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La otra Missy (2020)

La otra Missy
89 min.
4,6
2.122
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Disponible en:
Suscripción
Trailer (subtitulado en ESPAÑOL)
Sinopsis
Tim Morris conoce a la chica de sus sueños, y la relación por SMS no podría ir mejor, así que decide dejarse llevar e invitarla al retiro que organiza su compañía en un resort en Hawái. Sin embargo, la que aparece en el aeropuerto lista para viajar es una chica con la que tuvo una cita a ciegas para el olvido. Ya es demasiado tarde: se ha estado escribiendo con “La otra Missy”.
Género
Comedia Comedia romántica
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Wrong Missy
Duración
89 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2020: Premios Razzie: Nominada a peor actor, actriz y pareja en pantalla
4
Una bobada con una hilarante protagonista y algún momento divertido... pero poco más
El cómico Adam Sandler (cansado de no tener más éxitos en el despiadado mundo del cine y la obligación de triunfar en el primer fin de semana de estreno) firmó hace unos años un multimillonario contrato con Netflix, el cual ha sido renovado recientemente, y es por ello que siempre solemos tener una cita anual con alguna de sus producciones (unas mejores que otras...).

No siempre las protagoniza, y el caso que nos ocupa es uno de ellos, ya que aquí se limita a poner el dinero con su productora Happy Madison (capaz tanto de ofrecer grandes comedias como bodrios dolorosos) y ofrecerle, una vez más, el papel protagonista a su gran amigo David Spade (en una de esas amistades de décadas).

La verdad es que cuando Sandler no quiere protagonizar una película algo huele, y este caso no iba a ser diferente. Cierto es que con una producción de estas características no se engaña a nadie (y más si se investiga un poco...), ya que se sabe a lo que se viene, y esta comedia no iba a ser la excepción.

En la misma se nos cuenta como un hombre normal y corriente al que la suerte no le sonríe se ve inmerso en una pesadilla por culpa de una confusión, que le traerá más de un problema, y todo ello con Hawái como telón de fondo (que nunca está de más). Como les gusta viajar y rodar en sitios paradisíacos al bueno de Sandler (revisad su filmografía) y sus amigotes... tontos no son.

Dicho esto, vayamos al meollo de la cuestión. ¿Estamos ante una comedia diferente que sorprende gracias a sus innovadoras ideas y a las situaciones que planeta? No. ¿Es una comedia por encima de la media que deja buen sabor de boca? Pues tampoco. ¿Es una mala película (pero mala, mala), como cabría esperar? Un rotundo sí, pero vayamos por partes.

La dirección es cortesía del mismo responsable de la infumable El padre del año, y la verdad es que se nota demasiado, ya que ambos productos son bastante similares, sobre todo en su humor absurdo y escatológico. No obstante, hay un par de momentos lo suficientemente hilarantes y divertidos como para no tener la sensación de que se haya perdido el tiempo, además de algún instante interesante (la escena del lavabo). No es un trabajo maravilloso, pero cumple, y más para un producto de estas características (aunque pocas veces se le ha sacado tan poco provecho a un lugar como Hawái).

En cuanto al guion (por llamarlo de alguna forma, ya que sus responsables han sido perezosos hasta decir basta, a pesar de algún apunte interesante), parte de una premisa ya de por si absurda, ya que el error que da título al film es un recurso que apenas aporta nada, como si el enredo fuese a mover el motor de la cinta cuando es un capricho de los guionistas (sí, dos personas...) para vendernos en realidad la misma historia de siempre, con los mismos clichés ( como por ejemplo el pasado del protagonista y su antigua relación, que no aportan nada a la cinta) y situaciones ya vistas en otras comedias, curiosamente algunas de ellas también en Hawái...

La película es lo que es y no engaña a nadie, y más si se han hecho los deberes (como un servidor) y se ha investigado un poco respecto a los trabajos anteriores de sus responsables, por lo que creo nadie deba esperar sorpresa alguna, ya que la película no engaña a nadie y es lo que es.

Aunque sí por algo podemos decir que no estamos ante un bodrio absoluto es por su fascinante personaje (femenino) protagonista, ya que dan en el clavo al presentarnos a una persona tan insufrible como divertida, haciendo que no sature y que no genere antipatía en el espectador, a pesar de sus manías y locuras. Todo un logro.

Y bueno, creo que todo el mérito de que esto suceda lo tiene una sensacional Lauren Lapkus (vista en Jurassic World o en la serie Big Bang Theory), la cual se entrega sin pudor alguno a tan complicado personaje, saliendo completamente airosa y siendo, de lejos, lo mejor de esta comedia del montón. Sin ella estaríamos hablando de una absoluta basura.

Por otro lado, el bueno de David Space (habitual en las producciones de Adam Sandler, y que me da que trabaja gracias a éste) está bastante convincente en su papel de hombre normal y corriente, superado por las extrañas circunstancias que le han tocado vivir, pero, sinceramente, me gusta bastante más cuando se desmelena y le toca interpretar personajes histriónicos.  

Mención especial para las aportaciones de un deternillante Nick Swarsdon (en un personaje que va perdiendo gas a medida que avanza la cinta, como si no supieran que hacer con él), un felizmente recuperado Geoff Pierson (protagonista de la mítica Infelices para siempre) o Rob Schneider, que tampoco se pierde una de su gran amigo Sandler.

En conclusión, estamos ante una bobada que sería mucho más mediocre y olvidable si no fuese por la increíble labor de su protagonista y por un par de instantes bastante divertidos (si se aceptan las reglas del juego, por supuesto). Sirve para pasar un rato entretenido para olvidarte de ella a continuación. Ni tanto ni tampoco.

