A Serbian Film (2010)

Antes que nada, sé que me llevaré chorrocientos votos en contra de esta crítica. Pero creo que porque ni se ha visto qué sentido tiene esta película realmente, ni se ha sabido diferenciar ficción de realidad. Y para poner unos cuantos ejemplos antes de empezar la crítica, por si alguien no se acordaba de cosas como:
1) Lucía y el sexo: Cuando la chica se masturba viendo una peli porno de su madre.
2) Te doy mis ojos: Violencia de género.
3) American History X: Violencia cultural.
4) Todos los ETC que queráis.

Es la primera película que no sé como votar: aún no la he digerido, casi 24h después.
Es la primera película que me ha provocado náuseas, no por las escenas gore (es un género que me gusta... y Holocausto Caníbal no es moco de pavo), sino por contenido moral.
Como fotografía... quizás le daría un 6.
La primera media hora tiene escenas que me han gustado mucho (cuando el niño pregunta algo desconocido y los padres contestan con una explicación súper natural, por ejemplo).
Pero los 45 minutos de la segunda parte, te dejan en un limbo bastante grande:
- Si pienso en película gore, tampoco es que tenga un contenido excepcional, así que quizás le daría un 5.
- Si pienso en la depravación mental, en una película que lleva al extremo más insospechable la degradación de valores, y que despierta en ti sensaciones intensas, un 10.
- Si pienso en el hecho de que el director odia su país, y que ha hecho una película con este guión sirviendo una metáfora de la política de su país bastante evidente, y por si no fuera ya evidente le planta el título de "A Serbian film", pues llego a la conclusión (quizás porque soy bastante inconformista con la hipocresía y el abuso político de la actualidad) que una parte de mí le daría un 10, por atreverse de la manera más demencial a criticar la porquería que se cuece hoy para todos, no sólo para Serbia. Es la manera más enferma y cruda de humillar a un país.
- Si pienso en que una persona ha tenido las narices de realizar un proyecto así, teniendo esas ideas en la cabeza durante muchas horas, muchos días, haciendo involucrar por completo a todos los demás incluído niños (con lo cual me queda la interesante duda de "¿Qué pensará este niño de haber hecho esta película cuando sea mayor?" o "¿Qué padre puede aceptar que un niño, inocente y sin conciencia de todo esto todavía, se atreve a entregar a su hijo a eso?"), y teniendo en cuenta que a mí no se me habían pasado por la cabeza jamás esas escenas, y ha sido un "padentro y engúlletelo todo o te atragantas"... Quizás, por eso, por lo que concierne a la realización de la película con niños, le daría un 1. Es posible que el niño el día de mañana se cague en Dios porque alguien muy lúcido había decidido involucrarlo en algo así.

El final... bueno, previsible (sigo la crítica en spoiler).

Indudablemente, hay que ser muy hijoputa —por decirlo de la forma más suave posible— para rodar algo así. Porque, vamos, una cosa es remover estómagos, corazones y conciencias y otra, muy diferente, ser un puto degenerado que utiliza una cámara y un micrófono como burdos instrumentos para expresar sus aberrantes paranoias. Y no, por favor, no me hablen de arte. Ni de arte, ni de cine, ni de películas. Porque “A serbian film” no es nada de eso. “A serbian film” es basura, bazofia, detritus. Algo que desearías no haber visto nunca. Algo que te gustaría borrar inmediatamente de tu tarjeta de memoria cinéfila. Algo que, al recordarlo, te hace sentir un poco más sucio, un poco más mezquino y un poco más infame que antes de verla.

Porque ese es el límite, señores. El límite entre una peli mala pero honesta y una mierda perversa como “A serbian film”. Una delgada línea que Spasojevic traspasa con toda la holgura del mundo y que me confirma, de una vez por todas, que un excremento moral y éticamente reprobable jamás podrá ser considerado una obra de arte. Y no tan sólo porque su autor sea un condenado hijo de puta (también se dice lo mismo de Kubrick, Leone o Eastwood) sino porque, repito, una obra de arte (es decir, una peli) que no ofrezca nada más que un nauseabundo cúmulo de abominaciones no merece ser considerado ni arte, ni cine, ni película. Y no hay más.