La fuerza del honor (2011)

Nunca vi una película tan ñoña como esta, al que no le gusta la religión o al que es como yo que directamente no las soporta y las detesta no vean este acto propagandístico, es lamentable. Lo peor son los personajes estereotipados tipo Bush invocando y nombrando a Dios una vez cada 3 palabras. Tiene al negro, al blanco padre de familia, al soltero y, así como en decadas pasadas tenían un personaje asiático, ahora está el “latino”, que obviamente es petiso, moreno, feo y sucio y que como era de esperarse solo sirve como mano de obra ya que no hay “latinos” doctores, ingenieros etc. Nunca supe de un “latino” que lo dejaran entar al país de la libertad para ser mano de obra; solo sabía de las fugas de cerebros de los países “latinos” y de los que mandaban a la guerra con promesas de ciudadanía nunca cumplidas. Como sea, al empezar la película hay algunas escenas de acción aceptables y se va dejando llevar y parece un policial de esos en que te muestran los personajes, la camaradería entre ellos y lo esperable es que los malos se carguen a uno y a partir de ahí se desarrolle la historia. Pero no ocurre eso, aunque sí hay un hecho trascendental en un momento y a partir de ahí ocurre un increíble intento de lavado de cerebro a favor de los ideales del cristianismo que, ingenuo de mí, no me esperaba para nada simplemente por no averiguar demasiado de antemano; solo empecé a sospechar de las intenciones del director unos minutos antes en una reunión de amigos entre los personajes y su conversación filosofal.
Hace un tiempo dejé de leer sinopsis ya que siempre cuentan más de lo debido y me llevé varios fiascos enterándome de cosas que no debía para disfrutar una película como se debe. De haber sabido del pasado de este director y sus delirantes mensajes nunca me hubiese puesto ver este bodrio. Creo que los verdaderos religiosos se sentirán ofendidos, y no creo que de esta manera puedan captar algún adepto con sus capacidades mentales normales. Le puse un 2 y no un 1 por las escenas de acción que se dejan ver, para mostrar que puse toda la voluntad posible y traté de ser objetivo.

Pido disculpas si alguien se siente ofendido. No es mi objetivo ofender a nadie sino expresar mis apreciaciones sobre la película.

El otro día iba en bus viajando hacía otra ciudad de la vasta geografía de mi país, cuando el conductor (o el copiloto, no sé) colocó esta película, que en un principio parecía un simple film policial, pero que con el correr de los minutos se volvió en pura propaganda cristiana.
Como en el bus (a diferencia del avión) no puedo leer, me puse a mirar la película, topándome con los aburridos mensajes cristianos de hacer el bien y que dios mata cuando le da la gana por sus “divinos designios”, entre otras joyitas de la propaganda cristiana. Inmediatamente me di cuenta que no era mi película y cerré los ojos intentando dormir. Infortunadamente no pude hacerlo y aunque mis ojos estaban apagados, por mis oídos entraban aquellos diálogos insulsos que me torturaban como si fueran los instrumentos de la muerte de Torquemada. Inmediatamente tomé una chaqueta que llevaba puesta y la coloqué encima de la cabeza rodeando mis oídos para que aquel sonido no siguiera llegando. Infortunadamente, las bocinas de aquel bus eran más fuertes y traspasaron la tela impermeable de mi chaqueta. Un mal día para no cargar audífonos.

Volví a intentar quedarme dormido, pero diálogos como “espero que tu novio quiera a dios sobre todas las cosas, para que así te respete” (ojala el poli conozca los sicarios que hay en Colombia, que antes de matar, le piden a dios y a la virgen que la bala mate a su víctima y ven estas figuras sacrosantas, amándolas sobre todas las cosas) o “señor, como voy a llegar a casa sin trabajo” e inmediatamente “oiga, venga y trabaje aquí”. En fin, Deus ex Machina elevado a la 8. Di la batalla por perdida. Me tocó resistirme y aguantar ese recital de la infamia, esa tentativa de lavado de cerebro que me hizo meter en mi lista negra a ese pastor que dirige esa película. Pienso demandar al conductor del bus por los daños y perjuicios que acontecieron por la visión de ese engendro audiovisual. Me sentí violado mentalmente, como Alex (el de la naranja mecánica).

Sin darle más ruedo al bodrio hecho film, les puedo resumir esta película con la siguiente frase: No es Dios el que me cae mal, es su club de fans a los que no soporto.

PD: No tengo nada contra los cristianos (y sus derivadas ramas) y mis padres son unos de ellos. La cuestión es que el abuso de propaganda y moralina causan...bueno, lo que leyeron arriba.