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El milagro de las campanas (1948)

El milagro de las campanas
120 min.
5,8
146
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Disponible en:
Suscripción
Escena (INGLÉS)
Sinopsis
Mientras se dirige a Coaltown en plan de efectuar el funeral de Olga Treskovna (Alida Valli), el agente de prensa, Bill Dunigan (Fred MacMurray), va a recordar los hechos que antecedieron a este insuceso, durante el cual ocurrirá lo que muchos recordarán como "El milagro de las campanas". (FILMAFFINITY)
Género
Drama Cine dentro del cine
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Miracle of the Bells
Duración
120 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
6
Experimento interesante, aunque poco convincente, de cine confesional católico
Producción en b/n de la RKO, dirigida por Irving Pichel ("El malvado Zaroff", 1932). Se basa en la novela homónima (1946) de Russell Janney. Se rodó en Glen Lyon, Plains y Wilke-barre (Pensilvania, EEUU). Producida por Jesse L. Lasky, se estrenó el 27-III-1948.

La acción principal tiene lugar en Coaltown, pequeña población minera de Pensilvania, en 1947. Narrada en flashbacks, relata la historia de Olga Treskovna (Alida Valli), nacida en Polonia, que creció en Coaltown y se abrió camino en el mundo del espectáculo y del cine gracias a la ayuda de William "Bill" Dunningan (Fred MacMurray), que se enamora secretamente de ella. Por indisposición de la actriz titular, asume la interpretación en cine del papel de Juana de Arco, pero el esfuerzo que realiza pone de manifiesto que padece una tisis irreversible. Consciente de ello, encarga a Bill que le dé sepultura en Coaltown junto a sus padres.

La película se enmarca en el conjunto de producciones de confesionalidad católica que Hollywood realizó en la Posguerra, como "La canción de Bernadette" (1943), "Siguiendo mi camino" (1944), "Las campanas de Santa María" (1945) y otras, de clara intencionalidad apologética, de fuerza dramática menor y de amor sin sexo. La película, que es una obra de cine en el cine, tiene el interés de ofrecer la excelente representación que Alida Valli hace de la escena del sacrificio de Juana de Arco en la hoguera. Otros alicientes del film son las interpretaciones "a cappella" de la versión en polaco (Valli) y en inglés (Sinatra), de "Ever Homeward", canción popular polaca. La película, amable, sensiblera y dulzona, viene a demostrar que siempre, incluso en las peores circustancias y para los más desafortunados, es posible la esperanza. El mensaje no insta a trabajar por la esperanza: para que las cosas cambien, la sociedad mejore y los ciudadanos sean más tolerantes y solidarios. Es destacable la escena de amistad y de amor del restaurante chino en Nochebuena.

La música ofrece variaciones del tema central, que evoca optimismo y espiritualidad. La fotografía, de Robert de Grasse ("Bodyguard", 1948), mueve la cámara con precisión, crea composiciones de gran fuerza (escenas en la estación de Nanticoke), construye composiciones muy sugerentes (imagen de Valli/Juana de Arco que aparece y desaparece entre el humo de la hoguera). El guión, en el que intervino Ben Hecht ("Scarface", 1932), asocia calidad técnica con propaganda confesional más clara que explícita. La interpetación de Valli alcanza momentos culminantes, mientras la de MacMurray queda por debajo de sus cualidades. La dirección, a cargo de un profesional de corta trayectoria y habilidades limitadas, imprime a la obra un aire general mediocre, con destellos puntuales de buen cine.

La película formó parte de un experimento de cine confesional católico, de tono amable, que fracasó. Dio paso a obras históricas de inspiración cristiana interconfesional, como "Quo Vadis" (1951).
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21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
COMETÍ DOS ERRORES
Un agente de espectáculos se presenta en un pequeño pueblo minero con la intención de organizar el funeral de una misteriosa mujer de la que poco saben en aquel lugar. Sólo el padre Paul ayudará al agente sin la intención de aprovecharse de él.
Pues sí, amigos míos, cometí dos grandes errores, y he aquí mi artículo para que ustedes anden, cuando menos, avisados. El primero de ellos fue el de buscar listas de películas sobre la Navidad en las que algún "iluminado" colocó "El milagro de las campanas" y el segundo error -éste imperdonable por reincidente- ha sido el de volver a ver otra película del insoportable Fred MacMurray. Así pues, dí con la película de Pichel que ni es una película navideña ni nos muestra ningún milagro respecto a la actuación de MacMurray. La cinta presenta un desarrollo de la historia y unos personajes increíblemente planos, es de un ritmo tedioso y cuenta con un guión que hace más aguas que el colador de los spaghetti. A veces parece una película de miedo, y no solo por la presencia del infumable MacMurray y su vil destrozo del personaje que interpreta. Se salva, empero, una sobria y contenida actuación de un jovencísimo Sinatra y la enigmática y casi fantasmal interpretación de la bella Alida Valli, siempre que fuera eso (dicho registro) lo que se le pedía a su personaje.
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11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
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