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10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Crítica de La otra Missy por Cinemagavia
*La primera en la frente

La otra Missy apuesta fuerte, y nada sutilmente, por los equívocos a la hora de buscar el humor. El principio es un aperitivo de lo que vendrá después. Tim Morris (David Spade) aspira al puesto de jefe de ventas de su firma, pero su vida amorosa no marcha demasiado bien. Ha roto con su prometida hace tres meses y ha accedido a acudir a una cita a ciegas con una chica llamada Missy (Lauren Lapkus). La chica resulta ser un huracán demente y descontrolado que consigue que la cita acabe con Tom huyendo por patas.

La Otra Missy revela sus cartas, sin ningún pudor, desde estos primerísimos minutos. La base de la película va a ser el contraste entre el seriote y circunspecto Tom y la esquizoide espontaneidad de Missy. Lauren Lapkus comienza a exhibir un persistente repertorio de muecas, rictus y desórdenes de la conducta.

Y llega el equívoco principal de la película. Tom conoce accidentalmente en un aeropuerto a una atractiva mujer que resulta tener unos gustos idénticos a los suyos, y obtiene su teléfono. Casualmente también se llama Missy. Por añadidura, la empresa de Tom organiza un retiro en Hawái donde se designará al jefe de ventas. Los trabajadores pueden llevar a su cónyuge/pareja, de tal modo que Tom decide llamar a la Missy del aeropuerto. Pero, y aquí llega el meollo, por error contacta con la Missy de la cita a ciegas, que será la que le acompañe a Hawái con demoledoras consecuencias.

*La excéntrica y el soso

La Otra Missy se basa en un arquetipo que es casi tan antiguo como el mismo cine. Podemos poner por ejemplo la clásica La fiera de mi niña (1938), de Howard Hawks. En este arquetipo es fundamental la idea de una mujer alocada, excéntrica y algo entrometida que amarga la existencia de un hombre gris, sedentario y aburrido. Digamos que La otra Missy es una puesta al día de este concepto pero a eones de distancia en talento, gracia e inteligencia. Para saber a qué nos enfrentamos con este guiso, antes hemos de conocer los ingredientes. Por ejemplo, la productora del film es Happy Madison cuyo fundador y líder espiritual es Adam Sandler. Para Netflix ya produjo The do-over (2016), donde el propio Sandler era el proragonista junto von David Spade; también Criminales en el mar, con la adición de Jennifer Aniston.

David Spade, amigo de Sandler, se ve atormentado por la principal fuerza motriz de La otra Missy, Lauren Lapkus. Esta actriz, con papeles en Orange is the new black y The Big Bang Theory, es especialista en improvisación. Hecho que parece perfectamente compatible con la película, donde gran parte de las situaciones paracen sacadas de la manga repentinamente; entre lo inesperado y la ridiculez. Su personaje, Missy ,es ciertamente alocado, pero al precio de resultar un poco cargante. Su catálogo de muecas, rictus y chaladuras la convierten en una especie de émula del Jim Carrey más enervante.

*Tormenta en Hawái

Una vez en Hawái, La otra Missy se toma la licencia de dejar rienda suelta a Lauren Lapkus para causar el caos con sus ocurrencias y socavar las aspiraciones del personaje de Tom. Esto es lo mejor y lo peor de la película. Al menos Lapkus aporta algo de pulso a La otra Missy, que de otro modo sería la madre de todos los tostones. Sin embargo esa jovialidad se manifiesta en un humor simplón, soez, repetitivo y pueril. Como si los ruidos raros, las muecas y las chabacanas referencias sexuales bastasen para construir un humor sólido.

Al menos, durante la estancia en Hawái, La otra Missy se toma a chufla el venenoso ambiente laboral de las grandes compañías. Un ecosistema plagado de hipocresía, superficialidad, lenguas viperinas y jefes despóticos. Por cierto, que uno de los aciertos de la película es el personaje del mandamás Jack Winstone (Geoff Pierson), cuyas veleidades arrancan un par de carcajadas. El argumento, en líneas generales, está bastante desestructurado y no posee mucha continuidad. Sin embargo, no tiene mucho sentido empeñarnos en pedir peras al olmo, cuando lo que analizamos no es en absoluto un ejercicio de coherencia.

*Moraleja y moralina

Como muchas comedias románticas, sean de la calaña que sean, La Otra Missy no está exenta de algún momento «serio» que trate de emocionar superficialmente y de paso dejarnos algún tipo de vaga enseñanza. En este caso nos encontramos con un elogio de la espontaneidad, la diversión y el descontrol frente al aburguesamiento, la gris cotidianidad y la servidumbre vital de un gris oficinista. O sea la forma de vida de Missy frente a la de Tom. En realidad estas tribulaciones no nos calan demasiado.

Llega un momento en que el nivel de irritabilidad y disgusto de Tom para con Missy desciende, hasta que nos preguntemos por la naturaleza de la relación que surgirá entre ambos. David Spade mientras tanto actúa de una forma lineal, desmelenándose con cuentagotas y haciendo que nos preguntemos qué es exactamente lo que las mujeres ven en su personaje. Lauren Lapkus nos divierte levemente a cambió de saturarnos las más de las veces. De la labor de Tynel Spinel en la dirección poco se puede añadir, toda vez que su rol es estar ahí para filmar los sketches. Y poco más.

*Conclusión

La otra Missy divierte unas veces a cambio de irritar otras muchas. Es demasiado previsible para ser transgresora, y excesivamente histriónica para ser consistente. La película puede tener su hueco si buscas algo ligero y pones bajo cero tus expectativas. Si además gustas de la excentricidad gesticulante e improvisada de Lauren Lapkus, ya llevas algo ganado.

Escrito por Mariano González
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11 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
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