¡Caray, qué palizas! (1974)

Auténtico bodrio, sin gracia ninguna, cargante, y pesada como pocas veces he visto.
En efecto, como el título indica (aunque igual se refiere a otra cosa...), unos auténticos palizas son sus personajes, insoportables hasta decir basta.
Los intérpretes no tienen la culpa (nuestra Patricia Medina y el cómico Venancio Muro prácticamente son extras), pero es que el guión es malo de solemnidad, con situaciones presuntamente graciosas que son una auténtica majadería. Y de los diálogos mejor no hablar, simplemente comentar que son vergonzosos.
Tan sólo la preciosa fotografía de Miguel Fernández Mila se salva, pero el resto es pura filfa, pasar los minutos con escenas apabullantemente vulgares.
Una pérdida de tiempo, una sinrazón de película que no sé cómo vio la luz verde para que se rodara.

P.D. Notaréis que en el campo de "Intérpretes" he puesto a nuestro gran Manolo Zarzo entre interrogantes. Y es que en la reseña técnica de la televisión, donde la vi, aparecía su nombre. No digo que no salga en la peli, pero yo ni me di cuenta. ¿Caracterizado o simplemente se trataba de un error?

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