y el Flaco: -Una cosa es la humildad y otra la degradación. Nosotros divertimos al vulgo. Es cierto, pero no caemos en la perversidad, en la degradación del alma humana en pos de lo divertido. Hay algo de grandeza en cada uno de nosotros, que formamos una gran familia en el cine. No fuimos ni seremos villanos del humor, hecho comedia para hacer reír. Eso es lago de lo que nos enorgullecemos y nos hace sentir parte de una elite de comediantes al servicio de la humanidad.
Chaplin: -Lo abyecto de la forma perversa, obscena y puerca de hacer esta broma, rayan en algo “tartufiano” que se vicia de una manera grosera, propia de un crápula. Que corrompe una sociedad que ya de por si es difícil mantener en armonía. Las lacras de la sociedad se aferran al crecimiento humano como criaturas perniciosas. Como sarro al marfil. Yo aun recuerdo mi infancia en esos infernales lupanares de Londres. Pocilgas llenas de enfermos depravados. Fui un libertino, golfo… diversos disturbios atacaban mi mente. pero eso fue hace mucho tiempo. Charlot me saco de del inframundo. Con su mostacho honesto y andar austero pero flexible y tolerante. ¡Vamos mis queridos bastardos! Caminemos hacia ese estado de tranquilad, y dejemos de ser esos fantoches de mente perturbada, dejemos de ser ¡Muñecos infernales!
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5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Un chiste sin demasiada gracia contado mil veces tiene todavía menos gracia
Curioso el tema de este documental: un chiste clásico que los propios humoristas no se atreven a contar en público por su contenido altamente escatológico.

Más allá de esa curiosidad en su planteamiento, poco aporta de interesante este documental. Una vez contado el chiste por primera vez, las mil versiones con que nos deleitan la miriada de humoristas acaban por aburrir y extenuar.

Ciertamente, este documental también dibuja algunas reflexiones interesantes sobre el negocio del espectáculo y sobre los propios comediantes, pero su fórmula lastra indefectiblemente el resultado final.

Un pensamiento me asaltó al terminar de verla: ¿No hubiera sido más divertido contar mil chistes distintos una sola vez que un mismo chiste mil veces?
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1 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
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