Testigo de excepción (1995)

Debo aclarar, antes de entrar en otras consideraciones, que la novela clásica de Víctor Hugo que esta original película adapta se encuentra entre mis lecturas favoritas, y ello podría hacerme sospechoso de parcialidad. Lo cierto es que no me importa; no es malo ser subjetivo cuando se es sincero con uno mismo y con los demás, máxima de autor conocido pero no recordado que pienso seguir fielmente.

Advertencias aparte, la presente obra me era del todo desconocida y ha sido una casualidad (feliz a la postre) que la haya descubierto, casi oculta entre las siempre peligrosas programaciones televisivas que acechan a los espectadores un domingo por la tarde. La película es enormemente ambiciosa y compleja por cuanto traslada la historia original de Víctor Hugo al siglo XX, montando así tramas y personajes paralelos a los que el dramaturgo y novelista francés concibiera en su obra; por ello, aunque con otros nombres, este filme también tiene su Jean Valjean, su Javert, su Marius y su Cosette, amén de otros muchos directa o indirectamente inspirados en "Los Miserables". Encontramos también historias de redención personal, otras de miseria moral e incluso alguna de guerra, aunque aquí, en vez de ambientarse en época napoleónica lo hace en la Segunda Guerra Mundial. Constantemente los personajes aluden a la novela original, siendo algunos de sus episodios reproducidos fielmente, con el fin de establecer firmemente la identificación con la película.

La cinta cuenta con un rico guión que llena de vida a los personajes, francamente bien concebidos e interpretados, gracias también a la labor de un amplísimo reparto, con un gran Belmondo a la cabeza. Se trata de una obra bien realizada, visualmente eficaz y con una ambientación y decorados muy cuidados, que reproducen fielmente las décadas de los treinta y cuarenta en Francia; la banda sonora, en la que abundan piezas clásicas para piano así como algunas canciones, acompaña agradablemente el filme. Señalar también que se rinde homenaje a versiones cinematográficas anteriores a la aquí comentada.

Es por tanto una película muy recomendable, que a pesar de sus casi tres horas no resulta larga, al menos si, como a mí me pasa, cada secuencia me retrotrae a un capítulo leído en la novela, y que aquí, por obra y gracia del cine, es nuevamente narrado y disfrutado.

"Testigo de excepción" es una intensa y emocionante epopeya que deconstruye la ya de por sí monumental novela "Los miserables" de Victor Hugo; aunque en esta ocasión, la historia se desarrollará con el telón de fondo de la 2ª Guerra Mundial, la resistencia francesa, el holocausto nazi y la tristísima postguerra. Jean-Paul Belmondo, en el papel de un Jean Valjean narrador, nos cuenta las tremendas visicitudes de una joven pareja judía que resulta separada por la guerra y de la odisea que deben atravesar para volver a encontrarse. El trabajo de los actores es correctísimo, el guión no deja respiro para el aburrimiento en las tres horas que dura la película, las peripecias de los protagonistas calan en el corazoncito del espectador. Muy recomendada, sobre todo para amantes de las grandes historias dramáticas.