arrow

Un mundo normal (2020)

Un mundo normal
103 min.
5,2
1.225
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Disponible en:
Alquiler
Compra
Trailer oficial HD (ESPAÑOL)
Sinopsis
Ernesto (Ernesto Alterio), un director de teatro excéntrico e inconformista, recibe la noticia de la muerte de su madre. Camino al cementerio roba el ataúd para tirar el cadáver al océano, como era su deseo. Su hija (Gala Amyach), cansada de sus locuras, le acompaña con la intención de hacerle cambiar de idea. En el viaje descubrirá que su padre no es ningún loco, y que uno debe ser fiel a sí mismo aunque esto, a veces, suponga ir en contra de la opinión de la mayoría. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Comedia Comedia dramática
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Un mundo normal
Duración
103 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Premios
2020: Premios Goya: Nominada a mejor actor (Ernesto Alterio)
2020: Festival de Málaga: Sección oficial
6
Libertades y afectos
Este quinto largometraje del también actor Achero Mañas tras su espléndido debut con El Bola llega al cabo de veinte años de ese inicio. La educación de los hijos, la fragilidad de la infancia, el rol de los padres, las inseguridades en la familia, los reproches mutuos… son cuestiones que ya estaban presentes en ese título, en el largometraje anterior del director (Todo lo que tú quieras, 2010) y ahora en esta historia de título inevitablemente irónico, pues la realidad reflejada en Un mundo normal es más carnavalesca que “normal”.

El mundo de los actores y de los creadores dramáticos también está presente ahora, como en esa no ficción titulada Noviembre (2003), de lo mejor que ha filmado Mañas junto a su primer largo. Y es que, además de haber nacido en una familia de actores, este cineasta proyecta en las películas que escribe y dirige sus propias preguntas, preocupaciones, intereses, gustos o fragilidades. Vuelve a hacerlo con más años; la niña de Todo lo que tú quieras ya es mayor de edad y ha de definir su vocación profesional. Pero ahí está el padre, tan desnortado como ella y con voluntad de empatía.

La anécdota argumental de Un mundo normal (léase que la realización de los deseos y la libertad deberían ser normales) es el viaje que realiza Ernesto cuando muere su madre y le ha pedido no ser incinerada ni inhumada, sino arrojada en la mar. Como en todo viaje literario y cinematográfico que se precie el programa no se cumple porque el trayecto es, para los personajes, ocasión de maduración o de nuevas perspectivas existenciales.

Estos temas de las relaciones familiares, los roles que se establecen y se reformulan constantemente, las inseguridades laborales y profesionales, la fidelidad a las propias convicciones, el derecho a la libertad más insobornable… tienen envergadura por sí mismos, aunque el guion no logra darle suficiente entidad dramática. Es decir, que en Un mundo normal el resultado es bastante más débil que lo que apuntan los personajes, sus conflictos y el desarrollo argumental. Probablemente los actores no están a la altura porque los personajes necesitaban mayor profundidad; al igual que no lo está el segmento de esperpento o de comedia negra que debería tener la película en función de lo que cuenta.

Como en otras ocasiones, creo que Achero Mañas director debería haber contado con otros guionistas que le ayudaran a darle más cuerpo a su historia pues, a la postre, el resultado es una película floja, que no atrapa al espectador —lo que sí sucedía en el anterior largo, por otra parte con deficiencias similares a las de este—, a pesar de los interesantes temas de fondo y hallazgos parciales, como los encuadres brillantes que muestra.

José Luis Sánchez Noriega
[Leer más +]
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
El muerto al hoyo y el vivo al bollo
Un director de teatro oligofrénico y un poco petardo está atascado en su vida personal y profesional. Su corte de pelo no ayuda, la verdad. Su madre, una señora que va al mismo peluquero y que también es bastante petarda, muere así de pronto y su hijo decide cumplir su promesa de tirarla al mar. Pero no las cenizas, no. A la vieja entera, cual Wilson en Naúfrago. A flotar. ¿Por qué quería la vieja flotar junto a Flipper? Ni se dice ni importa, leñe.

Allí que se embarcan el director oligofrénico, su hija la repipi y un perrete majo a viajar de Madrid a Valencia para hacer plancton con la abuela. La película, que pretende ser una road movie (que significa película de carretera en el idioma de Trump), es una sucesión de diálogos que se supone que son profundos (“un actor es el álter ego del mundo”, “un pianista que sigue la partitura es solo un soldado”, “las lentejas con chorizo están que te mueres”, “revisa el fuego antes de acostarte”...todo muy así). Todo tiene mucho sentido, como cuando se dejan al perrete tirado o cuando el prota le come una teta a una señora que se llama “Dulce Solitaria”, que parece el nombre de una forma chunga de parásito intestinal.

En fin que no quiero destriparos las trepidantes aventuras de Ernesto el brasas y su embalsamada madre. Hay personajes secundarios que debieron cobrar pero poco, como su mujer, unos policías que no hacen nada y su hermano que es un pianista gay y su novio que está enfadado y creo que es porque también tiene un corte de pelo horroroso.

La sala estaba vacía, que me da mucha pena porque el COVID va a arruinar el cine, pero es que la película no ayuda ni un poco. De bostezo en bostezo me trago las interpretaciones de un Ernesto Alterio y Gala Amyach que no me convencen nada. Del porqué de cada personaje no puedo hablar, pues todos me parecieron bastante idiotas.
[Leer más +]
23 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre Un mundo normal
Fichas más visitadas